Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Lo aseguran los científicos. Desarrollar una actividad aumenta la producción de endorfinas, una hormona que segrega nuestro cerebro que actúa como analgésico y euforizante natural. El realizar manualidades en casa es una idea perfecta ante los días de reclusión que tenemos por delante, cuando ya nos hastía la tele o no tenemos ningún libro interesante que llevarnos a los ojos. Hace décadas no existían sofisticados videojuegos, ni Netflix, ni Internet… Lo único que se tenía a mano eran básicamente lápices, hilos, tijeras, pegamento… y las manos.
El Do It Yourself está ahora más de moda que nunca. Los que practican un hobby habitualmente (tejer, coser, hacer puzles, encuadernar, dibujar…) lo tienen más fácil. Ellos ya utilizan sus particulares 'válvulas de escape' para escapar de la rutina e, incluso, han encontrado en ellas una salida laboral. Pero, los que aún no tienen ninguna afición, ahora es buen momento para iniciarse en alguna porque la mente se concentrará en aquello que esté haciendo, lo cual relajará y olvidará, por un rato, el Covid-19.
Las décadas de los 60 y 70 eran muy profusas en cuestión de manualidades para hacer en casa. No en vano, el movimiento hippie tan característico de aquella época alentaba a decorar las casas y a lucir prendas y accesorios hechas a mano. Muchas de aquellas ideas siguen hoy muy vigentes como el trabajo con macramé y, por supuesto, mucha bisutería.
Uno de los hits de aquella época que siguen muy en boga en la actualidad son los cuadros de figuras geométricas hechos a base de hilos de colores. Solo se necesita una base de madera, tela para forrar, clavos, martillos y bobinas de hilos gruesos de colores al gusto.
Los rollos de papel higiénico se han convertido en emblema de esta crisis sanitaria pero ¿qué hacer con los canutos de cartón cuando se acaban? Hay más opciones que llevarlos al contenedor de papel. Hay que tener en cuenta que tienen muchas posibilidades estéticas. Por ejemplo: se pueden hacer unas llamativas máscaras a las que podemos dar el toque que queramos: étnicas, futuristas, fantasía, infantiles… Crear todo un imaginario personal que alegre cualquier rincón de casa. Las posibilidades decorativas de los rollos de cartón son insuperables.
En estos días de reclusión forzosa, la redecoración de la casa se ha convertido en una cuestión esencial. Este mural realizado a base de flores hechas con tubos de papel higiénico seguro que recibe alabanzas de tus invitados (cuando puedas volver a tenerlos, claro) y si la jardinería ocupa buena parte del tiempo de ocio, hacer semilleros para plantar aromáticas es una opción respetuosa con el medio ambiente porque el cartón se descompone con el tiempo.
La encuadernación japonesa se diferencia de la tradicional, por la ausencia de lomo y por el pegado y cosido de las hojas y portadas de forma visible, lo que se convierte en un proceso manual con un resultado más personal y rústico. Actualmente, es una de las más utilizadas dentro de lo que se ha llamado: scrapbooking.
Esta técnica permite recopilar todo tipo de papeles: recortes de periódico, papel reciclado, una libreta, fotografías impresas, y da carta blanca para utilizar los hilos, colores y materiales que se deseen. Para introducirse en la encuadernación japonesa uno de los cosidos mas básicos es el de cuatro agujeros conocido como Yotsume toji. Es elegante y sencillo de realizar. Su única dificultad radica en tener cuidado de que quede lo mas simétrico posible a la hora de cortar y coser todas las piezas.
Con los primeros calores primaverales apetece ir sacando la ropa mas ligera. Camisetas, sudaderas cazadoras, bombers… más o menos desgastadas. Y, ya que no se puede ir de compras, se pueden customizar para darles una nueva vida. Las más fáciles son las camisetas: cuellos desbocados, hombros al aire, escotes… Se les puede dar un rollo 'festivalero'. Incluso las podemos personalizar con la exótica técnica de Batik.
El desteñido no conviene hacerlo al tuntún, como hace Tyler Cameron, lo mejor es tener una intención creativa cuidadosamente planeada, además, el Batik no se tiene por qué limitarse solo a las camisetas, porque el repertorio se puede ampliar a cojines, manteles, servilletas, cortinas o colchas con los que crear piezas muy decorativas. Incluso se puede aplicar Batik a los vaqueros y, ya puestos, se puede agujerear y deshilachar algunos que se ten tengan por ahí. Existen muchos vídeos en YouTube con explicaciones fáciles donde los rotos no quedan cutres.
Las cazadoras vaqueras son un lienzo perfecto para dar rienda suelta a la creatividad. Para quitarles el rollo impersonal con el que salen de fábrica se puede optar por hacerles rotos con lo que quedarán muy traperas, llenarlas de parches en plan Gucci o llenándolas de motivos, ya sea pintados a mano o a base de plantillas. Hay muchos influencers y artistas urbanos que tienen las cazadoras vaqueras en el punto de mira como Hao You Phill, nadera y2k o Ten Hundred.
Lo primero que se hará tras el estado de Alarma será, sin duda, volver a tomar las calles. Las deportivas blancas están muy de moda, pero son aburridas. Dylan & Vincent tratan deportivas con la técnica del Hydro Dipping o Hidroimpresión, un proceso que utiliza un film o película de papel de polivinilo soluble en el agua, la cual contiene los diseños impresos que se transferirán a la pieza a decorar.
Una vez la pieza ha sido tratada (limpiado, lijado) adecuadamente, estará lista para ser decorada. Para ello se sumerge en la cubeta y la tinta del diseño la envolverá aprovechando la presión del agua. Si no se disponen de medios para realizar el costumizado con este procedimiento tan sofisticado, se puede tirar de herramientas clásicas como rotuladores, sprays y pinceles para pintar las deportivas. Will The Artist tiene algunas ideas muy apetecibles.
Las fundas de los móviles son un complemento útil para mantener el smartphone a salvo de caídas y golpes pero también es una superficie muy apetecible para decorar. Purpurina, cuentas de colores, pinturas plásticas, trozos de espuma, pajitas de colores, muñecos de goma, esmaltes de uñas de colores, lana de colores… Cualquier cosa –muchas de ellas las tenemos en casa– sirven para darle a nuestro teléfono el toque de locura creativa que se merece.
En casa se suele guardar mucha tecnología desfasada y en desuso. Pues bien, algunas veces conviene sacar la caja de herramientas y empezar a trastear con cables, soldadora, alicates y destornilladores para conseguir cosas sorprendentes e, incluso, darles nuevo uso a esos pequeños electrodomésticos que estaban abocados al contenedor de reciclaje. Un guante imán para atraer los botes de refrescos, transformar unos auriculares con cable en inalámbricos, un rudimentario micrófono para el móvil, un cargador casero para cargar el móvil y hasta un minijoystick para jugar en el teléfono.