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Museo de Bellas Artes de Bilbao,.

Planes gratis en Bilbao

Sumérgete en Bilbao sin sacar la cartera del bolsillo

Actualizado: 20/01/2025

Bilbao, esplendorosa capital vizcaína, ofrece más de una alternativa para conocerla y disfrutarla sin gastar un euro, aunque no seas menor de edad, estudiante, ni peregrino. La villa fundada en 1300 mantiene abiertas de forma gratuita las puertas de museos, templos religiosos y más edificios históricos y emblemáticos cuyo disfrute no empina la cuesta de enero.
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Comer unos buenos pintxos o tomar asiento en bares y restaurantes... Ver un partido del Athletic Club o del Bilbao Basket... Perderse en jardines, calles, avenidas y cantones… Ir ‘de tiendas’… Disfrutar la programación de teatros como el Arriaga y de referentes rockeros como el 'Kafe Antzokia'… Las excusas para acercarse cualquier día a Bilbao son incontables y, evidentemente, muchas de ellas requieren un desembolso de dinero. Pero también hay opciones gratuitas, alicientes que ratifican el inmenso valor de disponer de tiempo libre.

Fachada de la estación de Abanto.
Fachada de la estación de Abanto. Foto: iStock

¡Claro que es posible conocer la capital vizcaína sin rascarse el bolsillo! Y no solo sus fachadas, también el interior de edificios e infraestructuras emblemáticas como la popular Estación de Abando, Estación del Norte o Indalecio Prieto, que recibe a cuantos llegan en tren con un enorme vestíbulo y una espectacular vidriera policromada de 20 metros de ancho y 15 de alto que reúne estampas de distintas actividades económicas, usos, costumbres y tradiciones de Bizkaia.

Estación de Abando de Bilbao.
La espectacular vidriera policromada de la estación de Abanto. Foto: iStock

A un paso queda la Estación de la Concordia, cuyo acceso por calle Bailén, modernista, remite a la Belle Époque y es otra imagen representativa de la villa desde 1902, pero mucha menos gente te rodeará en el Ayuntamiento de Bilbao, donde visitas guiadas permiten disfrutar, cada mañana entresemana, el interior de un palacio municipal que en abril de 1892 sustituyó definitivamente al Convento de San Agustín. Imprescindible observar la suntuosidad de su Salón Árabe, señalado habitualmente con el de la Bolsa de Oporto como ejemplo definitivo del estilo y hoy escenario de bodas civiles, más celebraciones y recepciones.

Vista del Ayuntamiento de Bilbao. Foto: iStock
Vista del Ayuntamiento de Bilbao. Foto: iStock

Entra también al edificio que acoge la Biblioteca Central de Bidebarrieta, construido en 1890 para albergar la sede de El Sitio, antigua sociedad recreativo-cultural de carácter liberal. Si no eres socio no podrás llevarte prestado ninguno de los más de 100.000 libros que pueblan sus estanterías, pero nada impedirá que te seduzcan detalles de lujo pretérito como la imponente escalera central en piedra de Angulema, vidrieras fabricadas en Amberes, lámparas originales, madera de roble y molduras cubiertas en pan de oro. Otro edificio singular donde puedes entrar es el barroco Palacio Yohn, que se estructura alrededor de un peculiar patio triangular y alberga el Centro de Documentación de Mujeres, cuyo fondo bibliográfico incluye una colección de más de 1.000 carteles, revistas descargables en línea, recursos digitales y documentación histórica.

El renovado edificio del Mercado de la Ribera es obra de Pedro Ispizua. Foto: Mercado de la Ribera.
El renovado edificio del Mercado de la Ribera es obra de Pedro Ispizua. Foto: Mercado de la Ribera.

Así mismo, se dice -seguramente con razón- que para hacerte una idea de cómo son un lugar y la gente que lo habita hay que pisar sí o sí su mercado. Y aquí tienes que visitar sí o sí La Ribera, señalado recurrentemente como el mercado de abastos cubierto más grande de Europa. Su techo cobija 10.000 m² de superficie comercial, fue inaugurado en agosto de 1929 bajo un proyecto en estilo racionalista del arquitecto Pedro de Ispizua, y es cierto que en 1990 el Libro Guinness de los Records le reservó un hueco en sus páginas como el Mercado Municipal de Abastos más completo.

