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Queso de Murcia al vino

Un viaje que conquista

Actualizado: 02/02/2016

Paisajes de grandes contrastes y pueblos con castillos medievales, arte monumental, elegantes palacios y mansiones señoriales. Son los atractivos que salen a nuestro paso al aventurarnos por las tierras altas de Murcia. En este territorio, Jumilla, Calasparra, Moratalla y Caravaca de la Cruz son los imprescindibles de un itinerario apetitoso por el interior murciano, donde además se elabora el queso de Murcia al vino.
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La ruta

Nuestra primera parada es Jumilla, población de reconocido prestigio vitivinícola y cuna del queso de Murcia al vino, una de las dos Denominaciones de Origen Protegidas que regulan este delicioso producto elaborado con leche de cabra. El conjunto histórico de la localidad está vigilado por un majestuoso castillo, mandado construir en 1461, al que accedemos por un camino de construcción árabe.

Ya en el casco antiguo visitamos la iglesia de El Salvador, abierta al culto desde 1791, y la de Santiago, de estilo gótico tardío. Pero será sobre los restos de un convento franciscano donde hallamos un edificio de referencia para los jumillanos: el Teatro Vico, de estilo modernista. Sin abandonar la calle Cánovas del Castillo, llamarán poco después nuestra atención la casa de Doña Pepita, otro exponente del modernismo murciano, y el Ayuntamiento, con su admirable balcón de forja. Los alrededores son también igualmente sorprendentes, como la sierra de la Pedrera, a 12 kilómetros, donde se han encontrado importantes pinturas rupestres.

Vista de Jumilla con el castillo en lo alto.
Vista de Jumilla con el castillo en lo alto.

En Calasparra hay una cueva de 700 metros de longitud repleta de estalactitas, estalagmitas y otras formaciones calizas

Ahora nos dirigimos hacia Calasparra. Antes de entrar en esta población de estirpe arrocera conviene que nos acerquemos hasta la sierra del Puerto, a sólo nueve kilómetros del centro urbano, y busquemos la cueva del mismo nombre. Un recorrido de 700 metros de longitud nos permite asomarnos a sus estalactitas, estalagmitas y otras formaciones calizas.

Ya en la ciudad, empezaremos la caminata por la Calle Mayor. Entre los edificios que la flanquean, destacan la casa del Granero, edificación neoclásica donde hoy abre sus puertas la Oficina de Turismo, y la torre del Reloj, una curiosa construcción de ladrillo y mampostería que recuerda al mudéjar de los siglos XV y XVI. En cuanto a la arquitectura religiosa, hay que citar la iglesia de San Pedro y la iglesia-convento de La Merced, ambas del siglo XVII.

La visita a Calasparra no estará completa si no nos acercamos al santuario de La Esperanza, excavado en una gruta a orillas del río Segura y a El Molinico, uno de los escasos ejemplos renacentistas, que hoy alberga el Museo Etnológico Municipal, el Archivo Municipal y la Fundación Emilio Pérez Piñero (Merry del Val, s/n; 968 720 728).

Cueva de Calasparra.
Cueva de Calasparra.

Ahora conducimos por la carretera hasta divisar el impresionante castillo medieval de Moratalla. En la localidad del mismo nombre encontramos muchos monumentos que llaman nuestra atención, como la iglesia de la Asunción (Calle Mayor, 3; 968 730 160), que comenzó a construirse en 1561; el convento de San Francisco, el santuario Casa de Cristo, habilitado como Centro de Interpretación del Arte Rupestre (García Aguilera, 6; 968 730 258); y la ermita de la Rogativa, en un entorno de agreste belleza. Al final del itinerario, por la carretera, nos espera Caravaca de la Cruz, una de las cinco ciudades santas del catolicismo.

Moratalla.
Moratalla.

