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En pocos lugares se siente el espíritu de supervivencia de una forma tan palpable como en el Parque Natural de las Bardenas Reales (Tudela, Navarra). Más aún si se recorre este inhóspito paraje al volante de un buggy, casi metiéndose en la piel de un piloto del Dakar. Es el regalazo perfecto para ese padre aventurero. Si se quiere disfrutar durante más tiempo de este paisaje, el ‘Hotel Aire de Bardena’ ofrece una perspectiva panorámica desde cualquier punto de sus habitaciones burbuja. El desierto a un paso de la cama.
Por otro lado, los parques multiaventura se han convertido en una referencia en cuanto al turismo activo en familia. Espacios como Puente Vidosa (Ponga, Asturias), Parque Río Secreto (Bembézar, Córdoba), IrriSarri Land (Igantzi, Navarra) o Rock and Water Mallorca (Llucmajor, Mallorca) ofrecen adrenalina segura y adaptada a las necesidades de padres, hijos y hasta abuelos. Cada cual aprovecha los recursos de su entorno para brindar la mejor experiencia posible con la instalación de puentes tibetanos entre árboles, tirolinas de infarto o descensos en rapel por el curso de un río.
Si quieres buscar una actividad en la que el físico se ponga a prueba de una forma moderada, una ruta en bicicleta resulta una de las opciones más indicadas. Si se dispone del vehículo las posibilidades son prácticamente infinitas, tanto en entornos urbanos como naturales, como el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, aunque para favorecer la comodidad en el viaje y quedar liberado una vez se haya concluido el recorrido, alquilar una bicicleta en el punto de partida de la ruta puede ser la mejor alternativa.
Es cierto que regalar una estancia en un hotel es uno de los regalos más clásicos para el Día del Padre, sin embargo, no todos los hoteles tienen el mismo encanto. Para aquellos progenitores que ponen atención en cada detalle cuando duermen fuera de casa, el ‘Hotel de Londres y de Inglaterra’ (San Sebastián) será el destino ideal por su privilegiada ubicación, frente a la Playa de la Concha. A lo largo de sus más de 150 años de vida, decenas de personalidades del mundo del arte han descansado en sus aposentos. A pesar de las reformas que ha vivido el alojamiento, aún se respira el lujo british -sin llegar al estilo colonial del ‘Santa Catalina’ de Las Palmas de Gran Canaria, otra buena alternativa.
En Barcelona, el moderno ‘Hotel Alma’ ha conseguido seducir a turistas y locales a la hora de planear una escapada urbana. Su céntrica ubicación hace que todos los must de la ciudad queden a unos pocos minutos andando o en transporte público, y su restaurante ‘El Jardín del Alma’ sirve uno de los mejores y más completos desayunos de Barcelona, llenando de energía a quienes no quieren perderse ni un sólo rincón de la capital catalana.
Más al sur, en Sevilla, Marta Santana y Kiran Vasnani han hecho que una antigua casa señorial del siglo XIX sea uno de los alojamientos preferentes a la hora de conocer la capital hispalense. La reforma ha conseguido mantener ese aire regionalista al tiempo que se ha adaptado a las necesidades de los turistas del siglo XXI, haciendo que el hotel ‘Plácido y Grata’ sea una apuesta segura si se pretende acertar con el regalo.
Por otro lado y si nos referimos a la capital del turismo en el sur, la localidad de Marbella brilla con luz propia. El lujo ha sido seña de identidad de la ciudad desde hace décadas y en ‘Anantara Villa Padierna’ hacen gala del mismo nada más pisar su recepción. Con una estética vinculada con las villas de la Toscana, este hotel conjuga un nivel de armonía y buen gusto que revive la mejor época del lujo marbellí. Ya en las calles más céntricas, una serie de hoteles-boutique gestionados por el grupo La Ciudadela se han abierto camino como una de las opciones más sugerentes para quienes quieren conocer la identidad de Marbella paseando.
En caso de buscar la desconexión de la rutina y volver a encontrarse con el yo más natural, el hotel ‘Torre do Río’ (Pontevedra) o ‘Torre del Visco’ otorgan el relax necesario para olvidar el día a día. A pesar de los cientos de kilómetros que les separan, el vínculo de unos inmuebles otrora vinculados al sector productivo y un entorno natural privilegiado hace que cualquiera de los dos destinos sean opciones ideales a la hora de descansar sin preocupaciones.
Regalar una comida o una cena en alguno de los restaurantes más punteros de España es, sin duda, uno de los mejores presentes que se puede hacer a los amantes de la gastronomía. ‘El Rincón de Juan Carlos’ (Tenerife) e ‘Iván Cerdeño’ (Toledo), ambos galardonados con 3 Soles Guía Repsol 2022, son dos experiencias que le dejarán marcado sin duda.
