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Escalera que conduce al Faro del Caballo en Santoña

Ruta al Faro del Caballo (Santoña, Cantabria)

La escalera más espectacular del Cantábrico

04/09/2024 –

Actualizado: 18/07/2024

Prepara piernas, que vamos a descender (y luego toca subir) los famosos 763 escalones que nos conducen al faro del Caballo, uno de los monumentos más icónicos de Cantabria, situado en la villa marinera de Santoña. Atravesando un bosque de encinas y laureles, podremos observar la escarpada costa cantábrica, con sus acantilados que se precipitan sobre los arenales, y acabar la excursión con un refrescante chapuzón o regresando en una excursión en kayak, si el Cantábrico nos lo permite.

Muchos pensarán en la de San Juan de Gaztelugatxe de Vizcaya o en la de Roca Dragón de Juego de Tronos, que es lo mismo. Sin embargo, el mar del norte se guarda para su deleite un faro escondido entre acantilados verticales de caliza al que solo se accede por una escalera no apta para todo tipo de piernas, ni para quienes teman las alturas. Pero que no se preocupe el viajero, pues hablamos de uno de los monumentos más icónicos de Cantabria, situado en el municipio de Santoña y en el culmen de una espectacular ruta a pie, que atraviesa el bosque y bordea el precipicio hasta descender los (famosos) 763 escalones. El premio es un chapuzón entre sus cuevas talladas por el Cantábrico y aguas transparentes que también se pueden explorar navegando. Pero luego hablaremos de ello. Primero vamos a domar el faro del Caballo.

Faro del Caballo en Santoña
El faro se inauguró en 1863 y hoy está abandonado.

La villa marinera de Santoña (11.000 habitantes) está situada en lo que antaño fue una pequeña isla frente a un laberinto de marismas en la desembocadura del río Asón que, finalmente, se uniría a la costa cantábrica por un tómbolo arenoso para formar el Monte Buciero. También conocido como el Peñón de Santoña, marca el cierre al norte de la bahía y nuestro destino en esta caminata que parte desde la iglesia de Santa María del Puerto.

Monumento Virgen del Puerto en Santoña
El monumento Virgen del Puerto se erigió en 1996.

Nos olvidamos aquí del coche y del trajín portuario para ascender por la Calle Monte hasta el Fuerte San Martín, construido a comienzos del siglo XVII para proteger el abra de Santoña del invasor como el Fuerte de San Carlos, situado más adelante. Entre ambos se encuentra el monumento de la Virgen del Puerto, que se encarga de velar por los marineros desde 1996, cuando fue construido. A partir de esta subida, el acceso en coche solo está autorizado para los residentes, aunque el entorno del Monte Buciero, que guarda el faro del Caballo, solo se puede explorar a pie.

Baño en el Cantábrico desde el faro del Caballo en Santoña
Esta es una de las zonas de baño preferida por los locales y turistas.

Escalera del Faro del Caballo: desafío de 763 escalones

La carretera pronto se convierte en un camino de piedra bastante empinado, que se asoma a la ría donde navegan los veleros y los kitesurfistas frente al largo arenal de la vecina Laredo. Avanzamos por el bosque silencioso de encina y de laurel, jalonado por miradores que nos presentan este litoral esculpido en calizas y dolomías para formar pináculos sobre el Cantábrico como la Peña del Fraile. En su escarpada silueta se intuyen varias cavidades que conservan restos prehistóricos. Aunque la leyenda cuenta que fue una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte la que provocó el desprendimiento de la cabeza del “fraile”, nosotros sólo podemos pensar en por qué el anuncio de Dolce & Gabbana se rodó en Capri y no aquí. Quizás fuera por la temperatura del agua...

Una mujer camina por el bosque de Monte Buciero
Un bosque de encinas, madroños y laureles.
Bosque de Monte Buciero
La sombra y humedad se agradece en verano.

Continuamos bordeando el Monte Buciero, hasta toparnos con la Casa de la Leña y, a unos pocos metros, la inmensidad del bosque que alcanza aquí su tramo más húmedo y sombrío para suerte del caminante sofocado y del helecho que brota por doquier. Siguiendo el camino principal, avanzamos en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo, hasta descubrir una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca hasta llegar a un cruce de caminos. Llevamos una hora de recorrido. La senda de la izquierda nos indica el camino hacia el Fuerte del Mazo, que recorre todo el contorno del Monte Buciero pasando por el faro del Pescador, y el de la derecha, nos indica nuestro destino: “Faro del Caballo (763 escalones)”. Pero no es una indicación, es un aviso para el caminante. Pues pronto la espesura y el acantilado se abren en un horizonte marino, mientras a nuestros pies se presenta el primer escalón de este descenso casi vertical. La célebre y temida escalera del Faro del Caballo fue construida por los presos del Cuartel del Presidio de Santoña, abierto entre 1824 y 1924.

