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Es hora de rendirse a una mejor vida, más equilibrada, más saludable y más respetuosa con el entorno. En Barcelona, donde los huertos urbanos motean el paisaje y el futuro se dibuja con sensibilidad ambiental, es posible abrazar la causa verde como al amor de tu vida. Para comenzar tu conquista, te damos seis direcciones imprescindibles:
Luis y Elisenda lo soñaron durante mucho tiempo. Ofrecer alimentos ricos comprados directamente a los agricultores, sanos tanto para el consumidor como para el medio ambiente y con un precio que resultara justo para el productor. Hacerlo, además, desde un colmado que ejerciera de punto de encuentro a los vecinos del barrio, remataba este sueño compartido. Y así fue. Nació la 'La Bioteca' en las inmediaciones de Gràcia para servir en el plato la conciencia ecológica. Porque para ellos no se trata de una moda sino de una filosofía: la que tiene por bandera el consumo responsable. Por eso hortelanos con nombre y apellido les acercan la verdura, mientras que productores independientes les proporcionan yogur fresco, cerveza artesanal, legumbres bio o mermeladas elaboradas con los excedentes de fruta. Y para emplearlos bien hasta te sugieren deliciosas recetas.
Si te ha picado el aguijón del respeto medioambiental ¿por qué no lo aplicas también a la indumentaria? Que ya basta de las barbaridades de la industria textil que nos llegan por los medios. Vestirse de manera orgánica no tiene por qué significar que renuncies al estilo. Para ello existe esta tienda en Barcelona, también en el barrio de Gràcia, donde ni una sola prenda transgrede estos tres principios: sostenibilidad, reciclaje y comercio justo. Se trata de colecciones producidas con fibras 100 % naturales y alumbradas por diseñadores con responsabilidad social. Lo que se viene llamando eco-fashion. En definitiva, piezas atemporales para mujeres independientes que optan por un estilo de vida verde. Y es que, como señala Carolina Simón, artífice de este proyecto que fue pionero en España, "también otra moda es posible". ¡Y tanto!
Dicen que es la cocina del futuro, aquella que predica el concepto flexiteriano que surge de la fusión entre flexible y vegetariano. Esto, para simplificar, quiere decir que es lo verde lo que impera en la dieta, aunque un buen día uno se zampa un chuletón sin que esto ocasione ningún drama. Aproximadamente, la clave está en decantarse por un 80 % de alimentos vegetales y un 20 % de proteína animal, algo que cumple con precisión este agradable restaurante, aunque en este caso el porcentaje menor incluye solo pescados azules. 'Flax & Kale' es un componente imprescindible para tu objetivo detox, puesto que sus platos diseñados por la reconocida Teresa Carles son, más que placer gastronómico, todo un reto de valor nutricional. Y con ello de fuente de salud. Además, el local resulta de lo más acogedor, muy al estilo neoyorquino.
Con más de 30 años a sus espaldas, este referente de la alta cosmética natural nació en una masía a los pies del Pirineo. Desde entonces selecciona los aceites esenciales más puros para recuperar la tradición de la perfumería artesanal y los secretos de la botánica. El resultado son unos productos 100 % naturales, que se elaboran íntegramente en Cataluña y hacen furor entre las celebrities. Será porque ponen en práctica el saber de la alquimia con su mezcla de ciencia y mística, de razón y espiritualidad. El caso es que su tienda en Barcelona (también la hay en Madrid y Lleida), así como sus tentadores tratamientos, son todo un objeto de deseo para amantes de lo saludable.
Porque todos estos cuidados no servirían de nada si no los aliñas con ejercicio, nuestro consejo es que te entregues también al arte del pedaleo. Que para eso, qué duda cabe, Barna es el paraíso del ciclismo urbano. Y puestos a ser los más cool, no te pierdas esta tienda del Born, tremendamente divertida, donde hallarás los widgets necesarios para moverte sobre ruedas: desde alforjas de llamativos diseños hasta fundas de asientos estampadas, pasando por timbres con forma de animal, cascos recubiertos con piel falsa de cocodrilo e incluso correas especiales para que tu perro te acompañe. Aquí lo tienen muy claro: hasta un elefante puede andar en bicicleta, así que sólo queda que ésta presuma de un toque de personalidad.
Para los que se sacian con una poderosa ensalada que les lleva a aguantar toda la tarde. Y para los que prefieren el típico menú de tres platos sin acusar luego la pesadez. Para los que son vegetarianos, paleos o raws. Y para los que no lo son. En definitiva, para los que les gusta comer de manera equilibrada pero también responsable. Porque este restaurante de estética industrial trabaja con ingredientes que han crecido de forma natural (nada de pesticidas, antibióticos o alteraciones), con alimentos de proximidad que garantizan lo más fresco de la temporada y el apoyo al productor local. Y aunque las cuatro cartas que ofrecen al año han sido diseñadas por un asesor gastronómico y un naturópata, aquí lo que prima es el sabor. En los platos de su cocina ininterrumpida, en el brunch de los fines de semana y festivos y en los smoothies cargados de vitaminas. Comer bien es sentirse bien, en sintonía con el movimiento slow-food.