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Las producciones lechera y quesera están íntimamente ligadas a la historia de Asturias, por eso no es de extrañar que la primera documentación escrita que hace referencia al Afuega’l Pitu, sea del siglo XVIII, para usarse como moneda de cambio en el pago de impuestos.
Este queso es la excusa perfecta para recorrer en coche los románticos prados con granjas y caseríos que salpican las montañas entre los ríos Narcea y Sella. Los concejos de Riosa, Morcín, Grado, Las Regueras, Pravia y Salas son los principales productores de Afuega’l Pitu. Otros municipios que también lo trabajan son Tineo, Cudillero, Belmonte, muros del Nalón, Soto de Barco y Santo Adriano. Pero nuestra ruta parte de Riosa, donde entramos en contacto con los pueblos prerrománicos que habitaron la región.
Los yacimientos de Pera’l Colleu, en Rioseco, y el pico Castiello, en El Collao, se pueden visitar a pie aunque parte de sus hallazgos se encuentran en exposiciones permanentes en diversos museos de la comunidad. Seguimos la carretera, desde la cima del Monsacro, cuya mole se alza sobre el pueblo de Morcín, desde donde se llega a ver en un buen día el mar y la cordillera Cantábrica.
El Monsacro es una montaña llena de historia desde la época precristiana, como prueban los túmulos y sepulturas megalíticas que se encuentran allí, pero su mayor atractivo son las ermitas de la Magdalena y de Santiago, del siglo XII, catalogadas como Monumentos Histórico-Artísticos. La de Santiago es de planta octogonal y aloja en su interior el pozo de Santo Toribio, la cueva del Ermitaño y un altar románico primitivo.
En Salas se encuentra el Tejo de San Martín, un árbol milenario de 16 metros de altura
Antes de comenzar a caminar por las calles de Grado es una buena idea que nos acerquemos a la Oficina de Turismo de la localidad (Parque San Antonio s/n; 985 753 073), en la que nos proporcionarán un mapa con los puntos de interés de la región. Grado es una de las polas medievales fundadas por Alfonso X el Sabio. De este lejano pasado la villa conserva algunos fragmentos de la vieja muralla y dos calles enmarcadas por el solar de la antigua iglesia: la travesía del palacio Valdecarzana y la vía, sin nombre, que discurre paralela a la verja de cierre de la rectoral.
La localidad mantiene en perfecto estado numerosos edificios de valor artístico e histórico del siglo XIX. La capilla de los Dolores, el palacio de Miranda-Valdecarzana, el Capitolio (un suntuoso chalet de dos plantas) y una importante colección de palacetes indianos, que se extienden a lo largo de la calle Eulogio Díaz Miranda, son algunos de los sitios de interés que veremos.
Continuamos el itinerario hacia Las Regueras. Aquí la naturaleza se lleva por derecho todo el protagonismo. Desde este concejo podemos realizar varias rutas de senderismo para disfrutar del entorno natural. La ruta de los lanceros y la ruta del Alto de Piedrafita ofrecen pendientes y bajadas por la montaña asturiana, que esconde también algunas joyas culturales como la visita a la Necrópolis Tumular de Piedrafita, importante punto arqueológico de enterramientos del hombre Megalítico. Si no estamos preparados para andar, o el tiempo no acompaña, lo mejor es optar por una tercera ruta, la de los Palacios. En ella no hay que perder detalle del palacio de Bolgues, el de Ardaxe, la ermita de Santa Ana de Premoño, las cuevas Prehistóricas o la casona de La Portalada.
La iglesia de San Juan, la de San Miguel de Luerces y el palacio de Inclán son algunas de las paradas que podemos realizar mientras recorremos el concejo de Pravia hasta llegar a Salas. A esta localidad, la última en nuestra ruta, se accede por la popular recta de Salas, uno de los pocos tramos lineales de la geografía astur.
Su casco histórico se conserva perfectamente con edificios impresionantes, como la colegiata de Santa María la Mayor, del siglo XlV (con el mausoleo del inquisidor Valdés Salas), la torre de los Valdés (unida al palacio de Valdés Salas por un puente) y casonas como el palacio de la condesa de Casares. Terminado el recorrido por el pueblo merece la pena distanciarnos un poco y llegar hasta el cementerio. Allí se encuentra el Tejo de San Martín, un árbol milenario de 16 metros de altura, 12 de envergadura y casi siete de perímetro, declarado Monumento Natural.
Según algunas versiones, el queso con Denominación de Origen Protegida Afuega’l Pitu debe su nombre a su textura pastosa y astringente al paso por la garganta. Otros aseguran que su significado en bable, “ahogar el pollo” (coloquialmente llamado pitu), se debe a que le daban a probar el queso a este animal para hacerle callar y de paso comprobar su punto: si le costaba tragarlo, es que estaba ya hecho.
Rico en proteínas de alta calidad y lípidos, también contiene micronutrientes tales como el calcio, el fósforo y la vitamina D, indispensable en el metabolismo del calcio. Afuega’l Pitu es un queso graso que puede ser fresco (cuando es así se puede untar) o madurado, elaborado con leche entera pasterizada de vaca de las razas frisona y asturiana de los Valles. Su color es blanco o anaranjado rojizo, si incluye pimentón. Visualmente tiene forma de cono truncado, la más común, o de calabacín, con un peso de 200 a 600 gramos. Todo sobre este queso asturiano en www.doafuegalpitu.com
Con hojaldre, nueces, azúcar y anís se hacen las populares Casadielles, dulce tradicional asturiano. Otras especialidades de la repostería de Morcín son el flan, los canutillos, el arroz con leche y el Brazo de Gitana. En lo salado, destacan la fabada, las carnes de cabrito y cordero (caldereta a la estaca) y los nabos acompañados de productos de matanza.
La iglesia de Santa Cristina de Lena, del siglo IX y Patrimonio de la Humanidad desde 1985, es una maravilla del prerrománico situada en una colina de la parroquia de Felgueras, a 5 km de Pola de Lena. Restaurada en 1983, su planta de cruz tiene una nave rectangular y varios adosados: un ábside, un pórtico y dos pequeñas cámaras.
El Certamen del Queso de Afuega’l Pitu se celebra durante las fiestas de San Antón, el 17 de enero, en Foz de Morcín. Allí se exponen, degustan y venden piezas de este tradicional producto asturiano. Al mismo tiempo se organiza un banquete tradicional de pote de nabos, que se acompaña de productos de la matanza y Casadielles.
La Quintana del Caleyo (Camuño; 669 828 293), en Salas, es un conjunto de casas de arquitectura rural popular. Ubicada en una finca de 3,5 hectáreas, con montes de castaños y praderías, este alojamiento es casi una aldea en sí mismo. La casona palacio, la capilla de San Lorenzo y un pajar son sólo parte de los edificios típicos que contiene este paraje en mitad de la montaña asturiana.
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/09_Krudo.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa")
