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El Requiem de Mozart será la primera gran obra de música clásica que se pone en pie este verano en España en modo presencial. Será el 25 de junio en un escenario tan espectacular como la catedral de Granada. El Requiem servirá para inaugurar la 69ª edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, Festival de Granada en su versión corta.
Un gozo al que se podrán sumar en condiciones de total seguridad 500 personas y que servirá como homenaje a las víctimas de la covid-19. Pero además, es el punto de partida de uno de los grandes festivales de música de los que se puede disfrutar hoy día. Durante un mes, la ciudad se convierte en el mejor lugar del mundo en el que estar. O esa sensación tienen quienes acuden a Granada. Porque, como explica su director, Antonio Moral, hay un elemento que convierte el Festival de Granada en especial: "Los excelentes espacios patrimoniales que acogen todos y cada uno de los conciertos".
No ha sido fácil aguantar el tipo estos meses pero el temple de su director, Antonio Moral, y su gran equipo han hecho posible mantener una edición que, finalmente, saldrá incluso reforzada respecto a la originalmente prevista. "Y totalmente segura desde el punto de vista de salud de asistentes e intérpretes", aclara Moral, que insiste en que ese es el primer gran objetivo. En esta ocasión, el festival programará 70 espectáculos que se encajan en distintos programas. 44 de ellos están enmarcados dentro de su programación principal. A ellos hay que sumar 26 más dentro de su programa abierto FEX, una extensión del festival que utiliza la ciudad de Granada y sus calles y plazas como su gran escenario, con incursiones frecuentes en otras localidades de la provincia. Las citas con el flamenco, presente año tras año de un modo u otro en esta cita granadina, completan la programación que se alarga 32 jornadas, del 25 de junio al 26 de julio.
El Festival Internacional de Música y Danza de Granada nació como tal en 1952. Pero su origen se remonta a los conciertos sinfónicos que desde 1883 se celebraban en el Palacio de Carlos V durante las fiestas de Corpus Christi. Estos conciertos del Corpus, ediciones más cortas y con menos conciertos que en la actualidad, han convertido a Granada en la ciudad amante de la música que es hoy y permitieron que, ya en el siglo XIX, llegara a este rincón de Andalucía el gran repertorio europeo. Pero no es esa la única aportación de este festival a la música. Alejandro V. García, periodista y una de las personas que mejor conocen el festival granadino, recuerda que en 1926, los conciertos del Corpus sirvieron para recuperar los autos sacramentales prohibidos en España desde el siglo XVIII.
Si nos remontamos a 1883 como origen del festival –ya que no hubo un paréntesis entre aquellos conciertos del Corpus que acabaron en 1951 y el formato actual, que nació al año siguiente– Antonio Moral afirma que "nuestro festival sería sin duda uno de los más antiguos del mundo y de los que más solera tiene". Sea el más antiguo o no, ningún otro tiene a su disposición la Alhambra y su magia para albergar cada noche un concierto.
Raquel Andueza se ha subido a muchos escenarios en su carrera como soprano. En 2017 actuó en el Patio de los Arrayanes alhambreño con su grupo la Galanía. En el 450 aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi, Andueza y la Galanía pusieron en pie Monteverdi&Friends. La cantante navarra recuerda aquella noche como "una experiencia inolvidable, pensé que estaba soñando". Y continúa: "La atmósfera que se crea es absolutamente especial, con el estanque central como eje, el público abrazándote desde los dos flancos del patio y la belleza descomunal del lugar convertida en escenario, en espacio sonoro, donde el sonido rebota en las paredes más exquisitas del mundo bajo esos arcos que albergan tantos siglos de historia".
El Palacio de los Arrayanes es un espacio de los habituales. El Palacio de Carlos V, por su parte, es el más utilizado. En esta ocasión, acogerá hasta 11 funciones. Es, además, un espacio perfecto para mantener la distancia necesaria entre el público y acoger a un número cercano a los 800 espectadores. A él se unen diversos espacios alhambreños como el teatro del Generalife, el pórtico del Jardín del Partal o el maravilloso Patio de los Arrayanes, entre otros. Pero también la ciudad pone a disposición del festival sus mejores sitios. La catedral, pero también el Palacio de los Córdova, el Palacete de Quinta Alegre, el céntrico Corral del Carbón, originalmente una alhóndiga de trigo del siglo XIV y hoy, además, sede del festival. Dos excelentes funciones pianísticas tendrán lugar en el Patio de los Mármoles, en el Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada.
