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Alubias de La Bañeza-León

Semillas al paso de la historia

Actualizado: 13/10/2015

Los campos de cultivo de la alubia de La Bañeza-León son los anfitriones perfectos de esta ruta, que parte de la provincia de Zamora y termina en Astorga. El paso de diferentes civilizaciones y de siglos de historia han sabido respetar el paisaje, intacto entre yacimientos romanos y castillos medievales. Los peregrinos, que recorren la antigua Vía de la Plata en su viaje hacia Santiago, completan este cruce de caminos por el corazón de la provincia de León.
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La ruta

Aún en la provincia de Zamora, Benavente es la perfecta parada para comenzar esta ruta que atraviesa parte del Camino de Santiago. La carretera avanza entre campos de cultivo a orillas del río Esla. En la localidad aún podemos contemplar las huellas del imperio romano y vestigios de la Vía de la Plata, cuando este camino era artería de la vida política y económica del país. Su fértil tierra, bañada por el Esla y el río Órbigo, es cruce de caminos para muchos.

Del pasado glorioso de la localidad nos damos cuenta al ver su patrimonio artístico y monumental, que mantiene edificios emblemáticos como su castillo, hoy Parador Nacional de Turismo Fernando II, y que conserva a su vez su torre del Caracol y algunos signos mudéjares en su interior. También al pasear por sus calles, nos impresiona la iglesia de Santa María de Azogue, del siglo XII, y la del Apóstol Santiago, que cuenta con una espectacular talla de este santo.

Siguiendo la carretera principal llegamos a Alija del Infantado, un pequeño pueblo hospitalario entregado al peregrino. Además de numerosos albergues, la localidad posee tesoros artísticos como el castillo alacio del Señorío o el retablo barroco de la iglesia de San Esteban que, posiblemente y según todos los indicios históricos, fue convento de los templarios. El camino nos conduce ahora por el corazón de la Vía de la Plata, siguiendo la vera del río Jamuz y pasando por municipios como Quintana del Marco, de indiscutible raíz romana y titular de un interesante yacimiento arqueológico.

Artesonado de la iglesia de San Esteban, en Alija del Infantado.
Artesonado de la iglesia de San Esteban, en Alija del Infantado.

Entre chopos y fuentes de aguas medicinales, el camino llega hasta La Bañeza, rica en cultivos, gracias en parte a los ríos Órbigo, Duerna y Tuerto. La Bañeza, en plena Castilla León, requiere dedicarle un tiempo, por lo que puede ser un buen destino para detenernos en alguno de sus tradicionales restaurantes y probar un plato de alubias pintas de la región.

Sin perder detalle, conviene recorrer algunos edificios dedicados al culto que brillan por su arquitectura, como la capilla de las Angustias y sus templos de El Salvador y Santa María, entre otros. Después, debemos recorrer sus estrechas calles, degustar su variada gastronomía o visitar el Museo Imaginero de la Semana Santa, que alberga tallas de Navarro Santafé, Antonio Palau y Gregorio Fernández, entre otros.

Astorga es un regalo para el paladar. Destaca su repostería tradicional, sobre todo las mantecadas que llevan su nombre

Tomando la carretera en dirección León, el primer pueblo con el que nos encontramos es Palacios de la Valduerna, que aún conserva su castillo y su estirpe medieval. El camino sigue entre campos de cultivo y amarillas llanuras de trigo hasta llegar a Astorga. Como núcleo romano más importante del noroeste, la ciudad conserva destacados vestigios de su larga e intensa historia y también numerosos edificios religiosos que se construyeron al aliento del Camino de Santiago.

Callejeando por el centro es imprescindible visitar su catedral, el palacio Episcopal, obra de Gaudí y sede del Museo de los Caminos; el Ayuntamiento y la iglesia de San Andrés. Bordeando el centro, nos encontramos una y otra vez las murallas de origen romano que protegían la localidad. No son los únicos restos de esta época, también en la localidad y en las cercanías se pueden visitar las cloacas, las termas, el foro y el foso de un viejo campamento militar. Astorga es un regalo también para el paladar. Destaca su repostería tradicional, sobre todo las mantecadas que llevan su nombre, que pone un dulce cierre a este recorrido por tierras leonesas.

