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No es Colmenar Viejo una villa que deba pasarse por alto. Si bien gran parte del tejido urbano está ocupado por modernas urbanizaciones, construcciones sin gracia, vías rápidas y áreas comerciales, conserva un casco histórico de interés. En especial el templo mayor y su entorno de casas y edificios tradicionales.
La basílica de Nuestra Señora de la Asunción es el templo principal del pueblo. Erigida bajo el mandato de la casa de los Mendoza, muestra hechuras catedralicias. De estilo gótico, conserva elementos renacentistas. En su enorme interior destaca el retablo mayor, obra del siglo XVI, junto con un Museo de Arte Sacro.
En el exterior destaca la torre rematada por un trabajado capitel. Sobre la techumbre se han instalado las cigüeñas, algo habitual en muchos de los templos de esta parte de la región madrileña. A los pies de la torre se conserva el pósito de granos, recia construcción de piedra berroqueña contemporánea del templo que servía de granero a los colmenareños.
El Camino sale de Santiago por la Cañada de los Gallegos, a través de unos campos de fuerte tradición ganadera. El paso bajo la vía del ferrocarril Madrid-Burgos primero y la carretera Colmenar Viejo-Cerceda poco después, desemboca en el punto de mayor interés de la etapa, el puente del Batán, sobre el que el camino cruza el Manzanares.
Puente de origen romano, estaba ligado a la vía entre Secovia y Complutum, o sea Segovia y Alcalá de Henares. Durante siglos fue paso obligado para cruzar el río. Al tiempo sufrió una brutal degradación, que eliminó algunos de sus principales elementos como los pretiles, en busca de darle mayor anchura que facilitase el paso de vehículos pesados. El enlosado original fue hormigonado y los laterales decorados con un mallazo metálico. En 2014 se procedió a una acertada restauración que le devolvió su aspecto original; el que muestra en la actualidad.
Al otro lado del puente, el Camino de Santiago emprende la subida, siempre por vías pecuarias, que le llevan al pie de sierra, justo a la recula del embalse de Santillana. Cruza las aguas por un largo puente que lleva a Manzanares el Real, puerta de La Pedriza.
El castillo de los Mendoza, la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y la citada Pedriza de Manzanares son los atractivos principales de un patrimonio que atrae a esta localidad visitantes de toda la geografía española. La armonía y conservación que luce ha convertido al castillo de Manzanares en emblema de la región madrileña, hasta el punto de que en 1983 aquí se firmó el Estatuto de Autonomía de la región madrileña.
Construido en el siglo XV por Diego Hurtado de Mendoza, quien no pudo verlo finalizado, lo concluyó su hijo, Íñigo López de Mendoza, quien contó con la colaboración de Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos. Vecina del castillo, la torre de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves es uno de los asentamientos de cigüeñas más populares de la región.
Tras pasar al pie de las ruinas del castillo viejo, el Camino alcanza la linde del roquedo pedricero y pasa ante el Centro de Visitantes del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. En su interior se exhibe una interesante exposición sobre el espacio natural protegido.
La siguiente tirada recorre en dirección oeste el pie de sierra de la porción central de las montañas, a través de las localidades de El Boalo, Matalpino, Navacerrada y Cercedilla. Lo hace por una amplia y cómoda pista que lleva a la ermita de San Isidro, donde cada 15 de mayo, festividad del patrón madrileño, se celebra una de las romerías más importantes de esta parte de la sierra.
Buitres y cigüeñas se reparten el espacio aéreo con sus vuelos pausados. Los primeros en elevado y perenne patrulleo en busca de algo que llevarse al pico. Las segundas, y una vez capturada una rana en cualquier charca, vuelan al nido para alimentar a su prole, que aguarda paciente en la techumbre de cualquier iglesia de la zona.
A partir de Matalpino y hasta las cercanías de Cercedilla se extiende la parte más montaraz de la etapa. En subida casi constante marcha por un camino en las proximidades de carreteras que llevan a parajes tan singulares como La Barranca de Navacerrada.
Ya en Cercedilla, el monumento a Blanca Fernández Ochoa es el primero con el que se encuentra el peregrino. En la plaza mayor aguarda la estatua que recuerda a su hermano, el legendario Paquito, primer español que ganó una medalla de oro olímpica. La visita del museo dedicado al esquí y el excursionismo en la Sierra de Guadarrama es buen epílogo para la etapa.
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