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Ya has logrado que te escuchen. Lo has conseguido. Pero hay que ponerles las cosas fáciles para que no te vengan con que no saben dónde se celebran y si son aptos para niños de tu edad. Por eso hemos hecho esa labor para ti. Cada vez hay más festivales que acondicionan sus espacios y programas para que los niños abanderen la algarabía de los conciertos. Pero no se conforman con cualquier victoria, quieren buena música. Saben que sus padres pertenecen a una generación genéticamente festivalera, y pretenden conquistar ese recodo de la memoria en el que aún habitan tiendas de campaña y pulseras multicolor en la muñeca.
El Minimúsica lleva diez años haciendo suya una parte del clásico Primavera Sound. Surgió en 2006, explica Nuria Muntaner, su organizadora, como antídoto a "una realidad musical paralela poco variada y desactualizada". Las canciones de Disney están bien, pero la música en directo es mucho mejor, "no queríamos que nuestros hijos se perdieran los conciertos a los que nosotros íbamos". Y voilà, primer bastión musical conquistado en Barcelona por los niños; tres días de Minimúsica (3, 4 y 5 de junio) con grupos que no necesariamente están especializados en un público menor de edad, "lo que se pretende es dar a conocer el arte mediante la música, por eso la programación cuenta con dinamismo, heterogeneidad y multiculturalidad", apunta Nuria.
La música en directo es una de las cosas más fáciles de compartir porque es una fuente de divertimento y emoción, y si es con niños, además deriva en una inagotable mina de desarrollo social y educación lúdica. Una experiencia que los niños extrapolan a otros ámbitos de su vida, como el caso de Iria, de cuatro años, que cree que Little Ponny, su dibujito favorito, ya no es indie porque se ha hecho famoso. Y claro, molaba más cuando en el cole era ella la única que lo conocía y no era un personaje comercial; una reflexión que todos hemos hecho alguna vez. "Al final, te das cuenta de que es igual que cuando nosotros íbamos a los festivales", reflexiona Asier, editor de Infanmusic.com y padre de Iria, quien ha sido arrastrado por sus cuatro hijos hacia todas las citas festivaleras en las que mandan los pequeños.
El Minimúsica en Barcelona o el Malakids en Madrid (ambos en las misma fechas) son los referentes del peregrinaje musical infantil. Están muy bien acondicionados para que los niños -y los padres- solo se preocupen de bailar, y suelen disponer de bastantes facilities: como tronas para bebés, protectores auditivos -aunque el volumen acústico del recinto se adapta a los niveles recomendados- , microondas para biberones, aparcamiento de carritos, taquillas, mesas para cambiar a los bebés y barras con oferta infantil, como ‘Malakids Market’, donde se venden zumos y smooties, entre otras ofertas infantiles. Y en el caso del Minimúsica incluso se habilita un espacio de juego libre con servicio gratuito de monitores cualificados abierto hasta las 23h.
El Malakids es gratuito, y en torno a la Plaza del Dos de Mayo (escenario principal) gira una programación paralela que abarca un sinfín de diversas actividades repartidas por el barrio de Malasaña. "Lo que más les flipa, además de los conciertos, son los talleres de breakdance, robótica o teatro", apunta Antonio Sañudo, coordinador de la cita y creador de Kideoo.com, quien intenta que este festival infantil sea como cualquier otro. Y aunque los grupos no sean expresamente infantiles, los niños se lo pasan pipa igualmente. Grupos como Doble Pletina, Esperit (Minimúsica) o The Pinker Tones (Malakids) son fieles a su estilo, pero también adaptan las letras de algunas canciones para interactuar más con un público que apunta maneras. Y si algún diablillo fascinado por la euforia se pierde (o se deja llevar más de la cuenta), no hay que preocuparse, la organización reparte pulseras a los niños en las que figuran el nombre y teléfono de sus padres.
