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De nuevo Don Carnal y Doña Cuaresma se disponen a dirimir unas diferencias que, al menos momentáneamente, tendrán a esta por vencedora a partir del Miércoles de Ceniza. Pero hasta entonces, ya sea en las calles de Río, de Venecia, de Cádiz o de Santa Cruz de Tenerife, el desenfreno disfrazado con máscaras y caretas tomará las avenidas y divulgará su lúdica música más bailable. Así que desde aquí proponemos un viaje más allá de los tópicos musicales con esta playlist de Carnaval.
Y claro, si hablamos de rock y hablamos de carnaval, cómo no vamos a hacerlo del señor Carlos Santana y de sus épocas más orientalmente espirituales, cuando era conocido como Devadip. Él siempre llevó la fusión del rock y los ritmos latinos a la práctica, sembrando el espíritu carnavalesco en más de uno de sus discos.
Reivindicamos el carnaval propio de una de las cunas de la música de raíz. Nueva Orleans y su Mardi Gras. Su Martes Graso, o sea, nuestro Martes de Carnaval, es cantado aquí por el Professor Longhair y su indómita mezcla de jazz y rhythm & blues con ritmos hispanos y caribeños. Toda una leyenda.
Ya que hablamos de Nueva Orleans y del Professor Longhair, no podemos olvidar a su alumno más aventajado, el señor Mac Rebbenack, más conocido como Dr. John. El también llamado Night Tripper siempre ha paseado con orgullo el nombre de la ciudad más francesa y carnavalesca de los Estados Unidos. Y que siga.
Pero no nos engañemos, Brasil y su carnaval se llevan la palma en nuestra imaginación, si nos ponemos internacionales. Marisa Montes, Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown alardean de ello en el inicio de su disco debut, hace ya más de 15 años. Desfilando la vida, carnavalizando, para fundar el imaginario país del baile y la danza.
No podía faltar, cantando a las excelencias del carnaval, todo un crooner americano como Harry Belafonte, que para la película del mismo nombre compuso, junto a Lord Burgess, esta añoranza del calipso, el baile y el carnaval en la isla ficticia de Santa Marta, trasunto real de las caribeñas Barbados y Granada.
Y es que muchas veces los americanos han mostrado tendencia al baile latino, incluso llegando desde el más chulesco underground. Si no, que se lo digan a Willy DeVille, que con su banda Mink DeVille y este Demasiado Corazón ponía patas arriba cualquier pista carnavalera y ya, de paso, también su carrera, que en los circuitos más comerciales quedó opacada por este éxito.
Hasta el mismísimo Mano Lenta, estos días anunciando su despedida por sus problemas en las extremidades superiores y una incipiente sordera, nos invitaba en su 'No reason to cry' de 1976 a acompañarle de su "divina mano" al carnaval. Son solo dos frases repetidas sin fin, pero ese "verás exactamente lo que quieras ver, lo que quieras ser" resume a la perfección el espíritu de la fiesta.
Una de las grandes damas de la canción norteamericana también trataba de dejar atrás las nieves canadienses y se empapaba en su disco de 1977, 'Don Juan’s Reckless Daughter', de otros ritmos, especialmente percusivos (solo se oye percusión y voces) en este Dreamland, que cuenta con la colaboración de Chaka Khan y suena a puro carnaval brasileño.
Los catalanes Sidonie, que andan ahora celebrando su vigésimo cumpleaños, tomaban en 2011 el 'Fluido García' que prescribiera el español Gaspar y Rimbau en su vieja novela de ciencia ficción en pleno siglo XIX El Anacronópete y dejaban volar cuerpo y, sobre todo, mente porque, cómo no, era y es carnaval.
Quien más quien menos sueña con esa semanita, si puede ser de vacaciones, que nos trae el carnaval, aunque solo sea para estudiantes. Pero eleva tanto el ánimo que ya lo cantaron las Go-Go’s, aquella banda americana de los 80, todo chicas comandadas por Belinda Carlisle, en su segundo disco. Y fue uno de sus éxitos, oigan.
Pero también hay momentos de reflexión. Cuando acaba la noche, uno recuerda otros lugares y tiempos y en la radio continúa sonando música de carnaval. Lo canta y lo siente Neil Diamond en su disco de 1976 'Beautiful Noise', y lo sentimos nosotros ahora que el bueno de Diamond ha anunciado su retirada aquejado de párkinson.
¿Hay tristeza en el alma de carnaval? Puede haber soledad, y así lo transmite con la emoción que le caracteriza y la deliciosa voz que posee la americana Norah Jones. Y es que la hija del genio del sitar Ravi Shankar siempre ha sido capaz de tocar la fibra sensible aun de los más duros.
Pero no desfallezcamos aún, que queda noche y cuerpo para el baile, la fiesta y las barracas. Y que como cantaba Perry Como en los años 50, si nos toca una muñeca en dichas barracas, no debemos olvidar que el auténtico premio es el estar con la persona que nos acompaña. Listo el bueno de Como, muy listo.
Otra voz clásica y aún hoy en plena actividad (estará actuando por España en las próximas semanas) es la de Martha Reeves y sus Vandellas, aquellas que convirtieron en algo inolvidable una canción como Dancing in the streets. Aunque para esta playlist nos hemos decantado por esta otra maravilla que retrata los calores propios del amor, del cuerpo y del carnaval.
Hemos dejado la invitación al baile para una banda, Generation X, que tal vez a muchos no diga nada, pero que si desvelamos que estaba comandada por Billy Idol, puede que la mayoría caiga. Una canción de principios de los 80 que suponía toda una invitación a los placeres personales.
El mayor espectáculo sobre la tierra, cantaba Michael Jackson, y aunque hablara sobre circos y carnavales, lo hacía refiriéndose al amor. El hombre al que le gustaba disfrazarse de blanco, tenía entonces esa voz de los 13 años en su segundo disco en solitario, Ben. Mucho llovió desde aquel 1972.
Y poco ha llovido desde que los bilbaínos Vulk sacaran su primer larga duración, justo el año pasado y de nombre Beat Kamerlanden. Una de las bandas con mayor proyección futura, tanto en disco como en directo, que son capaces de insuflar puro tambor brasileño a una creación post-punk. Toda una revelación.
Si una banda ha quedado para siempre relacionada con la fiesta esos han sido los angloirlandeses The Pogues, comandados por el sin par Shane McGowan. Y eso que tienen tonadas más reflexivas, pero siempre rezumando amor por la calle. Hasta sobre el carnaval de Roma hablan en una canción tan agridulce como este "Lado soleado de la calle".
Todo tiene un final, cómo no. Incluso el curso acelerado de libertad sin complejos que es todo un carnaval. Alguien enlazará ese final con otros finales, los cantará y los compartirá. Es lo que hace el bueno de Ariel Rot, en este dueto con Bunbury, incluido en aquel disco de dúos, tríos y otras perversiones…
20.- Tom Waits - Jersey Girl
Tenía que estar, porque pocas voces han pronunciado la palabra carnaval como el aguardiente hecho poesía de las cuerdas vocales de Tom Waits. Da igual que terminemos en los EE. UU. en lugar de en Brasil, da igual que el tono sea nostálgico en lugar de bailable, todo da igual con tal de estar con la chica de Jersey.