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Con berza o con nabizas, preparado con paciencia y horas al calor de una buena cocina de leña, a la antigua usanza (como el recipiente de hierro que le da nombre) o en cocina moderna… El Pote Asturiano es la gasolina que necesitaremos para poder recorrer una de las rutas de peregrinación a Santiago de Compostela más transitada en la Edad Media: el ramal que desde León llegaba hasta la catedral de San Salvador, en Oviedo.
Los peregrinos acudían a venerar las reliquias de la Cámara Santa siguiendo las viejas calzadas romanas que confluían en el entronque de los ríos Aller y Lena, a pocos kilómetros de Mieres del Camino. Y aquí es donde comienza nuestra ruta, en una ciudad que ha sabido convertir el patrimonio de la antigua industria de extracción de la hulla y del hierro en un activo cultural. El mejor ejemplo de ello es el pozo Barredo y la mina Mariana, hoy convertidos en un parque temático sobre la Arqueología Industrial Minera situado en el corazón de la ciudad.
Cruzando el río Caudal, por el puente la Perra, podemos llegar a pie hasta Ujo en un relajante paseo por el río. En el camino por carretera, a la altura del pequeño pueblo de El Pedroso, nos adentramos en el valle de Cuna y Cenera, repleto de merenderos y lagares para hacer un descanso. En Cenera, a finales de septiembre, se celebra un ‘mercau asturianu’ perfecto para probar y comprar algunos productos típicos, como el queso y la sidra.
Un poco más adelante, en Valdecuna, podemos detenernos para visitar el santuario de los mártires San Cosme y San Damián, destino de una animada romería que tiene lugar cada 27 de septiembre. Ya sea por carretera o a pie, Ujo cuenta con una iglesia románica del siglo IX, la de Santa Eulalia, declarada Monumento Nacional. De la actividad minera que se inició a finales del siglo XIX quedan también otros edificios de interés como los cuarteles de la Torre, las casas de los obreros con un innegable sabor galés, la nave de Aglomeración, el laboratorio o el economato obrero.
Según las leyendas, en Soto de Aller se refugiaron los padres de doña Urraca, reina de Navarra y regente del señorío de Asturias
Desde Ujo, nos sumergimos en el concejo de Moreda de Aller. La primera parada es el antiguo poblado minero de Bustiello. Fundado en 1890 por el hijo del Marqués de Comillas, Claudio López Brú, se trata de uno de los mejores legados que ha quedado de lo que fue la industrialización asturiana en el siglo XIX. Si tenemos tiempo, además de recorrer la localidad debemos incluir una visita al Museo de la Minería y la Industria, situado en el antiguo pozo San Vicente, en El Entrego.
En la misma avenida de la Constitución de Moreda se encuentra el desvío que nos llevará hasta el pueblecito de Boo, al que algunos llaman el Cudillero de Aller por su bonito y pintoresco casco urbano. Edificios como el palacio de Arias Prieto (siglo XVIII) y la casona de los Castañón son dos de las muchas joyas que nos encontramos al pasear por sus tranquilas calles.
Después el itinerario remonta el curso del río Aller hacia el puerto de San Isidro. Atrás van quedando las imágenes más típicas de la vida del mundo del carbón para adentrarnos en un entorno natural sorprendente y lleno de leyendas. Cuenta la historia que en la torre medieval del pequeño pueblo de Soto de Aller se refugiaron los padres de doña Urraca, reina de Navarra y regente del señorío de Asturias.
La torre, hoy en ruinas, ya existía a comienzos del siglo XI y jugó un papel importante en la Reconquista. Soto de Aller está a tres kilómetros de la capital del concejo, Cabañaquinta, nuestra última parada. En su templo románico, conocido como el de San Vicente de Serrapio, hay unos interesantes frescos y un ara votiva astur dedicada a Júpiter. Desde el exterior de la iglesia, Monumento Nacional, obtendremos unas panorámicas idílicas de la cuenca del río Aller. A partir de aquí podemos seguir el camino hacia el puerto de San Isidro, donde es posible poner un pie en Asturias y otro en León al mismo tiempo.
Para preparar un auténtico Pote Asturiano hay que seguir las siguientes indicaciones. Se pone una cazuela al fuego con las fabes, las morcillas, el tocino y el hueso de codillo, y se cubre todo con agua fría. Cuando rompe a hervir, se retira la espuma, se baja la intensidad del fuego y se deja cocer lentamente durante dos horas. Por separado, se cuecen, con agua y sal, la berza y las patatas tras lavarlas y trocearlas. Después se añaden a las fabes. Si fuese necesario, se agrega el agua de la verdura o agua caliente hasta cubrirlo todo (el pote asturiano no puede nunca quedar seco). Por último, se sazona y se deja en el fuego hasta que todo quede tierno y unido. Cuando esté en su punto, se retira, se deja reposar y se sirve.
Esta tradicional receta, cuyo componente principal son las fabes, es fuente de distintos macronutrientes y micronutrientes. Entre los primeros, destacan las proteínas, de buena calidad y principalmente de origen vegetal, y los hidratos de carbono complejos. En el grupo de los micronutrientes se encuentran minerales como el hierro, el magnesio, el zinc, el potasio, el fósforo o el selenio, y vitaminas del grupo B (B1, niacina, B6 y ácido fólico). Es muy destacable el contenido en fibra (soluble e insoluble) de este plato, ya que una ración supera la recomendación diaria para un adulto sano (25-30g/día). Por tanto, su consumo favorece el buen tránsito intestinal.
No importa la región que visitemos de Asturias, el queso y la sidra no pueden faltar en nuestra lista de productos de la tierra. En la localidad de Cenera, a finales de septiembre, se celebra un ‘mercau asturianu’ perfecto para comprar productos típicos exquisitos, así como todos los ingredientes necesarios para hacer un Pote Asturiano en casa.
Muy cerca de la propiedad que bordea las ruinas de la torre medieval de Soto de Aller, podemos ascender hasta el santuario de la Virgen de Miravalles, que está situado al lado de una fuente venerada desde los tiempos precristianos y cuyas aguas, dicen los lugareños, tienen propiedades milagrosas.
Las Jornadas Gastronómicas del Pote Asturiano que se organizan por la fiesta de Santa Bárbara en el valle de Turón, a principios de diciembre, tienen alma minera. Multitud de restaurantes se unen a la celebración ofreciendo el mejor Pote Asturiano. El acto de presentación, en el Ateneo local, suele contar con una singular actuación del Coro Minero de Turón.
Para disfrutar de la cuenca minera asturiana, el Hotel Mieres del Camino, en la localidad del mismo nombre, es el alojamiento ideal por su ubicación. Situado en el centro de Asturias, permite recorrer los valles del Principado. Levantándose sobre un palacete de 1906, el Hotel Palacio de las Nieves ofrece un espacio de relax con su spa y su jardín de rosales multicolores y árboles centenarios.