Palacio Episcopal de Astorga.
Palacio Episcopal de Astorga.

El sabor

Más de un centenar de municipios rodean los campos donde cada año se cultivan, en 120 hectáreas de tierra, las alubias de La Bañeza-León. Las lluvias, el clima y las manos maestras y artesanas que mantienen la tradición centenaria de su cultivo son los responsables directos de esta legumbre leonesa. Las alubias de La Bañeza aportan a nuestra dieta un contenido en hidratos de carbono, proteínas de origen vegetal, fibra y un bajo contenido en lípidos. Además, esta legumbre es rica en calcio, hierro, zinc, magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B, especialmente de ácido fólico. Su combinación con cereales mejora sus propiedades y su sabor gana en intensidad al mezclarse con otras variedades, como la plancheta, también blanca, y la más versátil de las legumbres de la zona.

La piel fina de la alubia de La Bañeza y su elevada mantecosidad la hacen agradable al paladar. Su intensidad depende de la forma en la que se preparan y del tipo de alubia con el que se cocine. Las más suaves son las llamadas alubias riñón, blanca, y la canela, de color crema. Todas las propiedades de esta legumbre leonesa pueden verse aquí.

Más información

Productos de la zona

Para abrir boca no hay nada mejor que una buena ración de cecina de León. Si el día es frío, un buen plato de alubias es muy apetecible y más si van seguidas de unas ancas de rana y de uno de los vinos de aguja rosados de la ribera del Esla. Si no sabemos por cuál de todos los postres decantarnos, una buena opción son los Imperiales, unos dulces a base de almendra, azúcar y huevo.

Qué comprar

Los mercadillos y ferias de los pueblos de la zona son la mejor muestra del talento artesanal de la región. Muy recomendable es la cerámica blanca, en la que cada pieza es sobria y sencilla. En Benavente son expertos en la alfarería y en los utensilios en forja, destacando también la artesanía textil en cuero, lana o lino. También son populares las mantas, chales y colchas maragatas.

Visita obligada

El palacio Episcopal de Astorga es, junto al Capricho de Comillas, una de las escasas obras de Gaudí fuera de Cataluña. El edificio fue un encargo tras el incendio que lo destruyó. Inspirado en el estilo neogótico, tiene un toque medieval y el sello preciosista de Gaudí se ve sobre todo en los arcos de la entrada y en las chimeneas de las fachadas laterales.

Fiestas

La Fiesta del Vino en Valdevimbre, el 7 de agosto, es un homenaje a los placeres del buen comer y del buen beber. En La Bañeza, los carnavales son muy populares y, el 15 de agosto, la localidad celebra por todo lo alto la festividad de la Asunción y de San Roque, que coincide con una exhibición de motociclismo urbano que duplica su población.

Tesoro oculto

El castillo palacio de Alija del Infantado es uno de los símbolos arquitectónicos de esta villa. Esta fortaleza amurallada, de planta cuadrada, llegó a tener trece torres defensivas y fue construida a finales del siglo XV sobre otra fortaleza del siglo X. Dentro se encuentra el palacio de la familia de los Ponces, del siglo XIII.

Alojamientos

Cerca del emblemático castillo medieval, la ubicación del Hotel Santiago de Benavente es uno de los principales atractivos de este alojamiento. Situado en pleno centro histórico de la localidad, bastará salir por la puerta para pasear por la Plaza Mayor y el Mercado Medieval. Si buscamos un trato familiar y un poco de paz, la Posada Senda de los Frailes cubrirá todas nuestras expectativas. Decorado a la vieja usanza, este alojamiento situado en Castroverde de Campos, guarda en su interior unas acogedoras bodegas que pueden ser visitadas.