Dos personas descienden la escalera que conduce al faro del Caballo
Aquí harás gemelos con tanto escalón (763 para ser exactos).

“Parece sacado del sudeste asiático”

La fuerte pendiente, la estrechez y la altura de los peldaños dificultan la bajada y se la reservan para el senderista que se encuentre en buena forma. En casi todo el tramo, hay un cable de acero a modo de barandilla que sirve de ayuda, como las pequeñas zonas de descanso que permiten tomarse un respiro y contemplar el entorno virgen que nos rodea. “Es de los lugares más espectaculares que he visitado”, comenta Néstor Pérez, senderista en su descenso al faro. “No me esperaba que hubiera un lugar así aquí, en Santoña”, añade. “Parece sacado del sudeste asiático o de las islas griegas”. Por fin, este capricho calcáreo y vertical salpicado por el Cantábrico y escondido tras el bosque nos presenta en su base el faro del Caballo.

Mirador de Peña del Fraile
Mirador de Peña del Fraile.

Esta linterna, inaugurada en 1863, se muestra con su torre cilíndrica situada a 24 metros sobre el nivel del mar, antaño unida a la vivienda del farero, ya demolida. Desde el año 1993 el faro permanece abandonado y en desuso, aunque en 2013 todo su entorno, junto a las escaleras, fue rehabilitado, una vez más, por reclusos, esta vez del Centro Penitenciario El Dueso, como parte del proyecto Nácar (Naturaleza y Cárcel). El resultado es un enclave singular, tranquilo en invierno y agitado en verano, cuando aquí acuden grupos de jóvenes y deportistas que se lanzan desde las paredes al mar Cantábrico.

Playa de Santoña
La playa de Berria, una de las dos de Santoña.
Vistas del Puntal de Laredo desde Santoña
El Puntal de Laredo, donde suelen practicar 'kitesurf'.

Los viajeros que quieran evitar la escalera también pueden llegar hasta el faro del Caballo navegando desde Santoña. La empresa Buciero Natura organiza rutas en kayak o barco de unas cuatro horas para explorar el litoral hasta este pequeño cabo. La propuesta más popular es la de descender caminando y volver el kayak para acercarse a sus calas solitarias y entrar en sus cavidades formadas por los envites del Cantábrico y la erosión kárstica. Todo ello, si el mar está en calma y lo permite. En esta ocasión, a pesar del día soleado, el mar de fondo complica bastante la empresa, pero no impide a los jóvenes zambullirse desde los precipicios estilo clavadista. Algunos se lanzan incluso con una cuerda suspendida, haciendo piruetas para deleite de los espectadores que prefieren permanecer en el faro. Las aguas claras también lo convierten en un spot privilegiado para practicar esnórquel y buceo.

Senderistas por el Monte Buciero
Una de las rutas más populares es la de 'Faros y Acantilados'.

Las rutas del Monte Buciero

Si bien la bajada puede antojarse un tanto técnica, la subida caminando es una prueba de esfuerzo (recuerda, 763) que hay que hacer con calma. No es de extrañar que muchos prefieran el remo, pero una vez se empieza el desafío no es tan grande. Ascendida la escalinata, retomaremos el cruce de caminos. Aquí podremos optar por volver hasta el Fuerte San Martín en Santoña por la misma senda de ida, o bien hacer el recorrido circular completo del Monte Buciero.

Fuerte de San Martín en Santoña
Fuerte de San Martín, construido a principios del XVII.

El ayuntamiento de Santoña propone cinco recorridos a pie diferentes para descubrir este entorno natural: la senda Faros y Acantilados, desde el Fuerte de San Martín, con una distancia de 12 km y recorrido circular; la de Ecosistemas del bosque, de 2,1 km la ida desde el fuerte del Mazo; la senda Culminaciones del Monte de Santoña, una travesía circular de 8,5 km desde el mismo punto de partida; Tradición pesquera y Fortificaciones, desde el Fuerte de San Martín en un recorrido con la misma distancia y tipología que el anterior; y el Camino del Salticón, desde Alameda de Santoña y de apenas 20 minutos.

Un joven se lanza al mar desde el faro del Caballo
Algunos aprovechan para tirarse al mar desde este faro.

Además de la senda directa al Faro del Caballo, la más popular es la de Faros y Acantilados que continúa entre el borde del precipicio y el bosque de encina, madroño y laurel hasta el faro del Pescador. Este entró en funcionamiento en 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva y luego fue modernizado tras sufrir graves daños por un ciclón en 1915. Desde esta linterna seguiremos por la carretera para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. El Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal son los siguientes hitos importantes en el trekking, que nos brinda vistas privilegiadas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer cerca de dos kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, unos metros más abajo, el Fuerte homónimo donde concluye este itinerario y nuestra expedición anfibia por el Peñón de Santoña.

Un senderista en la senda circular de Monte Buciero
Hay cinco rutas para conocer el entorno del Monte Buciero.

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