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Curiosamente, solo 7.800 de sus 32.000 hectáreas son Parque Natural. El resto lo constituyen esencialmente arrozales, por los que no dejan de aparecer aves en cualquier época del año, al igual que en sus lagunas, canales o arenales.
Decenas de miles de ejemplares de más de 350 especies sorprenden desde cualquier entrada: norte –L'Ampolla (1)–, centro –Amposta (2)– o sur –Sant Carles de la Rápita (3)–. A la vera de estas localidades, en ligera penetración hacia el delta, surgen ambientes acuáticos por los que desfilan garzas, anátidas, gaviotas y limí colas, a los que se suman martines pescadores, jilgueros, ruiseñores y lavanderas.
Hacia la desembocadura del Ebro se completa el safari ornitológico, con trayectos largos, pero pausados, en coche y cortos, pero jugosos, a pie por la Encanyissada (4), La Tancada (5), Riet Vell (6), Migjorn (7), El Garxal (8), Canal Vell (9), Les Olles (10) y puntas del Fangar (11) y de la Banya (12). Solo así se accede a observar grupos y colonias de aves difíciles de encontrar en este número en otros lugares: flamencos, moritos, calamones, gaviotas de Audouin, patos colorados, fochas comunes y tarros blancos.
Tortuga mediterránea. No solo de aves vive el delta. Esta especie de tortuga, catalogada en peligro de extinción en la Península, sobrevive aquí gracias a una población introducida. Todo el año.
Gaviota de Audouin. Concentra aquí la mayor población del mundo, concretamente en la punta de la Banya, pero se ven hasta en el puerto de Sant Carles de la Ràpita, con su inconfundible pico rojo. De marzo a septiembre.
Avetoro común. Muy difícil de ver, el delta del Ebro alberga la principal, aunque reducida, colonia de cría del litoral mediterráneo español. Dar con él entre el denso carrizal es todo un premio. Todo el año.
Morito común. De plumaje oscuro, su presencia en grupos y su pico curvo hacia abajo permite detectarlo con facilidad en puntos del delta más cercanos al mar, como Canal Vell y Migjorn. Entre octubre y abril.
Calamón común. En expansión y cada vez más fácil de ver. Forma grupos que picotean incansables entre la vegetación acuática. La finca de Riet Vell de SEO/BirdLife es un buen lugar para su observación. Todo el año.
Flamenco común. Cuenta con la mayor colonia reproductora fija tras Fuente de Piedra (Málaga). La laguna de la Tancada y las salinas abandonadas de Sant Antoni albergan las mayores concentraciones. Todo el año.
Pato colorado. Otra anátida bella y numerosa en el delta. Forma importantes concentraciones en la época de reproducción, en especial en las lagunas de El Garxal y la Encanyissada. Todo el año.
Tarro blanco. Hermosa y altiva anátida, fácil de distinguir por sus llamativos tonos blancos. Con la mayor población reproductora de España, se le ve en la punta de la Banya y en la Encanyissada. Todo el año.
Charrán patinegro. Aquí reside su principal colonia española. Es un privilegio verlo lanzarse en picado hacia el agua para pescar desde la torre de observación del Garxal, en la desembocadura del Ebro. Entre primavera y verano.
Garcilla cangrejera. Otra especie con la mayor colonia reproductora peninsular. De presencia estival, es solitaria y esquiva, pero con un macho de tonos anaranjados que destaca sobre otras garcillas. De abril a agosto.
Ostrero euroasiático. El ave limícola más importante del delta, inconfundible con su pico rojo y su plumaje negro y blanco. Le gusta la orilla del mar y aparece en migración entre julio y octubre y marzo y mayo. De abril a noviembre.
Aguilucho lagunero. La mayoría de ejemplares se muestran en invierno. Raro será no verlo planear sobre lagunas y arrozales desde cualquiera de los observatorios elevados. Atentos al de Migjorn. En otoño e invierno.
Este reportaje aparece publicado en el libro 'Inspiraciones' de Guía Repsol 2018.