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Ya sea porque el viajero experimentado presume de aventuras sin cargas superfluas, porque las habitaciones de los hoteles son cada vez más pequeñas o porque los trolleys están mal vistos últimamente como símbolo de la gentrificación; lo cierto es que las bolsas de viaje se han convertido en la mejor alternativa para las escapadas de fin de semana.
Eso sí, es importante invertir en una bolsa que sea cómoda, con un asa suave que nos permita agarrarla bien y colgarla del hombro sin que nos deje marca; que sea resistente, que se pueda lavar y quedar como nueva y, por supuesto, que tenga capacidad. En la tienda de Guía Repsol hay modelos irresistibles como el confeccionado en lino teñido con tintes naturales o el estampado con mapas, perfecto para ir a parajes lluviosos ya que está impermeabilizado. Además, se puede encontar el diseñado en tela vaquera, con un atractivo aspecto vintage pero altamente tecnológico, ya que está hecho a base de hilos Recover, muy sostenibles por el bajo impacto ambiental que tiene su fabricación.
Una vez que tenemos el continente perfecto, ¿con qué lo llenamos? Mucha gente lleva diez veces más de lo necesario. Hay que tener muy presente la estación del año, nuestro destino y el tipo de turismo que vayamos a realizar. No es lo mismo ir a pasear por las calles de una capital de provincia que por sendas montañosas.
Grabarse a fuego las siguientes recomendaciones es primordial si queremos pasar a formar parte del club de los buenos viajeros. Lo más abultado lo llevaremos siempre puesto con nosotros, léase abrigados plumíferos o chaquetones gruesos. En verano todo es más fácil porque la ropa es mucho más ligera, pero el problema es que se suda más, por lo que es imposible reutilizar la ropa, a no ser que podamos lavar en nuestro destino o tengamos cerca una lavandería.
Es primordial elegir ropa que sepamos que nos sienta bien y que es fácilmente combinable entre sí, es decir, que dos versátiles "partes de abajo" resulten armónicas con "tres partes de arriba" diferentes. En cuanto al calzado, solo hay que llevar dos pares, los que llevaremos durante el trayecto y otros en la bolsa. Muchas veces, con los puestos es suficiente. Si te das cuenta, en el día a día solemos calzar el mismo modelo de botas, sandalias o deportivas durante días porque son cómodos y nos hacen sentir seguros y guapos pero, cuando se viaja, es mejor ser precavido y llevar un par de repuesto por si acaso se nos rompen o se ensucian demasiado. Y, siempre, deberán ir en el fondo del equipaje guardados en sus respectivas bolsas textiles.
A la hora de empaquetar las prendas básicas (ropa interior, pijama, calcetines), es mejor introducirlas previamente en una bolsa de tela, ya sea de forma plana o enrolladas, para que la bolsa esté más organizada, no se arruguen y ocupen el menor espacio posible. No uses bolsas de plástico porque, además de ser antiecológico y antihigiénico, el aire es complicado de sacar. Por supuesto, también lleva una bolsa de tela para ir guardando lo que vayas ensuciando y mantenla siempre en el fondo, con los zapatos, para que no contagie olores.
En cuanto al neceser, lleva cosméticos, geles y cremas siempre en tallas mini y solo lo imprescindible, y guárdalo en último lugar para ocupar algún rincón que quede libre en el equipaje. Estos huecos (casi siempre las esquinas) son perfectos para meter los cables y cargadores de cámaras, teléfonos y portátiles y para guardar aquellas cosas que son imprescindibles como las gafas de sol, la bolsa con medicinas (no hace falta que te lleves toda la caja de paracetamol, con un blíster es suficiente), o aquellos pequeños objetos (tipo una toalla de microfibra) que hacen sentirte "como en casa". No se te olvide echar una bolsa plegable (las hay que se reducen hasta la mínima expresión) por si haces compras.
Estamos de acuerdo con que las escapadas de fin de semana son un salvavidas con el que desconectar del estrés del trabajo y de la rutina pero antes de salir hay que hacer un ejercicio que casi podría clasificarse de "superación personal" y es hacer la maleta. Hay que tener presente que una salida de fin de semana son dos días, no dos semanas, por lo que hay que aprender a priorizar.