Azkuna Zentroa - Alhóndiga Bilbao
Azkuna Zentroa, una singular plaza pública interior. Foto: Azkuna Zentroa - Alhóndiga Bilbao

Siempre merece la pena un paseo por el interior de Azkuna Zentroa, una singular plaza pública interior, indoor, que, además de cines, sala de exposiciones, auditorio y oferta hostelera, alberga instalaciones como gimnasio y piscina de vaso traslúcido que observada desde el atrio, echando la cabeza hacia atrás, parece una instalación artística. Casi todo soportado por 43 columnas completamente diferentes, con ánimo de representar la multiplicidad de culturas, conflictos y creencias experimentadas por la humanidad a lo largo de la historia.

Procura suficiente entretenimiento el mero hecho de escoger tu favorita entre todas, pero si quieres ir más allá y ponerte al día con detalle de la historia y la transformación de este antiguo almacén de vinos, aceite y encurtidos, cómo transformó Philippe Starck la alhóndiga (los bilbaínos aún la llaman así) concebida originalmente por Ricardo Bastida, puedes sumarte a las visitas guiadas gratuitas que se realizan los martes, miércoles y sábados. Y has de saber que no es necesario ser socio para acceder sin restricciones a la lectura y consulta de los fondos de su Mediateka, una colección de más de 60.000 ejemplares en diferentes soportes (libros, revistas, DVDs, CDs…).

El Museo de Bellas Artes, gratis por obras

Más de una de esas referencias otorgará protagonismo al continente y al contenido del impresionante Museo de Bellas Artes de Bilbao, cuya entrada es y seguirá siendo gratuita mientras duren las obras de ampliación encargadas a Norman Foster y Luis María Uriarte. De manera excepcional, y al menos hasta noviembre de 2025, puedes disfrutar diariamente de un referente cultural que cobija más de 10.000 piezas de pintura, escultura y artes aplicadas, desde el arte romántico hasta las primeras vanguardias y sus derivaciones contemporáneas, y que ha arrancado el año con media docena de exposiciones temporales en marcha.

Museo de Bellas Artes de Bilbao,.
Mientras duren las obras, entrar al Museo de Bellas Artes de Bilbao es gratis. Foto: Museo de Artes de Bilbao

La entrada al Museo Marítimo únicamente es gratis los martes, pero frente a él se encuentran los diques del añorado Astillero Euskalduna, donde descansan, varadas a la vista de cualquiera, las principales embarcaciones de la colección del Itsasmuseum, entre ellas la famosa gabarra rojiblanca. Es buen plan acercarse hasta allí y situarse al pie de Carola, impactante grúa cigüeña de 30 toneladas de peso y 60 metros de altura, cuya presencia nos recuerda que aquí mismo se construyeron y repararon enormes buques desde 1900 a 1988. Los viernes y sábados de enero, además, podrás disfrutar a sus pies de un espectáculo nocturno (22:00 horas) de luz y sonido.

Bilbao, Spain, 08/29/2016flower dog Puppy by artist Jeff Koon in front of the Guggenheim Museum in Bilbao
Puppy, el descomunal perro florido de Jeff Koons. Foto: iStock

Mucho arte y mucha historia cubre también la Plaza Corazón de María, debajo de la cual se encuentra un yacimiento que permite observar tanto los vestigios del antiguo Convento de San Francisco (iglesia gótica, claustro y sala de terciarios) como los del Cuartel del Príncipe Don Alfonso, ejemplo de arquitectura militar erigido a su vez sobre sus ruinas. Un tesoro del S.XV que puedes visitar gratuitamente. El control de acceso lo gestiona el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao, otra joyita localizada en el barrio de Bilbao la Vieja, antiguo núcleo ferrón y marítimo, que abre sus puertas sin coste los jueves.

