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Pasear por cualquier gran ciudad del mundo implica disfrutar del urbanismo y también del arte urbano, esos murales, ya sean de grafiti, stencil o pintura, que inundan las paredes y dan personalidad a los barrios, formando un auténtico museo al aire libre que va cambiando y mutando con el tiempo. Os proponemos un recorrido feminista por el grafiti y el street art de la capital del Turia en once puntos, entre artistas y propuestas. Queremos invitaros a pasear despacio por calles, bares y galerías para ver Valencia con las gafas de mirar violeta.
Esta castellonense comenzó a pintar murales en 2005 en Lisboa y, desde entonces, no ha parado de dejar su impronta en paredes de todo el mundo. El estilo colorista de Alejandra de la Torre investiga el apego que sentimos las personas hacia los objetos y la memoria. Podemos reconocerla en su trabajo sobre mujeres deportistas del siglo pasado o los murales de souvenirs o cámaras de video y foto vintage.
Quedamos con ella en ‘VLC HOST’, un hostel del barrio del Cabanyal que ha decorado con sus murales, en una clara apuesta de los nuevos alojamientos de la ciudad en apostar por el arte mural más joven. Le pedimos a Alejandra su criterio sobre los murales que podemos encontrar en la ciudad, a lo que nos respondió que “ya había una calidad y cantidad increíbles cuando estaba mucho más perseguido el pintar en la calle, pero es que ahora las instituciones invierten mucho en la creación de murales, por lo que Valencia se ha convertido en una de las mejores ciudades para disfrutar del street art y del muralismo”.
La pintora también quiso opinar sobre las mujeres que pintan. “Creo que cada vez más personas se animan a pintar murales, tanto hombres como mujeres, pero justo ahora estamos en un momento en el que se nos tiene más en cuenta y por eso se visibiliza más nuestro trabajo”, subraya. Podemos ver murales suyos, además de en ‘VLC HOST’, en los cercanos municipios de Xirivella, Ribarroja y Paiporta.
Hace diez años que la artista berlinesa Lyly Arte llegó al valenciano barrio del Cabanyal, llenando sus paredes de color. Ella misma define sus obras como “infantiles, de formas y criaturas sencillas y muchos colores”, lo que seguramente tenga mucho que ver con que pinta casi siempre con los niños del barrio.
“Llegué en una época en la que el barrio aún estaba muy abandonado y apagado. Se me ocurrió la idea de dar color al barrio y ofrecer proyectos públicos para los vecinos y, especialmente, para los niños del barrio. La mayoría de las obras son producto del trabajo comunitario”, nos cuenta.
“Nuestro primer proyecto fue pintar un tobogán de hormigón que estaba en un lugar solitario y completamente gris. El día que derribaron el tobogán, algunos niños lloraron. Se habían sentido muy orgullosos de su trabajo y, sobre todo, de haber contribuido a dar forma a su entorno,” recuerda la artista. Encontramos sus divertidos murales en muchísimas calles del Cabanyal y también en instituciones juveniles de los barrios de Nazaret, Algirós y Campanar, en el restaurante ‘Ultramarinos’ en el Cabanyal, en la peluquería ‘Kaly’ de Benimaclet, en el estudio de diseño ‘Gusta’, en Ruzafa, etcétera.
Una de las más veteranas de la escena valenciana, La Nena Wapa, lleva desde 2002 volcando su arte en las paredes. Trabaja mayoritariamente con la técnica de las plantillas y el espray, y casi siempre realiza imágenes que tengan un trasfondo conceptual e inviten a cierta reflexión.
Le preguntamos si la cuestión de género es uno de esos elementos, a lo que nos contesta que “yo intento que esa perspectiva quede patente en muchas de mis piezas. Con algunas de ellas me gustaría que el espectador reflexionara acerca del papel de la mujer en la sociedad, en sus sentimientos...”. Para esta artista, el boom del grafiti en Valencia tiene mucho que ver con “una gran cantera de artistas muralistas, aparte de ser una ciudad no muy grande, lo que también nos ha servido para que nos relacionamos los unos con los otros y creo que, a partir de eso, se ha generado un movimiento”.