Ya hemos comentado que lo más "gordo", por así decirlo, lo llevaremos puesto. Abrigos, jerséis, plumíferos… por lo que siempre podemos optar en echar a la bolsa un look que nos permita jugar con lo que llevemos puesto durante el viaje. Durante una escapada no importa repetir jersey o vaqueros. No hay que temer al Instagram porque siempre podremos aparecer en las fotos con algún detalle que nos diferencie de lo que llevábamos el día anterior como las deportivas en vez de las botas o un cortavientos en lugar del plumífero.
Los pantalones vaqueros son el comodín. Según se mezclen con el resto de las prendas se consigue con ellos un aspecto más casual o más arreglado. Llevar uno puesto y otro en el equipaje (en un tono más claro, o más estrecho, por ejemplo) es una de las reglas más seguidas por el turista inteligente.
Las camisetas y las sudaderas son otro de los ingredientes clave. Quedan perfectas si se combinan con una americana, que es otro de los elementos que deberemos echar sí o sí por si queremos tener un aspecto más elegante en caso de que tengamos pensado salir a cenar a un restaurante fino o justo pillemos un anticiclón y las temperaturas sean agradables.
Ahora que estamos en la temporada fría, lo mejor es llevar puestas unas botas ligeras y confortables que nos sirvan para caminar cómodamente sin temor a mojarnos los pies y, aunque podemos fácilmente tirar con ellas todo el finde, no está de más echar unas deportivas. En cuanto a accesorios, nada de caer en la locura. Con una bufanda, un gorro de lana y unos guantes (si vamos a sitios muy fríos y que además podemos llevar controlados en los bolsillos del plumas o el abrigo) es suficiente.
Otra idea que no está mal poner en práctica es hacerse con una cartera compartimentada para viajes. En ella se pueden guardar los documentos de identificación, el dinero, el smartphone, las tarjetas de crédito… en definitiva, los elementos imprescindibles para usar durante ese trayecto. En la boutique de Guía Repsol hay un modelo con estampado de mapas ligero, de gran capacidad y de fácil limpieza. El compañero perfecto del explorador incansable.
La velocidad con la que hay que funcionar cada día, ha enseñado a las personas que las prendas versátiles y que pegan con todo son la inversión ideal. Una bolsa de fin de semana no es el equipaje perfecto para llevar cuatro modelitos (dos para cada mañana y otros dos para cada noche que dure el periplo) bien conjuntados por lo que hay que ser prácticos y optar por elementos que favorezcan y que tengan algo de rollo. Es aconsejable tener en mente esta máxima: si es algo que no te pones habitualmente, no lo lleves porque seguro, que volverá tal y como salió de casa.
El casual es el estilo que mejor nos va para estos casos. Y, aunque parezca que no es elegante, para nada. Si acertamos con la combinación adecuada podremos llevar el street para cenar en un restaurante refinado y sin desentonar lo más mínimo. Lo mejor es optar por un par de pantalones: los vaqueros (puestos) y otros, tipo chino en color claro, que resultan muy favorecedores con una americana y una camiseta o camisa, algo más lujosas y originales.
La chaqueta es una prenda versátil a la hora de seguir "la táctica de la cebolla" porque se pueden superponer prendas (camiseta, camisa y americana o camisa, jersey y americana) con un resultado calentito y resultón. Las botas son clave en un viaje donde se vayan a pisar terrenos embarrados o por si se pilla una borrasca en una excursión urbana, aunque no está de más echar a la bolsa las socorridas deportivas.
Uno de los elementos donde las féminas siempre suelen perder el control es en los accesorios. Hay quienes piensan que deben llevar pendientes, colgantes, anillos y bolso específico para cada look y eso es una equivocación porque, al final, se acarrea peso de más y aumenta la posibilidad de perder algo por el camino. Llevar un colgante, un par de anillos y unos pendientes es suficiente ya que combinan con todo.
En cuanto a bolsos, el puesto para el viaje (si es en bandolera mejor que deja las manos libres) y un clutch tipo sobre por si salimos a cenar que es plano y ocupa poco espacio. Un pañuelo largo (preferiblemente oscuro), envolvente y de tejido ultraligero, es el que nunca debe faltar en la bolsa ya que además de como prenda de abrigo, sirve para sentarse en la hierba o en la arena, o de improvisado mantel de pícnic.
Agradecimientos: Woolrich, Deus Ex Machina, Veja, Blundstone, Benetton y Meraki en Amazon.
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