Mamá, la enorme araña construida en bronce, mármol y acero inoxidable por Louise Bourgeois.
Mamá, la enorme araña construida en bronce, mármol y acero inoxidable por Louise Bourgeois. Foto: iStock

Ese día tampoco hay que pagar para acceder al Museo Vasco. Igual que sucede los viernes en el Museo Arqueológico y los martes en el Museo de Arte Sacro. Sin embargo, el Museo Guggenheim Bilbao no cuenta con ninguna jornada de puertas abiertas, salvo grandes efemérides, pero se antoja imprescindible rodear la construcción imaginada por Frank Gehry, observar sus formas caprichosas y la rara belleza de su coraza de titanio y posar junto a Puppy, el descomunal perro florido de Jeff Koons. O con Mamá, la enorme araña (mide casi nueve metros) construida en bronce, mármol y acero inoxidable por Louise Bourgeois.

Iglesias, basílicas y catedrales

Aunque las vocaciones flojeen y sus bancos hayan acogido muchos más feligreses en el pasado, los templos religiosos siguen siendo un imán para el turismo, por su arquitectura y por las obras de arte que resguardan. Es cierto que varios de ellos limitan la gratuidad a vizcaínos y a quienes recorren el Camino de Santiago, pero justo la Basílica de Nuestra Señora de Begoña, meca particular de los vizcaínos (allí peregrinan de noche y a pie cada 15 de agosto), siempre dispuestos a mostrar su cariño por su patrona, se puede visitar sin problemas. Igual que otras iglesias destacables, como son la de la Encarnación, la de los Santos Juanes, San Nicolás y Sagrado Corazón.

La Basílica de Nuestra Señora de Begoña.
La Basílica de Nuestra Señora de Begoña. Foto: iStock

En cambio, contemplar con calma la catedral consagrada al apóstol Santiago exige comprar una entrada, aunque la otra catedral de la villa, la futbolística, mantiene su interior abierto para los más avispados. Tanto el museo como los partidos celebrados en San Mamés son de pago, claro, pero puedes dejarte caer con aire distraído por el bar 'La Campa de los Ingleses' y asomarte a sus enormes ventanales que dejan ver el espectacular aspecto, aún vacío, del estadio donde forja sus hazañas el Athletic Club.

Under a Euskalduna bridge in Bilbao
La catedral futbolística de Bilbao: el San Mamés. Foto: iStock

Por otra parte, la oferta de ocio y descubrimiento outdoor es abundante y arranca, cómo no, con un irrenunciable paseo a orillas del Nervión, eje vertebrador de la villa, testigo mudo de su transformación de núcleo empresarial, portuario e industrial a destino turístico. Los barquitos que surcan la ría cobran su ticket, pero también es reparador desplazarse a pie, por ejemplo, desde el referido museo marítimo hasta el puente del Arriaga, con la vista puesta en una y otra margen.

Parques, jardines y arquitecturas

Para conocer Bilbao y las emociones que despierta es necesario deambular por sus parques y jardines. El de Etxebarria es el parque urbano más grande y reparte sus casi 19 hectáreas en un alto junto al Casco Viejo, donde ataño hubo una fundición de acero. De ahí la permanencia de una gran chimenea (25 metros de altura) edificada en ladrillo en 1943. Claro, que mejores vistas procura Artxanda, que brinda una espectacular panorámica de la city; lo mismo que Kobetamendi (donde cada verano se celebra el macrofestival Bilbao BBK Live), prácticamente enfrente, pero la primera opción permite también oxigenarse en sus pasarelas de madera y conocer parte del Anillo Verde, el gran recorrido por los montes que rodean al Botxo, y parte del Cinturón de Hierro, sistema defensivo que sirvió para frenar durante un tiempo a las tropas sublevadas durante la Guerra Civil.