Pero si además tu padre es de los que se preocupan por la sostenibilidad en las cocinas, ‘Coque’ (3 Soles Guía Repsol), ‘Monastrell’ (2 Soles Guía Repsol), ‘Raíces’ (1 Sol Guía Repsol) y ‘Kofradia’ (Recomendado), que ostentan el Sol Sostenible #AlimentosdEspaña, son buenas opciones a tener en cuenta. Cuatro restaurantes de diferentes categoróias y con una cocina muy personal donde la sostenibilidad está muy presente.
Dos restaurante más a tener en cuenta si quieres sorprenderle son ‘Fuentelgato’ (Huerta del Marquesado, Cuenca) y ‘Cañitas Maite’ (Casas-Ibáñez, Albaceta), dos proyectos liderados por veinteañeros que, gracias a su dominio de los fogones, han conseguido abrirse paso entre los paladares más gourmet alejados de las ciudades, en parajes que bien se merecen un viaje.
Hacer un regalo no siempre tiene que suponer realizar un desembolso económico. Una experiencia puede ser el mejor de los regalos si esta cumple con los gustos y aficiones del agasajado. Por ello, una salida al campo en la que disfrutar de la naturaleza se convierte en un obsequio de aúpa. En este sentido, aquellas rutas que muestran uno de los atractivos naturales por excelencia, los ríos, resultan ideales para regocijarse con el poder y belleza de los espacios que los humanos no han tocado. El nacimiento del río Cuervo, en la Serranía de Cuenca, es uno de los más famosos de su categoría en España y no es para menos. En el kilómetro y medio de recorrido que tiene el sendero que guía a los turistas, es fácil avistar rapaces entre las copas de los árboles que preceden a la hermosa pared sobre las que se vierten las primeras gotas que inician el cauce del río.
De un modo similar estremece la cascada del Tobazo, un farallón de 800 metros de altitud sobre el que la caída del agua ha creado un sinfín de chorros por los que circula el líquido elemento. Las lluvias de la primavera en Villaescusa de Ebro (Cantabria) se convierten en el mejor aliado de este fenómeno de la naturaleza que atrona incluso antes de llegar a sus pies. Más calmadas fluyen las aguas del Vadillo a lo largo de la Ruta de las Chorreras de Valdepeñas de Jaén, un trayecto que sigue el curso del río que dio, en tiempos de los árabes, un impulso a la localidad y que hoy se recuerda con esta ruta.
En clave botánica discurren los caminos que transitan por pinsapares de Málaga y Cádiz, unos bosques poblados por una de las especies de pinos más antiguas y poco habituales de estas latitudes en el continente. Son varios los pueblos en los que se puede disfrutar de estos árboles prehistóricos, pero es en las rutas que atraviesan la Sierra de las Nieves donde se encuentran un mayor número de ejemplares, sobre todo en Yunquera. Buscando una senda en la que el esfuerzo no signifique un impedimento, las pasarelas que establecen el recorrido por el Parrizal de Beceite (Teruel) hacen que este camino sea de lo más accesible para todos los públicos. En esta ruta no solo deslumbran los arces, tejos, o helechos que flanquean el camino, sino también las agujas de roca creadas por la erosión o las pinturas de Fenellosa, gran ejemplo del arte rupestre mediterráneo.
Aunque si de erosión hablamos, las cuevas son la mejor forma de acercarse a descubrir el producto de milenios de acción constante de la naturaleza. España cuenta con una gran diversidad de estos monumentos geológicos diseminados por toda su geografía, desde las navegables Cuevas de San José (La Vall D’Uixó, Castellón) hasta la icónica y cinematográfica Cueva de las Brujas (Zugarramurdi, Navarra). Cada una tiene su historia particular, lo que sí comparten es un pasado de creación lenta del que hoy en día se puede ser testigo de excepción.
Las catedrales son templos en los que el arte se vislumbra en todo su esplendor. La Catedral de Santiago se sitúa como uno de los máximos exponentes de estos monumentales edificios en nuestro país, y su atracción se ve incrementada tras la reciente restauración del Pórtico de la Gloria. Esta obra maestra del románico ha recuperado por completo su vigor y luce sobremanera en la meta del Camino de Santiago. Sin embargo, el atractivo de la catedral no se reduce sólo al pórtico, sino que en su interior las historias y referencias ligadas al culto religioso se suceden, resultando toda una lección sobre la que nunca deja de aprender.
Por otro lado, la Catedral de Burgos se yergue como una de las grandes obras del gótico español y acoge algunos ejemplos de orfebrería arquitectónica, como su famoso cimborrio, que obnubilan incluso a los profanos del arte. A pesar de compartir estilo, las influencias mediterráneas y aragonesas de la Catedral de Murcia muestran las diferencias y riqueza que acumulan estos inmuebles dependiendo de su situación geográfica. Además, la fachada barroca de 54 metros de altura aporta unos matices particulares un templo que no huele a iglesia, sino a esencia de nardo, el olor de los santos.
