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Un camino de huellas en el suelo une las dos tiendas 'Carreró Maldá', pero para llegar al 'Andén 9 y ¾' hay que seguir, lógicamente, el dibujo de unas vías. Las tres son templos del universo de Harry Potter y solo una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en estas galerías recientemente renovadas. La figura de una mandrágora a tamaño real duerme encerrada en una urna –"como sabéis, sus gritos pueden ser mortales"–, platos pintados con la cara de la reina de la Inglaterra decoran la alacena de Harry, y una flamante Nimbus 2000, la escoba con la que el niño mago se estrenó en el quidditch, espera al fan perfecto.
"'Carreró Maldá' fue la primera, abrimos en octubre de 2017", explica Ismael Álvarez, de 'Reino de Juguetes', la empresa que aúna la mayoría de las tiendas temáticas de Galerías Maldá. Rubén Sánchez, el fundador, estaba un día tomandose un café en la plaza del Pi, vio las galerías desiertas y se le encendió la bombillita. Así de simple fue el inicio de este llamado "Candem friki" en pleno centro de Barcelona.
La dependienta de 'Andén 9 y 3/4' se llama Ingrid pero todo en ella nos lleva a Hermione Granger y su "es leviosa, no leviosá". Ella nos enseña pendientes con forma de giratiempo –el artefacto que usaba la misma bruja para poder ir a todas las clases en un curso de horarios locos–. Muestra también réplicas de la snitch y del Huevo Dorado del Torneo de los Tres Magos –el protagonista material de la cuarta entrega de la saga–. Pero lo que más se vende, dice, son las varitas. La de Draco Malfoy, Lord Voldemort y Albus Dubledores son algunas de las más pedidas, para sorpresa de algunos. Y cuenta todo esto bajo decenas de cajas dispuestas como en la tienda 'Ollivander', aquel señor que también vendía varitas en Callejón Diagon.
"'Carrero II' es donde hay que ir para comprar las túnicas", explica Ismael, indicando que la segunda que abrieron está dirigida a lo textil. Bufandas, gorros, pijamas, camisetas... todo ordenado por colores según las cuatro casas de Hogwarts, el colegio para magos. A falta de Sombrero Seleccionador, fans veteranos y niños que empiezan a leer de la mano de J.K. Rowling eligen el outfit de la casa a la que les gustaría pertenecer.
Miriam, o la Sacerdotisa Roja, depende de cómo la pilles, nos da la bienvenida a una tienda en la que los dragones son los protagonistas. Hace ya unos meses que hordas de televidentes se vieron conmocionados por el muy polémico final de Juego de Tronos pero aún hay gente comentándolo mientras mira el escaparate en el que luce, orgullosa entre el resto de enseres, la corona de Robert Baratheon. "Es lo más caro que tenemos, cuesta 600 euros", detalla Miriam.
Pero no faltan ideas para hacer regalos algo más económicos: broches con la forma de la Mano del Rey, felpudos en honor a Hodor, un Monopoly de los Siete Reinos o incluso libros, para aquellos que se engancharon a la serie y ahora están descubriendo a George R.R. Martin. "Siguen viniendo fans de Juego de Tronos, pero hemos notado un bajón desde el final de la serie, por eso estamos incluyendo cosas también de El Señor de los Anillos", nos desvela Ismael. En esa línea, una réplica del anillo o la pipa de Gandalf descansan en sus respectivas cajas aterciopeladas.
Sin embargo lo que más llama la atención a la clientela que va llegando en un continuo gota a gota –a pesar de ser miércoles a mediodía– es, sin duda, el Fuego Valyrio. Se trata de un whisky dulzón de un brillante verde esmeralda. Y para redondear la noche de embriagadez en este lado del muro, el vodka Dracarys en tres sabores: tofe, frutas del bosque y frutas rojas. Todos tienen colores tan fascinantes que casi da pena vaciar la botella.
Justo enfrente, en 'Superfriki Market', también se pueden adquirir bebidas inspiradas en nuestra saga favorita. El vino la Mano del Rey, los refrescos de sabores inspirados en especies Pokemon o el mítico flambeado de Moe de Los Simpson. Pero la cosa no acaba aquí: tabletas como la que le tocó a Charly para ir a la fábrica de chocolate –"aquí todas tienen el ticket dorado", sonríe Ismael–, galletas de One Piece y cerveza de mantequilla. Ramen de varios tipos y... ¡cajas de insectos! Un aperitivo diferente que asegura risas antes de la comida.
"El 'Super' fue un bombazo cuando lo abrimos, teníamos que dar turnos de entrada, la cola salía hasta la calle", cuenta Ismael, apoyado en una de las mesas altas colocadas al lado de la puerta. "Nuestra idea es que la gente venga a aquí a pasar la tarde, que compren, claro, pero que también seamos un punto de encuentro". De momento parece que lo consiguen.
Y de un lugar irreverente a uno más tradicional. Una tienda, en las Galerías Dalmá, donde las figuras de Disney de toda la vida tienen un cariz casi sagrado, donde podemos encontrar un puzle de más de 40.000 piezas y un joven sospechosamente parecido al príncipe Eric, el novio de Ariel (La Sirenita) nos recibe tarareando la banda sonora de Frozen. "Aquí todos somos frikis de lo nuestro", apostilla Ismael, de camino al cuartel general del Funko en las galerías, 'Funko Barcelona'.
Más allá de los típicos, Abu, con una camisa estampada con pequeños funkos saca de sus escondites a la pareja de Dirty Dancing ("para los nostálgicos ochenteros"), a Britney Spears y Freddy Mercury; y a dos Maléficas: la versión de Disney y la de Angelina Jolie. Como novedad para esta temporada Abu muestra un juego de mesa con pequeños funkos como fichas, "para coleccionistas".
Para finalizar, no podíamos abandonar este pasaje de las Galerías Maldá sin darnos una vuelta por el mundo de Bola de Dragón entrando en 'Kame Hame Shop'. "Va a hacer 30 años que empezaron a televisar Bola de Dragón aquí en Cataluña, y los fans siguen como el primer día", cuenta Pedro, con su disfraz reglamentario. Aquí se pueden comprar las bolas de dragón y su radar para encontrarlas, figuras de edición limitada y una gran colección de gorras.
Tras la estela de Reino de Juguetes, un buen número de tiendas han abierto en los últimos dos años. La única condición es que se trate de tiendas temáticas, centradas en algo en concreto para que la esencia no se pierda. En esta línea la librería 'Astroreina' vende libros de temática fantástica, en 'Popcorn' se fabrican réplicas por encargo, –como el cinturón para la varita de los dependientes de Harry Potter'– y 'Matho' se centra en los juegos de mesa.
Hace poco se inauguró 'El Hangar Galáctico', enfocado en la saga Star Wars y 'El Costurero Real', donde se hacen vestidos medievales y de fantasía. Cada fin de semana las galerías que hasta hace poco sobrevivían a duras penas, ahora acogen a centenares de fans niños y no tan niños. "La magia no tiene edad", dice Ismael y en efecto, aquí no hay rey mago que nos gane.