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No hay mejor manera de empezar esta ruta de la sidra que hacerlo en la Villa de la Sidra, como se conoce a Nava, localidad perfecta para una primera toma de contacto en alguna de las numerosas sidrerías que hay en los aledaños de su Plaza Mayor. Después de chocar los vasos y de probar el primer culín, lo mejor es profundizar en el conocimiento de esta bebida asturiana y visitar el Museo de la Sidra, abierto todos los días de la semana excepto los lunes.
Seguimos nuestro camino y, antes de desviarnos hacia Tazones, no podemos perdernos el estuario natural de la ría de Villaviciosa a la vera de la preciosa playa de Rodiles. Ocho kilómetros en los que practicar multitud de deportes acuáticos y disfrutar de la biodiversidad natural en uno de los puntos que hace de la ruta un viaje difícil de olvidar. Tazones es un tradicional puerto pesquero de empinadas calles y humildes casas marineras con vistas al mar. Cualquiera de los bares del puerto es un buen lugar para reposar del viaje y disfrutar de la sidra maridada con platos tradicionales de la gastronomía asturiana: la fabada, el pote, el pitu de caleya (pollo de corral), el cabrito, pescados como la chopa y la lubina o mariscos del Cantábrico.
De regreso, llegamos a Villaviciosa. Tranquila y elegante, la villa rememora el esplendor económico de la zona, cuando la ría servía de eje comercial, y se muestra espectacular conservando las señoriales casas de la burguesía de la época. Desde Villaviciosa se llega a Colunga, parada obligada para los que se mueven con niños.
Nuestro camino se transforma en un viaje en el tiempo durante la visita al Museo Jurásico de Asturias, un increíble recorrido por el Mesozoico que revive virtualmente a los dinosaurios que reinaron en la Tierra en aquella época. Tras salir y volver al presente, acabamos esta ruta de la sidra en Lastres, donde aún hoy perdura el acogedor carácter de los pescadores, y conoceremos la actividad de uno de los puertos más tradicionales e importantes del litoral. Por supuesto, con una botella de sidra sobre la mesa.
Para que la sidra sepa a sidra y lleve el sello de Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), debe estar elaborada a base de manzanas asturianas que pueden ser producidas en la totalidad de los municipios del Principado, siempre y cuando se cumpla con los requisitos de almacenamiento y manejo, dejando la fruta guardada en frescos lagares, alejada del calor y del sol.
La sidra, que se obtiene a partir de la fermentación del mosto natural de la manzana y contiene exclusivamente gas carbónico endógeno, es una bebida de bajo contenido calórico y su consumo moderado –no olvidemos que, aunque de baja graduación, es una bebida alcohólica– disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Para servirla como un auténtico asturiano, hay que seguir el tradicional ritual de escanciado, dejando verter la bebida desde lo alto de la cabeza del que la sirve hasta el vaso, lo que requiere práctica y es considerado todo un arte. Otros trucos para disfrutar de todo el sabor de la sidra es evitar batirla y servirla a una temperatura no muy fría. Más información sobre la D.O.P. se puede ver aquí.
No sólo de la sidra vive esta comarca declarada Zona de Interés Artesanal. El tallado del azabache para orfebrería hace imposible no caer en la tentación de comprar alguna joya en alguno de estos talleres que aún perviven en el concejo de Villaviciosa.
En octubre, la comarca de la sidra se encuentra en plena producción y es un buen momento para observar en los campos la recolección de las manzanas o el proceso de molienda. Sin embargo, es en verano cuando más se puede disfrutar del entorno natural de las zonas costeras y aprovechar la visita para disfrutar de las playas.
Si la visita a Nava se realiza durante el mes de julio es aconsejable pasarse por la oficina de turismo para informarse de todas las actividades que tienen lugar durante el Festival de la Sidra, Fiesta de Interés Turístico Nacional que cada año celebra un original Concurso Internacional de Escanciadores. No hay que olvidarse de llevar un pañuelo verde pues las Asociación de Lagareros de la Sidra ofrece una sidra gratis al que lleve el distintivo.
Para hacer noche y disfrutar de los encantos de la ría de Villaviciosa se puede reservar en el Hotel Rural Costa Rodiles, que mantiene la tradición y arquitectura rústica de las casas de la zona. El Palacio de Lastres en el concejo de Colunga, es un viejo palacete del siglo XVI que mantiene el encanto del pasado y las comodidades de hoy en día.