Establecer una ruta temática alrededor de un movimiento artístico puede ser otra forma de elaborar un regalo para el Día del Padre, y Zamora se sitúa como una de las grandes tapadas como ejemplo del modernismo patrio. Este aspecto sorprende debido a la ligazón de la localidad con el románico, sin embargo, las riquezas generadas por algunas familias zamoranas durante los primeros años del siglo XX desembocaron en un auténtico manual de arquitectura modernista. Pasear por la calle Santa Clara y algunas de sus aledañas da cuenta de cómo cierres, miradores y portales mostraban el poderío de sus moradores al tiempo que aumentaban el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Aunque a la hora de hablar de modernismo, Barcelona es el puntal principal. Sus calles están plagadas de ejemplos allás donde se mire, siendo uno de los grandes desconocidos el Recinto Modernista San Pau, obra de Lluís Domènech i Montaner, maestro de Antonio Gaudí, inmueble que durante sus primeros años de vida ejerció como hospital. La disposición de los espacios en el interior es toda una virguería para favorecer la entrada de luz natural -supliendo la carecia de electricidad de su inauguración- y el colorido de sus azulejos y las formas que dibujan sus techos hacen que la impresión del visitante aumente por momentos.
También puedes mezclar en el mismo regalo una experiencia artística y natural, lo mejor es decantarse por ejemplos como la ermita de San Tirso y San Bernabé, en Merindad de Sostoscueva (Burgos), donde la propia iglesia se adentra en las profundidades de la tierra al estar construida en una cueva repleta de frescos que narran la vida del santo. A pocos kilómetros, en el valle de Valderredible, se acumulan los ejemplos de arte rupestre vinculado al cristianismo, ya que estas tierras fueron habitadas por San Millán y sus discípulos, y no tardaron en crear una serie de ermitas en las rocas hace más de mil años. Hoy en día estas rarezas son visitables y dan una idea de cómo se mantuvo la fe cristiana al tiempo que parte de la península era controlada por los árabes.
Surcar los cielos como si de un ave se tratase es una de las grandes ilusiones históricas del ser humano. A falta de alas, el ingenio del ser humano ha sido capaz de crear algunos artefactos que permiten aprovechar las corrientes de viento como el parapente. El desierto de Gorafe es uno de los paisajes más espectaculares de la provincia de Granada, con sus decenas de montes desérticos, donde poder mirar el embalse de Negratín a vista de pájaro sin necesidad de motor. El cerro Jabalcón es el punto de partida donde comienzan a deslizarse los parapentes que llenan de adrenalina a quienes no tienen vértigo. Y, aunque parezca un deporte indicado para adultos, lo cierto que los niños también pueden disfrutar de este vuelo. En Parapente Bizkaia ofrecen esta posibilidad a quien la solicite, pudiendo celebrar el Día del Padre en familia y en el cielo.
Para sentir la libertad de un pájaro, los paseos en globo llevan a cabo este anhelo de una forma más relajada. Los vientos que recorren el mar mediterráneo son los responsables de impulsar el proyecto de Mallorca Ballons, empresa especializada en esta actividad que tiene su sede en Manacor. Ya en la Península, las cumbres de la Sierra Mariola es otra experiencia para no olvidar. Para subirse en ellas solo es necesario acercarse a Bocairent y concertar un viaje que discurre entre las nubes que se esparcen por la comarca de Vall d’Albaida. En ambos casos, lo único imprescindible es dejarse llevar al ritmo que marque el viento.
También se puede disfrutar de las alturas sin tener que despegar los pies del suelo, el Caminito del Rey surge como la opción más acertada. Conocido en otros tiempos como “el caminito más peligroso del mundo”, lo cierto es que hoy la seguridad es la nota dominante a lo largo de los 7,7 kilómetros de recorrido, gracias a las pasarelas instaladas. A pesar de ello, esta ruta no es la más indicada para aquellos que padecen vértigo, ya que la perspectiva del Guadalhorce más de cien metros por debajo de los paseantes hace que le tiemblen las rodillas hasta a los más experimentados.
Si tu padre es de los que disfruta ante el volante, una ruta que atraviese algunas de las provincias menos transitadas del país se convierte en una apuesta segura para el conductor ávido de nuevas sensaciones. La carretera de Extremadura EX-119, cuyo origen se sitúa en Navalmoral de la Mata, recorre parte de la comarca de La Vera, famosa no solo por su pimentón, sino por ofrecer algunos de los mejores paisajes de la región mientras se rueda sobre el asfalto de esta pista. En el trayecto se pueden observar los pinares del río Tiétar, cultivos de tabaco o piscinas naturales que animan a darse un chapuzón, además, los pueblos que se descubren hasta llegar a Villanueva de la Vera dan una idea certera sobre la identidad y carácter de unas tierras no siempre valoradas en su justa medida.
