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Antes de que Canarias estuviese comunicado con el resto del mundo y se convirtiese en el paraíso del turismo, sus habitantes vivían de lo que la naturaleza ponía a su alcance. El Almogrote es uno de esos platos de la cocina tradicional que remite a tiempos difíciles en los que la imaginación popular inventó sabrosas combinaciones de los productos de la tierra.
Se elabora a partir de una mezcla de queso muy curado de cabra canaria, ligeramente ahumado con brezo y tabaiba (arbusto típico de Canarias), dientes de ajo bien majados, pimentón, aceite y pimiento palmero picón. Su origen se atribuye a la primera población de la isla, de procedencia bereber, y es una especie de mojo seco con un toque picante que se toma como aperitivo con pan o papas arrugadas. Puro sabor gomero que nos tienta a recorrer la isla desde su capital, San Sebastián de la Gomera.
Al pasear por sus calles nos damos cuenta de la fuerte influencia colombina que tiene la ciudad. No en vano, desde su puerto zarpó por última vez el almirante Cristóbal Colón antes de partir hacia el Nuevo Mundo. Y, a la inversa, ahora llegan muchos viajeros al mismo puerto a través del ferry que comunica Los Cristianos, al sur de Tenerife, con La Gomera. Frente a la playa de San Sebastián está el parque de la Torre del Conde, coronado por una fortaleza militar construida en el siglo XV por el conde de la Gomera.
No muy lejos, unido a la Oficina de Turismo, queda el pozo de la Aguada, situado en la plaza de la Constitución. Cuentan que de allí el navegante genovés extrajo el agua que llevaría en las tres carabelas el 6 de septiembre de 1492. Al pasear por la calle del Medio, también conocida como Real, numerosas viviendas típicas se asoman al exterior. De todas ellas, las de Ruiz de Padrón, Ascanio, Ayala y Bencomo son las más destacadas. Al terminar la calle llegamos hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, edificación gótica del siglo XVI, que cuenta con una cuidada espadaña en la fachada de piedra roja y un interesante artesonado mudéjar. Más adelante Colón vuelve a estar presente de nuevo, esta vez gracias al Museo Casa de Colón, donde se guarda una destacada colección de piezas arqueológicas de la cultura Chimú, población del antiguo Perú.
Las crónicas apuntan a que Colón sentía una especial atracción por doña Beatriz de Bobadilla, esposa de Hernán Peraza, conde de La Gomera, a la que convirtió en su amante, lo que de alguna manera explicaría las continuas visitas del marino a la isla. Precisamente en las cercanías de la capital de La Gomera se encuentra el lugar donde el conde fue asesinado por los indígenas.
Tomando la carretera que nace en la barriada de El Calvario ascendemos hasta el barranco de La Degollada de Peraza. Éste es sólo el primero de los 33 desniveles que surcan La Gomera desde la cumbre hasta sus costas, y en los que pastan cabras autóctonas capaces de ascender itinerarios imposibles. Pasada La Degollada se encuentra el mirador de La Laja, por donde discurre el camino natural Cumbres de La Gomera. Si nos decidimos a hacerlo tendremos que madrugar puesto que completar los 43,5 kilómetros requiere su tiempo. En cualquier caso, merece la pena.
Este itinerario parte de la capital y llega hasta el corazón del Parque Nacional de Garajonay, donde se esconde el gran tesoro de la isla, la mayor selva de laurisilva del mundo. A partir de este punto, la carretera se divide en dos ramales que se adentran en el corazón de este bosque: el de la derecha sigue en dirección a Los Cedros y alcanza el mirador de los Roques, con preciosas panorámicas de los picos Agando y Ojila. El de la izquierda se asoma al mirador de Roque de Tajaqué y deja atrás el Paso de la Bruma y el acceso a la cañada de Jorge.
Arure es el siguiente punto de interés de la ruta. En esta pequeña población se celebra cada 16 de agosto la ofrenda de El Ramo, un árbol adornado con productos de la tierra como quesos, miel de palma o frutas y también con flores y cintas. Antes de seguir, paramos en el mirador de la ermita del Santo, que ofrece espectaculares vistas sobre la caldera y el pueblo de Taguluche. Desde Arure podemos descender hasta Valle Gran Rey, uno de los centros turísticos de la isla. Las playas de María, las de La Calera y La Puntilla, de arena negra, son sin duda razones de sobra para que muchos elijan este destino para sus vacaciones, pero además la zona posee numerosos restaurantes.
