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Botillo berciano

El legado de los monjes

Actualizado: 16/02/2016

A medio camino entre Galicia y Asturias, la meseta que ocupa El Bierzo es una región que impresiona. Apenas 3.000 kilómetros cuadrados de tierra protegida entre montañas son suficientes para que su paisaje nos conquiste. De profundas raíces medievales, este territorio milenario y minero está ligado al cerdo y a uno de sus embutidos más emblemáticos: el botillo. Su perla gastronómica es ideal para acompañar con los caldos de la Denominación de Origen Bierzo.
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La ruta

Bembibre, la segunda ciudad más importante de la zona por detrás de Ponferrada, nos da la bienvenida en esta ruta por El Bierzo. Nada más entrar en el pueblo, un monumento que reproduce una galería minera ya advierte de que se entra en territorio de picos y palas. A pesar de la presencia minera, en la ciudad perdura la esencia de su origen como caserío astur que fue repoblado en la época de Alfonso IX.

Proceso de ahumado del botillo.
Proceso de ahumado del botillo.

La avenida de Castilla lleva al santuario del Ecce Homo, reconstruido en el siglo XIX, mezcla de barroco y neoclásico elemental. A sólo un paso se encuentra el barrio de La Villavieja, que conserva los cimientos de la fortaleza que mandó construir el conde Gatón (s. IX). La iglesia de San Pedro, la Plaza Mayor y un interesante conjunto de edificios modernistas completan el recorrido por el casco histórico del municipio, que cuenta también con una buena batería de actividades de ocio activo en el cercano Parque Aventura La Devesa (667 634 178).

En los Ancares leoneses sobreviven urogallos, lobos, nutrias, águilas reales, corzos y jabalíes

Proseguimos y tomamos la carretera hacia Toreno, en pleno valle del Sil. Aquí se respira la nostalgia de tiempos pasados. Su abandonada estación de tren y el trazado ferroviario son señal de que nos adentramos en el mundo de la minería del carbón. La revolución industrial de principios del siglo XX transformó para siempre la vida de esta villa, que continúa sin embargo rodeada de castros celtas y romanos, hasta los que el afluente del Miño arrastraba pepitas de oro. Siguiendo el cauce del Sil alcanzamos el corazón de los Ancares leoneses. Sus verdes vegas coronadas por pedregosas cimas y los lagos que se esconden entre el paisaje la convierten en reserva de la biosfera por la Unesco. En ella sobreviven urogallos, lobos, nutrias, águilas reales, corzos y jabalíes.

Junto a la naturaleza en estado puro encontramos también restos históricos. Allí se encuentra el castro de Chano, un yacimiento arqueológico con restos de un poblado de la Edad de Hierro y construcciones celtas típicas denominadas pallozas. A sus pies se alza un área temática con réplicas de primitivas edificaciones, así como el Museo Etnográfico La Palloza. La zona, con merenderos y aparcamiento, es perfecta para iniciar alguna de las múltiples rutas existentes.

Castro del chano.
Castro del chano.

Al salir, el valle de Ancares queda en el camino hacia Vega de Espinareda, localidad en la que deberemos hacer un alto en el camino para disfrutar de las visitas guiadas al antiguo cenobio benedictino de San Andrés.

Piedras y tradición religiosa en la penúltima parada antes de llegar a Cacabelos, un encantador pueblo de calles rectas y pequeñas casas de dos alturas, que es punto de referencia en el Camino de Santiago Francés por sus numerosos centros asistenciales y por la hospitalidad de su gente. Además, los aficionados al enoturismo disfrutarán con esta parada, puesto que la villa cuenta con numerosas bodegas, y es sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, con el Museo del Vino y la Feria del Vino, que se celebra a principios del mes de mayo.

El sabor

Singular y tradicional, la cocina berciana gira en torno al cerdo, siendo el botillo(despiece del animal condimentado y embutido en las tripas) su manjar más representativo. Se sabe poco de su origen, aunque las teorías más aceptadas lo vinculan a los monjes que habitaron hace siglos algunos de los cenobios de la ruta, como los de San Andrés de Espinareda o Santa María de Carracedo. Un producto de raíces medievales muy unido a esta tierra, la Tebaida Berciana, e ideal para acompañar con los caldos de la Denominación de Origen Bierzo.

Botillo berciano.
Botillo berciano.

La elaboración del botillo del Bierzo comienza con el adobo de las distintas partes obtenidas del despiece del cerdo (costillas, rabo, espinazo, paleta...). Se embute todo en la tripa y se somete a un proceso de ahumado y secado durante tres días. Después, se sumerge el botillo en agua y se deja cocer durante dos horas. Treinta minutos antes de que acabe la cocción se añaden las patatas peladas y enteras, los chorizos y la verdura (repollo o berza). Cuando las patatas estén cocidas por completo, se desgrasa el caldo resultante y ya está listo para servir. El botillo es un alimento energético (entre 300 y 400 kcal/100 g) rico en proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva. Disfrutar de este sabroso embutido supone cargar el organismo de vitaminas B1, niacina y B6, y minerales como hierro (fácilmente absorbible), zinc, fósforo, selenio y potasio.

Más información

Visita obligada

Los Ancares leoneses, territorio declarado reserva de la biosfera por la Unesco, comprende varias localidades que no podemos perdernos. La capital del valle es Candín, donde se conservan restos de explotaciones auríferas de época romana; en Pereda, una casa de ‘teito’ (típicas construcciones leonesas) acoge el Museo Etnográfico y en Balouta podemos disfrutar de pallozas (cabañas) restauradas.

Fiestas

Bembibre es el escenario del Festival Nacional de Exaltación del Botillo, que suele tener lugar cada mes de febrero. En él hay un invitado de honor: el ‘mantenedor’. Esta figura tiene su origen en el primer festival, cuando se pidió a un abogado de la villa que dirigiese unas palabras. Además, durante la primera quincena de marzo Ponferrada acoge las Jornadas de Pinchos del Botillo

Alojamiento

Camino de la Plaza Mayor se encuentra el Parador de Villafranca del Bierzo (Avda. Calvo Sotelo, 28; 987 540 175). El edificio, revestido con piedra y pizarra, es una construcción recia de inspiración gallega. Lo mejor, poder despertarse y asomarse a la ventana con vistas al sur de los Ancares, al Bierzo y al Valle de Vilela.