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Los niños pueden aprender mucho viendo películas de animación, incluso les puede despertar el gusanillo por viajar, aprender sobre otros mundos –a veces más cerca, a veces más lejos– pero todos fascinantes. Con estas películas es fácil que acabes escuchando frases como: "Papá, quiero ir a ver los restos de la civilización inca", "Mamá, quiero que me lleves al Puente de Brooklyn" o "Abuelo, ¿por qué no nos vamos en el próximo puente a la Alhambra de Granada?". Aprovecha que ahora tienes más tiempo y disfruta desde el sofá con toda la familia.
Un niño mexicano, Miguel Rivera, sueña con convertirse en un cantante famoso como su ídolo, Ernesto de la Cruz. Pero tiene un impedimento. Para Los Rivera la música está prohibida desde que su tatarabuelo abandonó a su tatarabuela Mamá Imelda y a su hija Coco, aún viva (la abuela de Miguel), para convertirse en músico profesional. Es el día de Muertos y la familia de Miguel ha preparado un altar festivo de acuerdo con la tradición, adornado con ofrendas y fotos de los antepasados. Miguel se fija en una de las fotos y descubre que su tatarabuelo tenía la misma guitarra que Ernesto de la Cruz. El niño decide robar la guitarra del mausoleo de Ernesto de la Cruz para participar con ella en el concurso, pero, al tocar sus cuerdas, un extraño hechizo le traslada al mundo de los muertos juntos a su perro Dante.
¿Por qué este argumento puede animar a lo niños a viajar? Porque la fiesta del Día de Muertos en México es uno de sus mayores valores culturales y los críos se interesan por ella, por todo lo que ven en la pantalla, por la manera de hablar de los personajes o por sus tradiciones. Coco propone una interesante reflexión sobre los recuerdos, los afectos y el valor de la familia, atractiva, entonces, para padres, madres e hijos.
Blue, un guacamayo azul, capturado por unos traficantes de animales en Río de Janeiro, vive ahora en Minessota cuidado por Linda. Quince años después, un desconocido descubre que él es el último macho de su especie y que Perla es la última hembra. Los cuatro deciden ir a Río con la intención de salvar la especie, pero, de nuevo, un traficante robará los dos guacamayos. Así comienza una trepidante aventura en los que Blue y Perla, con la ayuda de nuevos amigos de otras especies, intentan escapar. Es entonces cuando Blue aprende de verdad lo que es ser un guacamayo.
En 'Río 2', Blue y Perla ya tienen tres hijos y viven tranquilamente, pero esta decide que sus retoños tienen que aprender a vivir como auténticas aves. Por este motivo, viajan los cinco al Amazonas. Blue teme perder a su familia por la llamada de la selva. Muy poca atención habrán puesto los niños, y no lo harán, si después de acabar estas dos películas no le piden a sus padres viajar al Amazonas o al espectacular Río de Janeiro. Y, lo mejor de todo, desarrollarán su conciencia medioambiental y su amor por los animales.
En la primera de ellas, el albañil Tadeo Jones vive en Chicago y sueña con ser arqueólogo. Un día recibe una propuesta de un famoso explorador al que admira: viajar a Cuzco, Perú, para encontrar la famosa ciudad perdida de Paititi. Y hasta allí se dirige con su mejor amigo, su perro Jeff, para unirse al Profesor Lavrof y su hija Sara y conseguir salvar la ciudad perdida de los incas de una malvada corporación de cazatesoros. De producción española, fue la película de animación revelación del año 2012 disfrutando de un gran éxito de taquilla, tanto en España como a nivel internacional. Ganó tres premios Goya. Entre ellos, mejor película animada y mejor guion adaptado.