Los festivales de este tipo siempre tienen sus aficionados de largo recorrido. Público fiel que asiste año tras año y que, en realidad, son la memoria viva de cualquiera de estos acontecimientos. Diana Kelham es una de ellas. La primera vez que fue al festival, explica, fue en 1968. Tenía entonces 24 años, subió con Victoriano del Cerro y ambos eran estudiantes. Se casaron al año siguiente y hoy, 52 años después, siguen juntos y fieles al festival. "Vimos a Rudolf Nureyev y a la gran Margot Fonteyn bailando Giselle", recuerda. Y también se ve ahora a sí misma aquel día "con un vestido largo, subiendo la cuesta hacia la Alhambra. No íbamos a ir en la moto de Victoriano a un acto así", dice entre risas.
Desde aquel día, excepto un par de años en los que sus dos hijos eran bebés, Diana nunca ha faltado al festival. Recuerda momentos excepcionales con el violonchelista Rostropovich, "un músico genial", dice pero también con Enrique Morente, el flamenco granadino fallecido hace una década. Diana se convertiría después en cónsul honoraria de Gran Bretaña en Granada, un cargo que mantuvo durante casi dos décadas. Durante ese tiempo se encargó, dice, de hacer su pequeña diplomacia musical trayendo al embajador británico cada vez que venía alguna orquesta o intérprete de aquel país. Este año, Diana Kelham volverá de nuevo a su festival.
El Festival Internacional de Música y Danza de Granada es bastante más que su programa central, dedicado en esta ocasión al 250 aniversario del nacimiento de Beethoven y por ello salpicado de innumerables guiños al compositor alemán. Este programa principal se deja acompañar, en paralelo, por el FEX, y salpicando aquí y allá el intenso mes musical, aparecen tres Noches de Flamenco, cuatro conciertos matinales en diferentes iglesias y en el universitario Hospital Real y el Festival de los pequeños, con dos espectáculos. A todo ello, se añade una parte educativa que alcanza ya la 51ª edición. En ellos se insertan el Taller de Fotografía: música, danza y ciudad, la Academia barroca del Festival, que inicia su andadura este año, y otros cursos de índole diversa.
Cuatro orquestas sinfónicas, un coro, tres compañías de ballet y 77 artistas conforman el núcleo central del festival en junio y julio de este 2020. Un festival con varias presencias fundamentales. La de Beethoven, por supuesto, y la del piano. En cantidad y, sobre todo en calidad. Antonio Moral cree que "es imposible hoy día encontrar juntos en un mismo festival a los pianistas que estarán en Granada. Yo creo que es algo histórico que no volverá a pasar", explica el director, refiriéndose a Krystian Zimerman, Javier Perianes, Igor Levit, Martha Argerich, Grigory Sokolov, Elisabeth Leonskaja, Christopher Park y una lista que no acaba ahí.
El Festival granadino es también de danza. Dos compañías de ballet internacionales –la de Montecarlo y la de Biarriz– y la española de Antonio Najarro, junto a la actuación de Marea Danza, en el Festival de los pequeños, ocupan ese espacio en esta edición. También el FEX tendrá algunas pinceladas de danza. Y por supuesto, el cante flamenco siempre tiene presencia en el festival al más alto nivel. No en vano, aquí, en 1922 tuvo lugar la primera edición del Concurso de Cante Jondo, una cita en cuya organización estuvieron involucrados artistas como Federico García Lorca, Manuel de Falla y los grandes cantaores del momento. Tuvo lugar, por cierto, en la plaza de los Aljibes, la antesala del Palacio de Carlos V. En esta edición 2020 también estarán presentes algunos de los mejores artistas del momento como Carmen Linares y Miguel Poveda y el más polifacético Niño de Elche.
Las entradas para el festival se ponen a la venta en internet a partir de 16 de junio, excepto la del concierto inaugural en la catedral que tendrá carácter benéfico en memoria de las víctimas de la pandemia y que se podrán adquirir a partir del 9 de junio.
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