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Al sur de Zaragoza, entre el río Ebro y las sierras de la cordillera Ibérica, se extiende el mar de viñedos de la Denominación de Origen (D.O.) Vino de Cariñena. Este inspirador paisaje, de llanuras repletas de caminos y arboledas, es el lienzo natural con el creció Francisco de Goya y Lucientes antes de abandonar su Fuendetodos natal. En medio de las bien alineadas vides se levantan varias localidades que han visto evolucionar el Vino de Cariñena desde sus recios orígenes hasta su elegancia actual.
La primera población en la que detenemos la mirada es Cariñena, enmarcada por eltorreón de las Monjas y la maciza torre fortificada de la iglesia de la Asunción. Aquí, haremos bien en pasear entre sus antiguos palacetes y acercarnos a la fuente de la Mora, por la que una vez al año (durante el Día de la Vendimia) no mana agua, sino vino. Siguiendo las huellas del dios del vino, la siguiente visita es a la casa de la Viña y el Vino (Cno. Platera 7; 976 620 694) que, ubicada en una bodega modernista de principios del siglo XX, alberga el Consejo Regulador de la D.O. y el Museo del Vino.
Fuendetodos es un pueblo de pintores. De hecho, Ignacio Zuloaga compró la casa en la que vivió Goya sus primeros años
Los campos de viñedos acompañan el paisaje a ambos lados de la carretera hasta que llegamos a Tosos, enmarcado entre curiosas formaciones geológicas y que sirve de pórtico natural al embalse de las Torcas. A un paso encontramos la peculiar torre mudéjar de Villanueva de Huerva, cuyo reloj marca las horas y los días de los habitantes de esta población. Cruzado el río Huerva, el campo varía de aspecto, el cereal sustituye a la vid y el blancor de los áridos cerros de Belchite se apodera del paisaje.
Pronto, a mano izquierda, surge la nevera o neverón de la Venta, cúpula de piedra que cubre un profundo pozo usado en tiempos remotos para la conservación del hielo. También hay neverones en Fuendetodos, próxima parada de la ruta y localidad que vio nacer al genio inmortal de Goya. Casi como en la época de este artista universal, Fuendetodos mantiene su esencia rural y está plagado de sorpresas y de casas de fachada de piedra extraída de las canteras vecinas.
En una de estas casas vivió sus primeros años el autor del ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’, justo al lado de la actual sala de exposiciones Ignacio Zuloaga (pintor que adquirió la vivienda de Goya por entonces olvidada y bastante deteriorada). Sin dejar a un lado el arte, la localidad también cuenta con el Museo del Grabado(Cortes de Aragón, 7; 976 143 830), que, junto al Ayuntamiento, exhibe obras del genio aragonés.
Siguiendo el itinerario, entre cerros blanquecinos, pasamos ante Jaulín. Esta localidad merece un alto en el camino para contemplar las aves acuáticas que han tomado una balsa de agua que hay en los alrededores y para pasear entre sus casas encaladas de piedra. Botorrita, algo más allá, ofrece la visita a Contrebia Belaisca, yacimiento arqueológico en el que se encontró el famoso Bronce de Botorrita, un documento escrito en una lengua prerrománica.
Si hacemos un alto en Muel, podremos visitar el taller-escuela de cerámica, que mantiene viva una tradición alfarera con raíces diversas, entre ellas las mudéjares. Aquí descubriremos el paraje en el que se levanta la ermita de la Virgen de la Fuente, un edificio de mampostería presidido por una cúpula octogonal cuyas tejas, llamadas de lágrima, son de la típica cerámica popular de Muel. La ruta alcanza su última parada en Longares, donde la esbelta torre de la iglesia, semejante a un alminar, parece otear el horizonte de viñedos en las inmediaciones de Cariñena, principio y final de nuestro recorrido.
La Denominación de Origen Vino de Cariñena (una de las más antiguas de España) se extiende entre la margen derecha del río Ebro y el sistema Ibérico, al sur de Zaragoza. Es precisamente su localización y las características de la tierra en la que se cultiva la que hace de este vino un producto muy especial. La altitud (entre 400 y 800 m), el clima acusadamente continental, el tipo de suelo y los tipos de uva, hasta de catorce variedades entre las que destaca la garnacha tinta, terminan por dar presencia y sabor a este caldo zaragozano.
Su contenido en agua, ácidos orgánicos, antioxidantes (polifenoles), minerales y vitaminas del grupo B ayudan, con un consumo moderado, a prevenir enfermedades cardiovasculares. Además, la práctica de nuevas formas de cultivo y la aplicación de modernas tecnologías han puesto a estos tintos, rosados y blancos a la vanguardia de los vinos de nuestra geografía. Más sobre el vino de Cariñena en www.docarinena.com
No hay nada mejor que acompañar los vinos de esta Denominación de Origen con alguno de los platos típicos de la región. En los restaurantes de Cariñena se pueden degustar otras especialidades de Aragón, como la carne de ternasco, el aceite de Belchite y deliciosos postres caseros. Tienen fama merecida los Moscatelitos y el Mostillo, ambos preparados a base de mosto.
La casa natal de Goya en Fuendetodos da una idea bastante exacta de cómo transcurrió la infancia del genial pintor aragonés. Esta modesta construcción de piedra, cubierta con teja árabe, fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1982. A escasa distancia se encuentra el Museo del Grabado de Goya que cuenta con series completas de Los Caprichos y Los Desastres de la Guerra.
La celebración del Día de la Vendimia, que cae a veces en agosto y otras en septiembre, fue instaurada en los años 60 y gira en torno al pisado de la uva y la degustación de caldos. La fiesta cuenta cada año con una personalidad que sale al balcón del Ayuntamiento y lee el pregón, mientras los asistentes se congregan en torno a la fuente de la que sale el excelente caldo de la zona.
La ermita barroca de la Virgen de la Fuente, en Muel, se halla en un paraje sorprendente, una especie de oasis en medio del árido sur zaragozano. Edificada a orillas del río Huerva, junto a un dique romano, su interior guarda una sorpresa para los amantes del arte, puesto que las pechinas de la cúpula fueron pintadas al óleo por Goya en torno a 1770.
Antes de comenzar la ruta por Cariñena podemos disfrutar de unos días en Zaragoza. El Hotel Catalonia El Pilar (Manifestación, 16; 976 205 858) está en pleno centro histórico de la ciudad y se encuentra a escasos metros de la basílica del Pilar. Para explorar el nuevo centro cultural de la ciudad y tener una vistas espectaculares, el spa de la planta undécima del Hotel Reina Petronila (avda. Alcalde Sáinz de Varanda, 2; 876 541 136) es la elección correcta.