Gracias a su éxito, en 2017 llegó la segunda parte. Tadeo se va a Las Vegas a la presentación del último descubrimiento de su amada Sara, el Papiro del Rey Midas. Sin embargo, la joven es secuestrada por un rico que quiere hacerse con los secretos del citado monarca, quien convertía en oro todo lo que tocaba. A partir de esta aventura, Tadeo recorre España, Grecia y Turquía en busca de su amada. Se convirtió en la segunda película española más taquillera del año con 18 millones de euros y volvió a ganar el Goya a la mejor película de animación.
No os extrañéis si vuestros hijos os piden ir a Perú a descubrir la civilización Inca, visitar los restos de la antigua Grecia o la Ruta Tadeo Jones de Granada, que recorre las localizaciones de la segunda entrega del ya famoso personaje, tales como El Mirador de San Nicolás, el barrio del Albaicín, la Carrera del Darro, la Plaza de Santa Ana, la Cuesta de Gomérez o la mismísima Alhambra. Y, atención, que se avecinan en próximas fechas Tadeo Jones 3 y Tadeo Jones 4.
Dirigida por Chris Renaud, se trata de una comedia acerca de la vida que llevan nuestras mascotas cuando las dejamos solas en casa. Todo ocurre en un más que animado edificio de Manhattan. Cuando los dueños se van al trabajo, animales de todos los colores, formas, pelos y plumas hacen reuniones, fiestas, critican a sus amos y ven un reality animal en televisión.
Max, un inteligente terrier, es el jefazo del edificio y está demasiado seguro de tener en la palma de la mano a Katie, su dueña. Sin embargo, cuando la joven vuelve a casa con Duke, un mestizo gigante carente de cualquier habilidad social, su vida cambia. De repente, ambos perros se encuentran perdidos en las calles de Nueva York. Lo único que pueden hacer es olvidar sus diferencias y sumar fuerzas contra un malvado conejo llamado Pompón, para poder regresar al hogar antes de que lo haga Katie. El conejo recluta un ejército de animales abandonados para vengarse de los seres humanos.
Si los mayores hemos visto mil películas que nos enamoraron de la gran Manzana, para los más pequeños, Mascotas puede ser un primer acercamiento a la ciudad de los rascacielos, ya que sus personajes recorren Manhattan y hasta el mismísimo puente de Brooklyn tiene gran protagonismo. ¿Momento ideal para cruzar el charco en busca de la Estatua de la Libertad? Lo otro que te puede pasar es que te pidan una mascota.
Y terminamos con una de las grandes películas del pasado año, 2019, que ha puesto a la animación española al nivel de los más grandes estudios. La cinta dirigida por Sergio Pablos, primera película de este género producida por Netflix, ha ganado un Bafta, siete premios Annie y estuvo nominada al Óscar. Cuenta la historia del origen de Papá Noel. Jesper, cartero y mal estudiante en la academia postal, es enviado a un gélido lugar más allá del Círculo Polar Ártico. Allí nadie envía cartas y se encuentra desesperado hasta que conoce a Klaus, un ermitaño que vive en una aislada cabaña repleta de juguetes fabricados a mano por él. Iniciarán una amistad y decidirán devolver la alegría al lugar, ya que un acto de generosidad generará otro.
¿Y por qué Klaus despertará el gusto por viajar en tus hijos? Sin lugar a dudas, porque querrán conocer el pueblo original de Papá Noel. Y en la película, el lugar es Smeerenburg, un pueblo real y abandonado que existió en Noruega. Se encuentra en el archipiélago Svalbard, en la isla de Amsterdam y significa literalmente Pueblo de la Grasa de Ballena. Fue un municipio fundado por holandeses a principios del siglo XVII.
Era el asentamiento para la caza de ballenas realizada en las costas cercanas. Cuando dichos animales marinos comenzaron a escasear debido a la intensiva caza, los habitantes, estacionales y dependientes de ese trabajo, se marcharon. Habían pasado 50 años desde su fundación. Hoy forma parte de un parque nacional noruego lleno de glaciares y osos polares y todavía se pueden ver las ruinas del antiguo pueblo.