De nuevo en Arure, tomamos la carretera que lleva hasta Alojera, donde se encuentran los palmerales más frondosos de la isla y centro de producción de la miel de palma.
En el corazón del Parque Nacional de Garajonay se esconde el gran tesoro de la isla, la mayor selva de laurisilva del mundo
A continuación la ruta desciende hasta el municipio más extenso de La Gomera, el de Vallehermoso, antigua villa vinícola que aún conserva alguna bodega en activo. Su casco antiguo se concentra en torno a la iglesia de San Juan, del siglo XVII. Junto a la playa de Argaga hay un jardín botánico y en la parte superior del pueblo está el embalse de la Encantadora. Desde el mismo centro se puede tomar la carretera general del norte para llegar hasta Agulo.
Su casco antiguo se levanta sobre un acantilado, posee calles empedradas, empinadas y estrechas, que conducen a la iglesia de San Marcos, coronada por cinco cúpulas. Desde allí subimos por última vez al coche para alcanzar el final de la ruta, Hermigua. Pegada a la playa de Santa Catalina, se trata de un pueblo agrícola en el que hay que visitar la cooperativa platanera, la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, el Museo Etnográfico y la playa de El Pescante. En la villa destacan también los bancales de la ladera vertical del barranco, con cuyos viejos pescantes, enormes poleas inglesas de finales del siglo XIX, se cargaban los plátanos en los barcos sin necesidad de muelle de atraque. La guinda del viaje son las fabulosas vistas del Teide que se contemplan desde esta costa. Espectaculares.
La palabra Almogrote viene de Almodrote, una salsa hecha con aceite, ajo y otros ingredientes. Se diferencian únicamente en que a la primera se le añade tomate. Se elabora habitualmente en mortero, pero, al contrario que los mojos, que han de majarse siempre a mano para que conserven su personalidad, el Almogrote puede hacerse en batidora siempre y cuando las cuchillas del aparato tengan la fortaleza suficiente para enfrentarse a la dureza del queso. Para empezar a prepararlo se majan el queso de cabra canaria (es conveniente rallarlo previamente), los dientes de ajo, el pimentón, el aceite y el pimiento palmero picón en el mortero hasta lograr una pasta espesa y fina que se puede untar con facilidad en el pan. A la mezcla se le puede sumar tomate para aportar suavidad, pero entonces hay que tener en cuenta que el Almogrote deberá consumirse pronto para evitar que se ponga ácido. Como acompañante, bastan unas papas.
Este plato tiene un alto contenido energético y además es fuente de proteínas. También es rico en grasas saturadas, por lo que se recomienda su consumo moderado. El queso de cabra curado aporta a la dieta potasio, vitaminas A, riboflavina, niacina y ácido fólico. Por su parte, el aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas, buenas para la salud, y las papas son una fuente de hidratos de carbono complejos.
En Alojera no hay que perder la oportunidad de hacerse con un poco de miel de palma. Este producto artesanal se logra extrayendo el guarapo, néctar del árbol, a partir del raspado de su cogollo durante el atardecer. Posteriormente, se espesa al fuego en calderas, convirtiéndose en la apreciada miel de color negro dorado que endulza los guisos locales.
La singular arquitectura del Centro de Visitantes del Parque Nacional de Garajonay le ha dado el sobrenombre de Juego de Bolas y en su interior además de información turística de interés alberga exposiciones, un museo etnográfico, talleres de artesanía y un jardín botánico. Sus jardines exteriores, con una amplia representación de la flora local, también merecen la pena.
El Almogrote es uno de los protagonistas de la comida popular de la fiesta en honor a San Sebastián. El sábado más cercano al 20 de enero, además de un apretado programa de actos culturales, tiene lugar una peregrinación que recorre la calle Real de San Sebastián de la Gomera animada por las carrozas, el toque de las chácaras y el tambor y el típico baile de Santo Domingo.
El complejo turístico del Hotel Jardín Tecina está situado sobre un acantilado dominado por las vistas al Atlántico y la isla de Tenerife. Con un jardín de 70.000 metros cuadrados y más de 50 especies diferentes de plantas, el alojamiento es un pequeño paraíso dentro del paraíso. Con vistas igual de impresionantes, el Parador de La Gomera se levanta en un edificio de arquitectura isleña repleto de alusiones marinas e instrumentos de navegación. Puro tropicalismo mezclado con elegante estilo isabelino.