Podemos ver grafitis de la Nena Wapa en la calle Baja, en el muro del Parque Central, junto al río, etcétera. Nosotros hemos querido recomendaros el corazón que tiene pintado en el restaurante ‘Fumiferro’ del Cabanyal (Solete Guía Repsol), un local con terraza donde comerse una paella o tomar unas cañas rodeados de murales de los principales artistas del street art de Valencia.
Pintora de caballete y autora de cuadros figurativos, reconocida por sus lienzos redondos con rostros al natural, sin filtros, de personajes generalmente del mundo de la música, también se ha lanzado a la pintura mural, como ella nos cuenta, por la visibilidad que acarrea. “Creo que la pintura mural es un trampolín para que la gente vea tu obra y no se quede en el estudio guardada, ocupando espacio y sin ninguna salida. Una manera de que la gente pueda disfrutar del arte de forma gratuita y pueda sorprender a los viandantes allá por donde pasan. Un valor añadido al entorno y una herramienta de transformación social”, nos dice.
Desde hace unos meses Nayra López Martos ha abierto una galería, el estudio ‘Espai d’art’, un lugar abierto y multidisciplinar que utiliza como estudio y taller personal, galería para realizar exposiciones, escuela para impartir clases y tienda donde vender productos artísticos.
Como ella misma cuenta, “después de trabajar casi 15 años como profesora de dibujo y pintura en una escuela de adultos y compaginarlo con mi producción artística, pensé que era el paso que debía dar para poder evolucionar, ganar visibilidad y reunir en un lugar físico mi obra, mi estudio, mi escuela y poder vender mis productos. También poder invitar a otros artistas y realizar whorkshops y crear un punto de encuentro para otras artistas visuales, como las seleccionadas en diferentes convocatorias del Proyecto DAR (Dones Artistes Rurals), entre las cuales me encuentro”.
Bárbara Sebastián era diseñadora gráfica antes de convertirse, hace 15 años, en la grafitera Barbi Turikills. Desde entonces ha llenado muros y galerías de arte de conejos irreverentes. Tal y como ella cuenta, sus “personajes son alegres, amorosos, ácidos y simpáticos. Hay un importante toque de humor para contar historias que pueden ser reivindicativas o surrealistas. A veces solo pinto por pintar e interpreto a un personaje que me apetece o me inspiro en la frase de una canción, una escena de una película… cualquier cosa se puede conejear. Tengo temas recurrentes como la huerta, me encanta pintar frutas y verduras… ¡Son mis raíces!”.
Le pedimos que nos cuente un poco más sobre esos conejos que inundan la ciudad. “Los conejos son un recurso gráfico para contar mis historias”, detalla, “me permiten ser muy expresiva y que se me reconozca en la calle. Sí, soy de esas personas que pintamos en la calle y no gusta que se nos vea mucho y se nos reconozca. Detrás de los conejitos está Barbi y me gustan las connotaciones sexuales que tiene el conejo, no lo voy a negar, le dan mucho flow a los temas”.
Con respecto al feminismo en el arte mural, Bárbara lo tiene claro, “es coherente que las mujeres artistas tengamos un discurso feminista”, afirma. “Estamos en un momento muy importante del feminismo, en expansión para hacer un mundo mejor, más igualitario, donde todas y todos seamos más felices. Además de la cantidad y variedad de violencias que todavía sufrimos las mujeres, es normal que nos afecte, nos conmueva y sublimemos estos sentimientos en nuestras obras”.
