Actualizado: 06/09/2017
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La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa
A pesar de que pocas veces tenemos la oportunidad de colarnos en un palacio, esta es una de ellas. Reconvertido en la embajada italiana, fue construido durante la Primera Guerra Mundial. Te abrimos las puertas del Palacio de los marqueses de Amboage para que disfrutes tanto como el que fuera su dueño, el empresario gallego Ramón Plá y Monge.
Situado en pleno corazón del madrileño barrio de Salamanca, el palacio de los marqueses de Amboage ocupa una manzana entera y es sede de la embajada de Italia desde 1939. Con tres edificios en su interior y un jardín de 680 metros cuadrados es uno de los palacios más emblemáticos de la capital.
El edificio fue construido como casa particular por Ramón Plá y Monge, un empresario gallego que hizo una inmensa fortuna en Cuba y que recibió el título pontificio de marqués por el Papa León XIII. "Mientras en Europa tenía lugar la Primera Guerra Mundial, aquí se construía esta casa", nos cuenta Clelia Brigante, encargada de enseñarnos el palacio. La actual embajada de Italia todavía conserva las alfombras originales firmadas por la Real Fabrica de Tapices y una gran vidriera original protegida por una malla metálica para evitar accidentes de los pájaros.
Entre los numerosos salones se encuentra la sala de la música o la de los relojes, donde se encuentra el billar con accesorios originales de juego. Aunque quizás lo que más se utilice en la actualidad sea el jardín de invierno, en el que se realizan numerosos eventos, cócteles o presentaciones.