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Desde la plaza Mayor de la localidad y rumbo a la Fuenfría, el Camino de Santiago cruza las vías del ferrocarril, lamentablemente muertas desde hace más de dos años por una mala gestión de Renfe y Adif, empresas encargadas de su gestión y cuidado. Mucho ayudó a que Cercedilla fuese considerada la capital de la Sierra de Guadarrama el Eléctrico del Guadarrama. Este singular trenecillo cremallera fue inaugurado en 1923, con el fin de dar servicio a una animada comunidad de madrileños que fueron los pioneros del descubrimiento de estas montañas. Hoy espera su reapertura.
Abundan en el pueblo las casonas y chalets de aires alpinos que se construyeron en aquella época. Unos y otros hicieron de Cercedilla el destino de moda para los veraneos de los madrileños en las primeras décadas del siglo XX. Entre los ilustres visitantes, el pintor Joaquín Sorolla, los poetas Luis Rosales, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre, y el científico Santiago Ramón y Cajal.
La Fuenfría es un lugar imprescindible de la Sierra de Guadarrama. El valle fue uno de los primeros pasos utilizados para cruzar la montaña, como atestigua la calzada romana que lo recorre, una de las mejor conservadas de la península. Se trata de la Vía XXIV, llamada Antonina. Construida en el siglo I de nuestra era, unía las poblaciones de Emérita Augusta (Mérida) y Caesar Augusta (Zaragoza).
A través de la Fuenfría también se extendió la calzada borbónica, utilizada por la realeza española para alcanzar su destino estival en La Granja de San Ildefonso. Felipe V ordenó en 1721 su construcción, en una reforma que se llevó por delante gran parte de la vía romana. Desde entonces, los trazados de ambas calzadas se confundieron, hasta el punto de que, al referirse a la calzada romana, se estaba describiendo la borbónica. Hasta 2006 no se pudo desvelar el itinerario de cada una de ellas, quedando delimitados y señalados con cartelería, señales y postes que no dejan lugar a dudas.
Durante siglos el puerto de Fuenfría era paso obligado para cruzar la porción central del Guadarrama. Hasta la construcción de la carretera entre Villalba y La Granja a finales del siglo XVIII. Construida según proyecto de Juan de Villanueva bajo el mandato de Carlos III, desvió el tránsito al puerto de Navacerrada. A partir de entonces, el de la Fuenfría cayó en desuso hasta el descubrimiento de la sierra por los excursionistas y montañeros de la Institución Libre de Enseñanza.
El trazado del Camino de Santiago Madrileño ha querido seguir los pasos de aquellos pioneros y remonta la Fuenfría hasta el puerto del mismo nombre. Lo hace por el más popular de sus numerosos senderos, que utiliza tramos de las dos calzadas históricas. Tras pasar por el Centro de Visitantes del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, abandona la carretera y sigue las trazas de la calzada romana. Así cruza el Puente del Descalzo, completamente restaurado. A partir de este punto, el Camino prosigue por la calzada borbónica, por el que alcanza el puerto de Fuenfría.
El puerto de Fuenfría es el punto más alto de la amplia red de los Caminos de Santiago de la Península Ibérica. No hay ningún paso que alcance los 1792 metros de este Everest de las rutas jacobeas. Su altura hace que esté cubierto de nieve varios meses al año. El paso marca la linde entre las provincias de Madrid y Segovia. También el punto donde los peregrinos dejan de padecer cuestas. A partir de este punto y hasta La Granja de San Ildefonso, discurre cuesta abajo.
Abundan en el puerto los monumentos. Varios de ellos están consagrados al Camino de Santiago. Uno es el gigantesco mojón que luce en su cabeza un panel cerámico, que da cuenta de las circunstancias de la mística ruta. Enfrente suyo se localiza un monumento con una placa de metal. Está erigido a la memoria de José Antonio Cimadevila Cotelo, fundador de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Madrid e impulsor de este ramal de la Vía Láctea.
A partir del puerto de la Fuenfría y hasta el final de la etapa, es el tramo más confortable de esta porción del Camino de Santiago madrileño. La mayor del itinerario discurre cuesta abajo y por el interior de uno de los bosques mejor conservados de España, los pinares de Valsaín. Es el mismo itinerario que seguían los reyes españoles rumbo a su residencia estival en el Palacio de La Granja. No tarda en alcanzarse el convento de Casarás, lugar donde descansaban los monarcas y ligado a una de las leyendas más truculentas del Guadarrama.
Tras pasar por la Fuente de la Reina, el camino discurre en las cercanías del río Eresma hasta alcanzar La Granja de San Ildefonso. Las agradables terrazas en el sombreado paseo que da acceso al Palacio Real y la visita del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso no pueden dejarse de lado. De manera especial los miércoles y sábados, a partir de las 17:30, y los domingos desde las 12:00 horas.
Es cuando se encenderán cuatro fuentes monumentales de los jardines, pudiendo contemplarlas con alguno de los dos recorridos organizados por Patrimonio Nacional, responsable del Palacio. Además, el 27 de julio, festividad de Santiago Apóstol y 25 de agosto, festividad de San Luis, patrono de La Granja, serán días de encendido extraordinario, con siete fuentes en funcionamiento. El espectáculo recuerda que la etapa más exigente del Camino Madrileño de Santiago ha quedado atrás.
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