Conocida por muchos por la Denominación de Origen, y no tanto por ser la gran carretera que discurre por ella, la Ribera del Duero acoge la N-122, un estupendo tramo rodado para recorrer entre Quintanilla de Onésimo y Castrillo de Duero. Los viñedos son la nota dominante de un terreno vallisoletano en el que se dan la mano paisajes de ensueño que son el mejor fondo para un selfie, restaurantes y pueblos bodegueros que honran las tierras que baña el río y alojamientos con encanto en los que descansar del viaje.
Ya en el interior de Galicia, las OU-509 y OU-508 que discurren por la Ribeira Sacra conforman un tour ideal para descubrir las maravillas que ofrecen los bosques y ríos ourensanos. A lo largo de este recorrido las iglesias y monasterios se suceden al tiempo que los más pequeños pueden contar las vacas que saludan a los visitantes desde los prados. La oferta gastronómica se alterna entre la sencillez propias de las gentes que habitan estos montes y la opulencia de los monasterios; y de los souvenirs pueden ser tan efímeros como una bica amanteigada, un dulce que apenas tarda unos segundos en desaparecer del plato, o casi eternos como las piezas de cerámica que se elboran en Alfarería Agustín.
Aunque si de verdad se quiere sentir el asfalto como un elemento más del viaje, nada mejor que realizar una ruta en autocaravana por la provincia de Girona. En un territorio que se asienta entre los Pirineos y el Mediteráneo, las carreteras seducen a quienes gozan con el volante en sus manos y regalan estampas de postal a cada curva. La ventaja de viajar en este vehículo reside principalmente en la libertad que ofrece a la hora de elegir el lugar en el que descansar, ya sea a las faldas de un monte o a pocos pasos de la playa, aunque también existen hoteles y apartamentos muy seductores en los que alternar el sueño.
Si tu padre es de aquellos a los que le gusta ofrecer lo mejor de lo mejor a sus invitados, regalar una cata de vinos en la que profundizar el conocimiento sobre estos caldos puede convertirle en el mejor anfitrión imaginable. Gracias a este aprendizaje sabrá todo lo necesario para elegir el vino adecuado en cada ocasión, ya sea en casa o en un restaurante, y reconocer sus propiedades tan solo con oler su aroma. Además, aquellos que vivan en los alrededores de Barcelona están de suerte debido al auge que han experimentado los locales y tiendas especializadas en vinos naturales, un nuevo valor gastronómico al alza. Los útiles relacionados con el vino también pueden suponer una agradable sorpresa, ya que el mercado ofrece una enorme variedad de cada uno de los instrumentos necesarios para descorchar o almacenar el líquido restante una vez abierta la botella.
Del mismo modo, un objeto que parecía haber sido condenado al destierro como el mueble bar ha experimentado su resurrección entre los bartender de andar por casa. El mundo de la coctelería cada vez es menos ajeno al ámbito doméstico y sus aficionados se cuentan por decenas. Las recetas son infinitas, desde los que emplean cava en sus mezclas hasta los que utilizan dulces típicos de Navidad, pasando por algunos realmente sugerentes para las fechas más señaladas para los enamorados. Además, las escuelas de coctelería también suelen ofrecer cursos amateur para aquellos que quieren profundizar en esta afición sin llegar a hacer de ella su modo de vida, con lo que la inscripción en uno de ellos puede significar una gran alternativa para regalar.
Para aquellos padres que no se despegan de sus libros favoritos en sus ratos libres, un libro de viajes hará que su imaginación vuele al tiempo que esquematiza su siguiente destino. Las opciones son múltiples y siempre hay posibilidad de elegir tierras extranjeras o nacionales, destacando por encima del resto aquellos libros que describen el Camino de Santiago, una ruta que ha hecho las delicias de literatos de cada rincón del mundo.
Si, en cambio, su afición está pegada a los fogones, los libros de gastronomía abrirán su abanico de recetas y productos para preparar los menús de ocasiones especiales como el propio Día del Padre. Al igual que sucede con los libros de viajes, las alternativas relacionadas con tradiciones y artes culinarias españolas o de territorios más exóticos son muy variadas. Tal vez, un buen comienzo para dominar uno de los buques insignia de la gastronomía patria, el arroz, sea abrir las páginas de ‘Los arroces del Mediterráneo’, donde la experta detalla los secretos de las recetas más ricas y reconocibles de estos manjares. Otra opción puede ser el libro de Tamara Falcó ‘Las recetas de mi madre’, donde la IV marquesa de Griñón recoge algunas de las elaboraciones que más le han marcado a lo largo de su vida y le han animado a profundizar en el ámbito gastronómico.