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Málaga, 2010. Lo que debería de ser un feliz día de Cabalgata de Reyes acaba mal: una niña de cinco años desaparece entre la multitud. El aparente caso de secuestro cae en manos de Miren, una joven becaria en un periódico local dispuesta a todo por encontrar a la niña. Así arranca La chica de nieve, la serie que estrena Netflix, dispuesta a intrigar a la audiencia con un nuevo thriller que desentrañar.
Creada por Jesús Mesa Silva y Javier Andrés Roig, la serie adapta un best-seller de Javier Castillo que transcurre en Nueva York. Ahora, la acción cruza el charco y pasa a Málaga, lugar de nacimiento del escritor. Las dinámicas localizaciones de la ciudad del sur se han convertido en escenario de una intriga con todo una investigación a resolver que protagonizan Milena Smit y José Coronado.
Alberto Félez, productor ejecutivo de la serie con Atípica Films, explica lo idóneo que resultaba Málaga para las localizaciones de La chica de nieve: “Tiene todo lo necesario para desarrollar un thriller de misterio: es una ciudad grande, está en la costa y con un puerto importante, pero también tiene una parte rural que nos venía muy bien, campo, montaña, sierra. Es una ciudad cosmopolita y, al tiempo, tradicional, con costumbres arraigadas”.
La trama de comienza con la decisiva desaparición de una niña de cinco años, Amaya, un 5 de enero. Como se dice en la serie, Amaya se volatiliza en la Plaza de la Constitución de Málaga, centro traumático de los sucesos que desencadenan la trama. Toda una declaración de intenciones que nos presenta, también ,el centro histórico y otros lugares emblemáticos de la ciudad. Aunque desde otro punto de vista: “El objetivo era enseñar una Málaga de thriller, más oscura y fría a la Málaga que habitualmente vemos en las producciones audiovisuales, donde prevalece el sol y la costa”, asegura Félez.
Tanto desde planos aéreos como pegados a la calle, en la serie se pueden ver distintos espacios más que reconocibles de las zonas más transitadas. Uno de ellos son, sin duda, el Paseo del Muelle Uno y la Playa de la Malagueta, el acceso al mar por excelencia. En el capítulo 2 y 4 incluso podemos ver detalles de la playa o a Milena Smit corriendo por el Paseo Marítimo con pérgola. Una de las zonas más icónicas de toda la Costa del Sol.
Muy cerca de allí está otra localización de La chica de nieve que se puede reconocer fácilmente en el capítulo 4: el colorido Centre Pompidou, sede del museo parisino, más que distinguible por su zona exterior en forma de caja. En el lado opuesto del Puerto encontramos otro museo que no hay que perderse si se visita Málaga: el Centro de Arte Contemporáneo (CAC). Podemos ver sus inmediaciones, junto al Río Guadalmedina, en un encuentro entre Antonio Dechent y Aixa Villagrán en el episodio 3 o en el episodio 6 de la serie.
Más arriba del río, en el barrio de El Molinillo, podemos verla Parroquia la Virgen Milagrosa y San Dámaso, identificada en la serie como Parroquia de la Santa Paloma al final del primer capítulo. Sin salir del centro de la capital de la Costa del Sol, hay otro espacio fácil de reconocer para los malagueños: la Plaza de Capuchinos. Aquí es donde está ubicada la Dirección de Policía, donde se encuentran los personajes de Loreto Mauleón y Raúl Prieto en el capítulo 2.
Pero en La chica de nieve no encontramos solo la Málaga que aparece en todas las rutas turísticas. Según explica Alberto Félez, quisieron que en la serie hubiera “un equilibrio” entre esas localizaciones más famosas “con una Málaga menos conocida, de tradición marinera y mediterránea”.
La serie de Netflix sale del centro de la ciudad y pone el ojo en localizaciones de otros barrios. Uno de los que más veces aparece es el histórico barrio de El Palo, situado al este de la ciudad y que también da al mar en otra zona de playa muy recomendable. Podemos ver el ambiente urbano y popular del barrio mientras se despliega el misterio en un encuentro en un garaje del episodio 3 o en otra pista para la investigación, que lleva a Smit a un centro de reparación electrónica en el 4, muy cerca de la clásica calle Mar.
Para los responsables de la serie era importante que la Málaga de La chica de nieve “se sintiera auténtica, real, que no fuera tan solo un fondo”, dice Félez, que agradece también al Ayuntamiento y a la Málaga Film Office “el apoyo recibido” para poder encontrar las mejores localizaciones. “Fue extraordinario”, asegura el productor. Otro de los escenarios malagueños que está fuera del centro es el Parque Huelin, uno de los puntos verdes más potentes de la ciudad. Aquí se produce una entrevista interrumpida por Tristán Ulloa en el primer episodio de la serie.
La Málaga de los grandes espacios vuelve cuando vemos en la serie la Ciudad de la Justicia, un lugar al que acuden los protagonistas en busca de respuestas a las incógnitas de la investigación. Para encontrar el mayor edificio administrativo de Andalucía, hay que ir hasta el distrito de Teatinos.
El rodaje en la ciudad duró 6 semanas, de febrero a marzo de 2022, y es donde se rodaron la mayor parte de los exteriores de la serie. El resto de la producción se rodó en Madrid y Toledo -donde hay una localización importante en el último tramo de la producción-, principalmente para sus interiores.
A partir del 27 de enero, Netflix lanzará en distintas partes del mundo esta serie, en la que ni Milena Smit ni los espectadores podrán dejar de obsesionarse con la búsqueda de la pequeña Amaya y resolver todos los inquietantes sucesos que rodean su desaparición.
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