Podéis ver su obra en la ‘Sabotage Gallery’, la galería de arte centrada en el mundo del grafiti del barrio del Carmen. En ese mismo barrio podéis encontrar sus conejitos en la calle Villena, en la calle Museo, en el mural de la Bocha, también muy cerca el del Mercado de Rojas Clemente, y el mural Siempre medio lleno, en Guillem de Castro, realizado junto al artista Hope, que es, según la artista, “el clímax del Pesimismo Mágico”. En el barrio el Cabanyal os animamos a visitar el enorme mural en homenaje a Sorolla.
El dúo de artistas Cachete Jack, formado por Nuria Bellver y Raquel Fanjul, empezó a trabajar en 2011 y, desde entonces, su ascenso ha sido meteórico. Como ilustradoras trabajan para Nike, Burger King, Zara, Apple, Netflix o el New York Times, entre muchísimos más clientes. Además de llenar de color las marcas y revistas de todo el mundo, también apuestan por los murales de gran formato. Su estilo es la unión de dos personalidades, una energía alegre, dinámica, descarada, sarcástica, divertida y crítica.
Según ellas “la calle es una herramienta social, de encuentro. Es un espacio de convivencia. Es importante que en la calle no solo haya publicidad comercial. Los mensajes hacen pensar; luego, el viandante es libre de reflexionar y elegir su propio pensamiento. Debemos usar las calles porque las calles nos pertenecen”, y continúan reflexionando sobre si existe la “brocha feminista”. “En nuestro caso hablamos de lo que nos preocupa o afecta y, como mujeres, la percepción de la vida y de cómo nos exponemos a ella es diferente frente al género masculino. Nuestras experiencias son como mujeres, solo desde ahí podemos opinar”.
Podemos ver sus murales en el Barrio del Carmen, detrás del IVAM, en el Jardín Botánico, en el Centro del Carmen de Cultura Contemporánea (CCCC) o en el parque María Beneyto. En el Cabanyal tienen un gran mural homenaje a la oceanógrafa Josefina Castelvi en la calle Mediterráneo.
Marina Puche nació en una familia de artistas falleros, con lo que la tradición de hacer ninots corre en sus venas. Desde pequeña ya le gustaba dibujar y, ahora, se dedica a la ilustración, la porcelana, la joyería y el mundo de las fallas, principalmente. La artista, además, será la primera mujer en la historia que diseñe la falla municipal, que podrá verse en marzo en la Plaza del Ayuntamiento, rompiendo así un techo de cristal.
Para este reportaje hemos elegido un mural de Marina que se encuentra en el barrio del Carmen y que representa el estilo naif de la artista. Según ella, su intención era “plasmar mi pintura tal como la pinto en el estudio, quería una obra pictórica en la calle, por eso utilicé materiales delicados como pueden ser el lápiz o el carboncillo, que no se suele usar en arte urbano”.
Para esta valenciana “la calle es un espacio muy atractivo para reflejar tu arte, en el que casi por incidencia enseñas tu obra”. Con respecto a las mujeres muralistas, Marina afirma que “desde mi punto de vista, yo sí que percibo una sensibilidad en los murales que hacen que la ciudad se convierta en un espacio en el que las mujeres nos veamos también reflejadas en la calle”.
Julieta XLF es quizás una de las artistas con mayor difusión de las mujeres que pintan muros. Esta valenciana empezó en 2004 en un festival de Palermo, cuando aún era estudiante de Bellas Artes. Julieta nos cuenta que fue allí donde encontró su pasión. “En la calle encontré la tercera dimensión que echaba de menos en la pintura: el contexto. Encontré gente, aventuras, trabajo en equipo, el día, la noche, la ciudad viva, lugares abandonados, un nexo de unión en todo el mundo con otras personas que también han elegido la calle como lugar de expresión”.