The city of Bilbao in northern Spain
Vistas de Bilbao desde el parque de Etxebarria. Foto: iStock

Allí encontrarás ‘La huella’, escultura de acero al carbono, de ocho metros de altura y 8.000 kilogramos de peso, que homenajea a víctimas de esa contienda, pero más paz hallarás, pese al bullicio, en el Parque de El Arenal, a un paso de las Siete Calles, núcleo poblacional original, y rematado desde 1928 con el quiosco donde acostumbra a tocar la Banda Municipal de Música. Y queda por señalar Doña Casilda Iturrizar, el entrañable y centenario Parque de los Patos, el favorito de los niños durante décadas. Prácticamente enmarcado por reclamos como la Gran Vía de Don Diego López de Aro, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, el Museo de Bellas Artes y el Palacio Euskalduna (Palacio de Congresos y de la Música que puedes visitar gratuitamente los sábados), el paseo permite además recrearse con la contemplación de una gran fuente, una pérgola, no pocas estatuas y más de 1.500 árboles de al menos 80 especies diferentes.

Reflejo en el Palacio Euskalduna.

Reflejo en el Palacio Euskalduna. Foto: Alfredo Cáliz

Otra vía de contacto con la realidad bilbaína es acercarse al resto de sus mercados. Mismamente al de flores que acogen cada domingo los tinglados de El Arenal, o al de producto agroalimentario (Gure Lurreko Merkatua) que ocupa el mismo espacio un día antes. También a Vintage Bilbao, iniciativa que cada fin de semana, de viernes a domingo, ocupa más de 500 m² de la antigua fábrica de galletas Artiach, en la isla de Zorrozaurre, con su oferta de ropa y complementos vintage, desde un sombrero de los años setenta a un abrigo artesanal de piel.

Una de las fuentes en el Parque de los Patos.

El Parque de los Patos. Foto: David Herranz

Un buen calzado servirá de pasaporte para disfrutar en gran medida del amplio muestrario de arquitectura y arte callejero que imprime carácter al lugar. Una opción bien alternativa es buscar la veintena de murales que dan personalidad a Bilbao la Vieja, cuyas paredes han sido decoradas por artistas de al menos seis nacionalidades.

BILBAO, SPAIN - MAY 9, 2014: Urban art in a narrow street in the old town of Bilbao, Basque Country Spain, called "Mural del Canton J. Etxebarria «Kamaroi»", made by Juan Zarate Ibargoitia in 1994
El arte urbano invita a un paseo por la ciudad. Foto: iStock

También puedes seguir el rastro modernista en los antiguos lavaderos de Alameda San Mamés y Castaños, en el Teatro Campos Elíseos y en Casa Montero, un espejismo de Gaudí a un paso de la Plaza Moyua. O recrear la vista en las casas inglesas del barrio de Irala, que algunos se empeñan en llamar el Notting Hill bilbaíno. Y, más allá del Efecto Guggenheim, qué decir del catálogo de iconos urbanísticos contemporáneos con nombre y apellidos repartido aquí y allá. Porque, te pongas como te pongas, Bilbao exige patearlo (o recurrir a bicicleta, metro, tranvía e incluso funicular) para retratar las postales que siembran sobre todo el Casco Viejo y el centro, los barrios de Abando e Indautxu.

Bilbao, Spain - January 2, 2024: The Zubizuri footbridge designed by Santiago Calatrava over the Nervion River in Bilbao, Spain
El puente diseñado por Calatrava sobre el Nervión. Foto. iStock

Allí abundan los fondos incomparables con firma de prestigio para ese selfi o esa fotografía de familia, llámese Isozaki Atea o pasarela de Calatrava (Zubizuri). Torre de Pelli (con 165 metros, el edificio más alto del País Vasco) o el metro diseñado por Norman Foster, incluidas las bocas de acceso conocidas popularmente como ‘fosteritos’. El Guggenheim de Gehry o la Alhóndiga (Azkuna Zentroa) de Starck. La biblioteca de Rafael Moneo para la Universidad de Deusto o el hotel (The Artist, antiguo Domine) por Javier Mariscal. De ahí que hay quien llama a Bilbao “la ciudad de los siete premios Pritzker”. Aunque realmente sea una villa.

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