Si remover nostálgicamente en tu memoria festivalera no muy lejana para buscar la sonrisilla permanente y el meneo melódico del cuello no es suficiente para seguir a tus hijos hacía estos festivales, prueba recordando el equilibrio que daba una cerveza en mano. Si aún no es suficiente para salir de esta página y ponerte en Youtube algún aftermovie de aquellos que te convencían para comprar las entradas, espera a imaginarte todo eso en alguno de estos lugares...
El South Pop en Isla Cristina (Huelva) y el In Situ en Ambrona (Soria) son dos festivales en entornos de naturaleza y confortabilidad que los hacen más que aptos para niños. Ir al South Pop (segunda semana de septiembre) es como ir de vacaciones a un festival: la comodidad es su estandarte. En el festival isleño de la Costa de la Luz hay de todo y todo está cerca. Sin masificaciones. Se disfruta en un ambiente distendido, tumbándose en la playa, con música de primer nivel o dándose un homenaje gastronómico. Dorian, Sidonie, Niños Mutantes o Ángel Stanich son algunos grupos del indie-rock nacional que se han dado cita aquí.
El escenario es un foro de piedra horadado al aire libre en mitad de un parque (Arquitecto Aramburu Maqua, s/n) repleto de colinas y césped desde donde ver a los grupos. Para descansar la organización presenta dos opciones: caerse de la cama y dar al festival o caerse de la cama y dar a la playa. Presentando el abono del festival se puede acceder a un precio bastante económico al 'Hotel Isla Cristina Barceló', situado exactamente a "dos minutos y veintiocho segundos del foro. Y está cronometrado eh" nos garantiza con guasa Santi, promotor de la cita. La otra opción (gratuita) es el camping de 'La Giralda', un extenso manto de sombras bajo pinares a quince minutos del festival y a dos de la playa. Un paraje vacacional con un maridaje obligado: probar la ventresca de atún de 'Bodega Dolores' (Pirámide Edificio, 7), casa portuaria con producto del día vivito y coleando; o 'La Belli', en el mismo recinto del festival, uno de esos lugares que solo conocen los lugareños y donde se espeta con facilidad lo de bueno, bonito y barato, que según Santi, son las tres palabras definitorias del South Pop.
Pero si verdaderamente buscamos música en plena naturaleza hay que subir hasta Soria, hacia "el único festival sin 4G". Ambrona es el pueblo de solo dos calles que acoge el In Situ, cuyas tablas presiden el nacimiento de un río, y más allá, nada más, solo un páramo eterno. Un marco remoto ideado para oír música en petit comité y pasar un fin de semana de convivencia rural. Tendrá lugar los días 1 y 2 de julio y cuenta con dos zonas de descanso, una para los jóvenes y otra para las familias, además de varias casas rurales disponibles en los pueblos vecinos.
Y una última opción de cara al verano es el Sonorama Ribera (del 12 al 14 de agosto) que contará con las actuaciones de Sr. Sapo y Petit Pop en horarios poco bulliciosos, invitando así a la presencia de todo tipo de públicos a Aranda de Duero (Burgos). Una ciudad que en esas fechas vive por y para el festival del vino, que acoge los conciertos dentro de sus calles y plazas, abarrotadas de un buen rollo desmesurado que lo ha convertido en el festival insignia de la escena indie nacional. Festivales en los que cada vez es más fácil ver a niños acompañados de sus padres; una experiencia completa y gratificante: diversión conjunta y emancipación familiar dentro de ambientes en los que el 'buenrrollismo' es la mejor vitamina para nutrir la felicidad –y la cultura– de los más peques.
Las fechas que tienes que recordar:
Minimúsica (Primavera Sound, Barcelona): 3, 4 y 5 de junio.
Malakids (barrio de Malasaña, Madrid): 3, 4 y 5 de junio.
In Situ Festival (Ambrona, Soria): 1 y 2 de julio.
Sonorama Baby (Aranda de Duero, Burgos): 13 y 14 de agosto.
South Pop (Isla Cristina, Huelva): segunda semana de septiembre