Esta artista, que ha recorrido todo el mundo con sus espráis -podemos encontrar trabajos suyos en las calles de Francia, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Grecia, Serbia, Nepal, Malí, Chile, México, Bolivia, Estados Unidos, etcétera-, tiene un estilo muy definido que ella misma define como “naif, narrativo, colorista, consciente, reivindicativo, orgánico, recargado, dinámico o fluido”, y que tiene la figura de la mujer como punto de partida protagonista de sus propias aventuras y reflexiones. Además, tanto Julietta como otros artistas, en ocasiones, se juntan en una crew para realizar murales conjuntos de varias autorías, como el mural de la plaza de la Bocha -el más grande de Valencia- o del Mercado de Rojas Clemente.
Su estilo se inspira en la naturaleza, “es la que, al fin y al cabo, une todas las culturas. Todos los colores, la psicodelia y la fantasía se encuentra en la naturaleza”, cuenta, “utilizo el arte urbano como un laboratorio, un espacio para la reflexión y una herramienta para tocar las vidas de otras personas, enfocando la atención en la diversidad del entorno y la necesidad de preservarlo”.
Parada obligatoria en este recorrido para la artista argentina afincada en Valencia Tamara Djurovic, conocida como HYURO y fallecida en 2020. Los murales de Hyuro destacan por la fuerza que reflejan las mujeres, a veces sin rostro, que luchan en su día a día por salir adelante. Mujeres luchadoras que conforman un discurso reivindicativo, político y con perspectiva de género.
Su estilo inconfundible era íntimo y muy personal, con un lenguaje sincero y cercano. En palabras de Vinz Feel Free, artista urbano, comisario y gerente de la galería ‘Sabotage’, “Hyuro fue una mujer maravillosa, de las pocas que consiguieron entrar en el mundo del arte urbano internacional, a menudo aparecía en las listas mundiales de las cinco mejores artistas del año, muchas veces la primera. Fue pionera abordando temas cómo el ecologismo, la autonomía de la mujer o la crítica hacia un sistema patriarcal, siempre desde una perspectiva artística, nunca propagandística”.
Murales Interactivos Mujeres de Ciencia, impulsado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el centro de innovación Las Naves, del Ayuntamiento de Valencia, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, es un proyecto de murales de grandes dimensiones en distintas partes de la ciudad que combinan ciencia, género, arte y nuevas tecnologías para visibilizar y rendir homenaje a científicas de referencia. Fue considerado en 2019 como el mejor proyecto del año de divulgación científica por la Red Nacional de Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i).
Realizados todos por mujeres muralistas, visibilizan a las mujeres y sus logros en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la investigación, la innovación y su contribución al bienestar de la ciudadanía. Podemos encontrar obras en edificios y fachadas a figuras como la astronauta Mae Jemison, la física y química Maria Skłodowska-Curie, la médica Dolors Corella, la matemática Augusta Ada King (Condesa de Lovelace), la primatóloga Jane Goodall, la arquitecta Zaha Hadid, la química Pilar Mateo, la urbanista Jane Jacobs, la médica Anna Lluch… y así hasta una treintena de murales que siguen creciendo cada año. Desde el año pasado, además, Las Naves organiza rutas en bicicleta para conocerlos y ha elaborado un mapa con todos ellos.
Numerosos festivales y eventos de street art nos ofrecen la oportunidad de ver a las artistas en acción. Una ocasión perfecta para disfrutar del espacio público y el arte callejero, algunos vinculados con luchas vecinales, como el Sensemurs, que se desarrolla en la huerta periurbana y donde participan muchas mujeres.
Otros vinculados con ayuntamientos e iniciativas locales como el Graffitea de Cheste, que acoge en su seno el Encuentro Feminist Art Cheste, el Serpis Urban Art Project, el Encuentro PaRedes, en Gandía, o el festival en el pueblecito de Fanzara. Mención especial para Poliniza, organizado por la UPV desde el año 2012, que llena la ciudad y el campus de la UPV de arte mural cada año con un país invitado y que, en su pasada edición, dejó en la Facultad de Bellas Artes el trabajo muralistas mexicanas que aúnan grabado y arte mural.
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