En este rincón del noroeste murciano es obligado que hagamos una pequeña parada para conocer el santuario de la Vera Cruz (Cuesta Castillo, 9; 968 707 743), de los siglos XVII y XVIII, con portada barroca revestida en mármol de Cehegín. La calle de las Monjas en Caravaca, que data del siglo XVIII, cuando era considerada la más amplia y recta de la ciudad, sorprende al visitante con sus suntuosos palacios y casas con blasones en sus fachadas. A la calle, declarada en su conjunto Bien de Interés Cultural, accedemos por la plaza del Arco.

En la Calle Mayor se levantan otros dos edificios religiosos emblemáticos: El Salvador y San José. Tampoco decepciona el paseo por la calle Rafael Tejeo, donde se hallan el convento de la Compañía de Jesús y el edificio de La Tercia o palacio de la Encomienda de Santiago. Todo un atracón de historia y arte con profundas raíces, como se detalla en el Museo Arqueológico (Cuesta de Castillo s/n; 986 700 512), alojado en la antigua iglesia de la Soledad.

Para finalizar la ruta nos dirigimos a un paraje situado entre Caravaca y Moratalla llamado la Peña Rubia y el Buitre. Es una pista forestal de gran belleza donde se pueden realizar excursiones y otras actividades al aire libre y disfrutar de una jornada agradable en contacto con la naturaleza.

El sabor

Las Denominaciones de Origen Protegidas Queso de Murcia y Queso de Murcia al Vino, que comparten consejo regulador, supervisan los procesos de calidad de estos dos alimentos hermanos. Jumilla, Calasparra, Bullas, Caravaca, Águilas y Cartagena, estas dos últimas situadas en la costa, concentran la producción. En lo que se refiere al queso de Murcia al vino, se fabrica con leche pasteurizada de la raza de cabra murciano-granadina. Tras su prensado de forma artesanal, es introducido en vino y dejado curar con hojas de romero que le proporcionan un sabor y aroma irresistibles. Esta maduración se realiza durante un mínimo de 45 días, para las piezas grandes, y de 30 días para las pequeñas. Su textura es cremosa y elástica, con un sabor muy suave, ligeramente ácido y con ese toque sutil que le confiere la uva monastrell.

En general, son quesos con alto contenido en proteínas de calidad, calcio, fósforo y vitaminas A y D. Sin embargo, su valor energético y aporte de nutrientes dependerá en gran medida de si es fresco o curado. Cuanto mayor sea el grado de maduración, mayor contenido en proteínas, vitaminas y minerales.

Más información

Productos de la zona

La gastronomía se basa en los productos de la huerta, el ganado y la caza menor. Típicos de Jumilla son el Gazpacho Jumillano, las Pelotas con carne y las empanadas de patata. En la zona del noroeste se preparan manos de cerdo en salsa, migas, asados de cordero y cabrito y embutidos. Los arroces, la Olla Gitana así como los distintos Gazpachos elaborados con carne de caza son otros platos a degustar.

Fiestas

A mediados del mes de agosto se celebran en Jumilla las Fiestas de Nuestra Señora de la Asunción, que tienen lugar al mismo tiempo que las celebraciones de la Vendimia. Su acto culminante es la Gran Cabalgata del Vino. En ella las peñas reparten miles de litros de vino que los murcianos acompañan con productos típicos de la zona, como el queso murciano.

Alojamiento

Muy cerca de las localidades protagonistas de esta ruta se encuentra Archena, otro lugar con encanto que alberga uno de los centros termales más destacados de España, el Balneario de Archena (ctra. del Balneario s/n; 968 688 022). Ofrece lo último en tratamientos de hidroterapia con el agua minero-medicinal del manantial descubierto en el siglo V a. C. Y, además, cuenta con tres hoteles, uniendo así descanso y salud en el mismo punto. Si preferimos la gastronomía o el enoturismo, en Jumilla se encuentra el Hotel Casa Luzón (ctra. Jumilla-Ontur, km 17; 968 435 489). Está cerca de las bodegas y los viñedos de producción de los Vinos de la Denominación de Origen Jumilla.