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La gran saga de YA (siglas de young-adult: 'joven-adulto' en inglés; un género en alza desde Los juegos del hambre), y probablemente la más sofisticada, sin abandonar nunca los códigos del cine más joven. Protagonizada por Shailene Woodley y ambientada en un mundo distópico en el que uno debe escoger clan y destino obligatoriamente. Los que no entran en esos parámetros son considerados parias y extremadamente peligrosos. Una trilogía entretenidísima, ideal para una tarde. Cualquier tarde.
En Disney+, el sueño húmedo de cualquier cocinero y la película que citan todos los chefs del mundo cuando se les inquiere sobre el Santo grial de la cocina, aquello que todos persiguen: la escena en la que el siniestro crítico gastronómico del filme toma una cucharada de Ratatouille y eso le traslada a su infancia, a cuando su madre le cocinaba ese plato. Decía Ferran Adrià que "el estómago es la manera más rápida de llegar a alguien" y en esta maravilla de Pixar le dan la razón. Lo bueno de las películas de los californianos es que no tienen un rango de edad. Da igual los años que tengas: te va a encantar.
Una de esas obras maestras que fue ignorada en su momento y en el que colaboraron algunas de las mentes más brillantes del cómic, la arquitectura y el diseño. Un tipo es 'secuestrado' y enviado a las tripas de un ordenador, en el que tendrá que luchar con otros programas para sobrevivir. El culto que se generó a su alrededor fue tan grande que generó una secuela, con banda sonora de Daft punk. Para dejar con la boca abierta a los YA de la casa.
De vocación claramente adolescente, pero con un toque familiar, esta producción de Netflix explica las aventuras de dos amigas obsesionadas con viajar en el tiempo que ven frustrados sus planes por un pequeño inconveniente que no conviene revelar (no, no vamos a hacer spoilers). Gran diseño de producción, buena dirección, un guion muy entretenido y una peli magnífica para pasar un buen rato sin tener que romperse demasiado la cabeza. A veces, también ayuda.
Esta sí, para jóvenes-adultos y solo para jóvenes-adultos. Los jóvenes-jóvenes van a perderse en el lenguaje y la trama; los adultos-adultos, van a sentirse como si vieran una tele con una carta de ajuste en un lenguaje desconocido. Los jóvenes-adultos se lo van a pasar pipa con esta historia de chavales en busca de sexo, fiesta y diversión, pero que no acaban de encontrar ninguna de las tres cosas. Exitazo en su momento, y la primera de muchas comedias faltonas con un pie en los 80 y otra en el siglo XXI. Para fans del despiporre sin complejos.
Ningún adolescente jamás ha sido defraudado por esta película que narra la historia de un caradura que un día decide no ir al instituto para dedicarse a fiestear en las calles de Nueva York con su entourage. Un canto a la vida, con un descomunal Matthew Broderick, cantando la mítica twist & shout en una de las escenas más memorables del cine de los años 80. Divertídisima epopeya urbana para recuperar el ánimo y pensar en lo pronto que volveremos a pisar la calle. Cantando o sin cantar.
Una adolescente (una jovencísima Lindsey Lohan) llega desde África a un instituto estadounidense. Allí las dificultades de adaptación provocan que caiga en manos de una triada de estudiantes del centro, las "chicas malas" del título. Naturalmente, no tardará en darse cuenta de que sus presuntas amigas son en realidad lo peor de lo peor. Una comedia clásica en un género (el de los institutos americanos) que conocemos más que nuestro propio país. Perversa a veces; tierna en ocasiones. Chicas malas nunca pasa de moda, ni siquiera cuando ya han pasado 15 años desde que viera la luz del día.
Para aquellos que no tienen miedo al miedo, y que saben que Pennywise, el payaso diabólico es solo un personaje surgido de la mente de Stephen King. Para ellos/as, la primera entrega de It es una auténtica fiesta de sangre, monstruos y pesadillas que siguen ahí mucho después de que uno se haya levantado. Dos horas de terror, con pausas para el relato iniciático y una reflexión feroz sobre lo duro que es acostumbrarse a perder. Un peliculón, vaya.
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