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Madrid es una ciudad cosmopolita y multicultural, en la que viven gentes de muy diferentes nacionalidades, religiones, razas... "Atendiendo a esta realidad social y cultural de la ciudad, nos propusimos hacer también una celebración en la que se viera reflejada esa diversidad, y de ahí nació La Navideña", explica David Berna, su director artístico.
Para ello, más de 75 embajadas y otras instituciones internacionales se han unido al Ayuntamiento de la capital en este colorista viaje por y para todo el mundo, sea cual sea la edad, etnia, religión e ideología. "Estar en esta feria es una experiencia muy bonita por ver la unión de todos estos países, especialmente en los tiempos que corren", nos comenta Nayla, de la delegación de Colombia.
El programa de actividades de La Navideña tiene muy-mucho para hincarle el diente. Fue tal el éxito de la primera edición (celebrada el año pasado en Conde Duque), que, en esta ocasión, se han multiplicado los países participantes y las actividades. Las más de 250 programadas se van a ir sucediendo los días de duración de la feria en las distintas localizaciones de Matadero (¡y la inmensa mayoría, gratis, por cierto!).
Entre ellas, llaman la atención los showcooking, a cargo de cocineros de diferentes nacionalidades, que van a enseñar a preparar feijoada brasileña, cuscús marroquí o ceviche peruano; y también las catas de vinos chilenos o de un típico desayuno nórdico. Además, hay talleres curiosos como el de "japonés para viajar", el de bailes griegos y ritmos afrocubanos, o el de cómo decorar una mesa de Navidad a la danesa.
Para los niños, cuentacuentos de Vietnam y Rusia, talleres de egiptología, de circo y de manualidades para hacer linternas filipinas de Navidad, máscaras chinas, coronas de flores de Ucrania... Otro plato fuerte es el de los conciertos, por ejemplo, el del pianista italiano Cesare Picco o el de los españoles Marlango, así como la proyección de películas, entre las que están Metegol (Argentina), Una pastelería en Tokio (Japón), À beira do caminho (Brasil), etc.
Más allá de las actividades, en el patio de Matadero siempre vas a encontrar algo que ver. Para empezar, un mercado navideño con casetas de madera, cada una de un país y en las que se venden creaciones típicas de cada uno de esos países. Así que puedes tomar alfajores de Argentina, fideos de arroz de Filipinas, chocolates de Ecuador, dulces de almendras de Egipto o un rico café de Colombia recién hecho, pero también comprar artesanía de Brasil, de la India, de Hungría, de Japón... Vamos, ¡un viaje por el mundo en toda regla! "Durante estos días, tenemos la oportunidad de dar a conocer a la gente nuestra gastronomía, nuestro arte, nuestras materias primas, y eso nos encanta", nos cuenta Teresa, desde la caseta de Filipinas.
Justo al lado, se ha montado un escenario en el que, mientras echas un vistazo entre puesto y puesto, puedes estar viendo también desde un espectáculo de samba brasileña, villancicos alemanes o canciones de Guinea Ecuatorial, hasta exhibiciones de artes marciales japonesas (aikido) y tailandesas (muay thai), pasando por vistosos bailes folclóricos de Bolivia, Indonesia o Irlanda.
Por si todo esto te supiera a poco y, como no podía ser de otra forma en estas fechas, hay, además, una muestra de belenes del mundo e, incluso, espacio para la solidaridad. Y esto a través de conferencias y una exposición de fotos sobre el tema de los refugiados, una realidad internacional que sigue (muy) vigente, también en Navidad.