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Patio interior del Parador de La Granja.

Paradores de Turismo

La Granja: espíritu ilustrado

Actualizado: 24/04/2015

Al pie de la sierra de Guadarrama, a solo 10 kilómetros de Segovia y 100 de Madrid, nos aguarda un impresionante caserón del siglo XVIII donde podremos dormir como auténticos reyes gracias a que ha sido convertido en un Parador de Turismo. Aunque en su interior tendremos todo lo necesario para pasar unas vacaciones de ensueño, el exterior del hotel es todavía mejor ya que a solo cinco minutos a pie de aquí, nos espera el Palacio Real de La Granja.
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Será fácil sentirnos como reyes en este pequeño pueblo jardín que, durante siglos, los monarcas españoles han escogido como lugar de descanso. Fue Enrique IV el primero en mandar construir en San Ildefonso una ermita en el siglo XV. Doscientos años después, Felipe V, enamorado del paisaje de la zona, decide iniciar la construcción del Palacio Real de La Granja y sus impresionantes patios y jardines que nos dejan boquiabiertos por mucho que lo visitemos.

Alrededor de este edificio se inicia el desarrollo de la localidad de San Ildefonso y sus anexos, entre los que se levanta la Casa de Infantes y el Cuartel de la Guardia de Corps, reconvertidos desde el año 2007 en Parador de Turismo y Centro de Congresos y Convenciones.

Habitaciones de película

Las grandes dimensiones de este edificio es lo primero que nos llamará la atención al llegar a este Parador donde el silencio y la tranquilidad nos aguardan en cada rincón pese a que en él hay casi130 habitaciones. De entre todas ellas, destacan especialmente tres suites de película: Infante Don Sebastián, de grandes dimensiones, con vistas a la sierra de Guadarrama; Infante Don Gabriel, con vistas al edificio de la antigua embajada francesa; e Infante Don Antonio, con un burladero que separa el vestidor del dormitorio. Todas ellas están decoradas con estilo vanguardista y cuentan con las últimas tecnologías, incluso home cinema.

Uno de los grandes atractivos de este hotel es su spa, donde resultacasi imposible no encontrar la felicidad. Jacuzzi, asientos de masaje con burbujas, zona de reposo, duchas de contrastes, baño turco, sauna, cabinas de masaje e incluso una piscina contracorriente harán que podamos pasar horas aquí sin recordar siquiera que existe el reloj. Si preferimos hacer algo de ejercicio, el Parador cuenta también con una piscina exterior, un gimnasio, cancha de paddle y hasta un simulador de golf con el que practicar los circuitos de 20 campos distintos.

Tanto si apostamos por la opción relajada como por hacer algo de deporte, la mejor forma de acabar el día será sin duda pasar por el restaurante Puerta de la Reina. Aquí podremos probar un clásico de la gastronomía segoviana, los judiones de La Granja, y el cochinillo asado en el horno de leña.

Además de visitar el Palacio Real y sus jardines, podemos acercarnos a Segovia y conocer su impresionante acueducto romano, sus más de 3.000 metros de murallas y su monumental alcázar. Menos conocida es la población de Pedraza, a unos 60 kilómetros del Parador. Ha sido declarada Conjunto Monumental y tiene una de las plazas mayores más bonitas de Castilla y León. En el mes de julio, además, se organizan aquí sus famosos conciertos de las velas, cuando se todo el pueblo queda iluminado a la luz de las candelas.

¿Dónde comer?

En la ciudad de Segovia tenemos tantas propuestas gastronómicas interesantes que nos costará decidirnos por una sola. Un acierto seguro es Casa Silvano - Maracaibo (Avenida Ezequiel González, 25; 921 461 545), un restaurante con huerta propia donde podemos probar platos típicos como los Judiones de La Granja o el cochinillo. Otro lugar de excepción para comer cochinillo, por supuesto, es el Mesón de Cándido (Plaza del Azoguezo, 5; 921 425 911), famoso por demostrar la ternura de la carne cortándola con el filo de un plato.