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Las cristalinas aguas de la isla.

Un día en el Parque Natural Islote de Lobos (Fuerteventura)

La isla de la púrpura donde hubo lobos, piratas y poetas solitarios

Actualizado: 24/02/2025

Fotografía: Miguel Cuesta

En el estrecho que separa Lanzarote de Fuerteventura, el de la Bocaina, emerge una isla que tiene fama de ser la más salvaje y pequeña de Canarias, con apenas 5 km2. Más allá de una curiosa botánica, sus únicas poblaciones estables han sido de lobos marinos y fareros-literatos, aunque siempre ha habido pescadores de paso y, en su día, piratas reparando sus embarcaciones, además de romanos extrayendo un tinte color púrpura que se vendía a precio de oro en el Imperio.
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Dicen los majoreros que, en la Península, tenemos “ceguera botánica”. Se refieren a nuestra incapacidad para poner el foco en la flora, en lugar de en la aridez de Fuerteventura. La cura quizá se puede encontrar en el Islote de Lobos: basta un par de horas paseando por sus arenales y su malpaís para que los ojos se hagan sensibles a su vegetación heroica. Crece por casi todas partes, pero se hace particularmente llamativa en las hoyas y saladares que se inundan con la pleamar, donde aparecen especies halófilas tan curiosas como la uva de mar o la siempreviva.

EL islote está situado al noreste de la isla de Fuerteventura, en el estrecho de la Bocaina.
EL islote está situado al noreste de la isla de Fuerteventura, en el estrecho de la Bocaina.

En cualquier caso, en la isla no hay paisaje más pintoresco que el del Puertito, el único asentamiento insular donde hay quien pernocta puntualmente. Este puñado de chozos de pescadores se ubica frente a una zona rocosa en la que se forman piscinas naturales con aspecto caribeño; una especie de micro mar en calma, independientemente de lo fuerte que estén azotando las olas. Con la marea baja, apenas son unas charcas, pero con la pleamar rebosan, se funden con el océano y ofrecen un baño épico. Desde aquí podemos lanzarnos a recorrer el perímetro de la isla en un paseo de dos horas, que con un pequeño esfuerzo extra puede incluir subir a la Montaña de la Caldera.

Cómo llegar: cruzando El Río con el Celia Cruz

Al estrecho que separa Fuerteventura del Islote de Lobos lo llaman El Río. Mide apenas tres kilómetros de ancho y los barcos suelen tardar 20 minutos en cruzarlo. Tiene aguas poco profundas y corrientes moderadas. Tanto, que todos los meses de octubre se celebra la Travesía a Nado Isla de Lobos. Pero hoy el mar no está para experimentos, así que salimos con el primer barco de la mañana, el catamarán Celia Cruz de Ferry Isla Lobos, que capitanea Carmelo Santana, vecino de Corralejo de toda la vida y uno de los habitantes esporádicos del Islote de Lobos.

El catamarán Celia Cruz de Ferry Isla Lobos.
El catamarán Celia Cruz de Ferry Isla Lobos.

Santana lleva toda una vida haciendo este trayecto. Profesionalmente, desde 1997, aunque ya de niño se pasaba los tres meses del verano en la isla. De familia de pescadores, sus abuelos tenían uno de esos chozos de pieza volcánica en El Puertito, que debía ser un paraíso para sus primos y hermanos a juzgar por cómo le brillan los ojos al recordarlo. Todavía lo conservan y de vez en cuando se permite escaparse unos días para ir a pescar. Pero por ahora se tiene que conformar con ver a su querido islote desde el puente de mando, que tampoco está nada mal.

Carmelo Santana, capitán del barco.
Carmelo Santana, capitán del barco.

Lo que más le gusta de este trabajo es cuando se le aparece algún cetáceo. Ha visto delfines, rorcuales, tortugas… e incluso una vez llegó a ver un tiburón ballena cuando hacía un trayecto hacia Playa Blanca, en Fuerteventura. También le encanta cuando, en marzo, echan a volar por primera vez los polluelos de las pardelas que anidan en el islote. Dice que ha oído que por Canarias pasa el 80% de especies marinas del planeta. Y entonces parece recordar otra cosa que le gusta de capitanear el barco: “También conozco a un montón de gente de todas partes del mundo”.

Varios senderos permiten hacer excursiones al emblemático faro de Lobos.
Varios senderos permiten hacer excursiones al emblemático faro de Lobos.

El Celia Cruz es una torre de babel que sale a diario desde el puerto de Corralejo hasta el muelle del Islote de Lobos. Su fondo de cristal no dice mucho durante el trayecto, pero sí cuando este catamarán realiza un mini crucero por la costa del islote, con parada incluida para hacer esnórquel. Por cierto, que su nombre no tiene nada que ver con la cantante cubana, sino con una historia más entrañable: Celia es la tía de Carmelo y Cruz su madre, o sea, las mujeres de quienes fundaron la empresa. Con ayuda de otra embarcación, llegan a hacer 14 trayectos diarios.

Los orígenes del Islote de Lobos

En 2018 las Islas Canarias dejaron de ser siete. La Graciosa, que hasta entonces se había considerado un islote, pasó a ser oficialmente la octava isla habitada del archipiélago, todo gracias a una iniciativa que un vecino lanzó por change.org. En el Islote de Lobos hay gente que pernocta puntualmente en los chozos de El Puertito, pero no parece probable que vaya a convertirse en la novena Canaria. Sí tienen en común que forman parte de la misma plataforma volcánica que Lanzarote y Fuerteventura, cuatro islas entre las que el mar ronda apenas unos 15 metros de profundidad, y que estuvieron cerca de fundirse en una sola súper isla.

Las piscinas naturales con aires caribeños de El Puertito.
Las piscinas naturales con aires caribeños de El Puertito.

La dorsal de Lanzarote y Fuerteventura es la más antigua de las Canarias. Se empezó a formar hace por lo menos 20 millones de años, primero por la parte central de Fuerteventura. Mucho tiempo después, hace unos 50 mil años, una serie de erupciones volcánicas en cadena que hicieron que esta isla creciera unos 100 km2 hacia el norte. La llamada cadena de volcanes del Bayuyo tuvo una erupción aislada en su extremo norte, la de la Montaña de la Caldera o la Caldera de la Montaña, según quién lo diga, que fue la que conformó la Isla de Lobos.

Montaña de la Caldera (volcán)
El volcán Montaña de la Caldera.

El nombre del islote proviene de su antigua población de lobos marinos o focas monje, que lo habitaron hasta su extinción hace aproximadamente un siglo. Las bondades de su grasa y su piel estuvieron entre las causas de la desaparición de esta especie gravemente amenazada, la única foca de aguas templadas del mundo, de la que podrían quedar apenas 500 ejemplares en total. Se ha llegado a plantear su reintroducción en la isla, algo que no ha gustado a muchos pescadores; los 3 metros y 400 kilos que llegan a alcanzar algunos ejemplares podrían suponer una importante competencia en El Río.

El Puertito, único asentamiento de la isla donde hay chozos de pescadores.
El Puertito, único asentamiento de la isla donde hay chozos de pescadores

Hacia el Faro de Punta Martiño, cuna de poetas

Los barcos que llegan al islote atracan brevemente en un muelle que se encuentra en su extremo sur. Aquí nos recibe un modesto centro de visitantes desde el cual, apenas a 5 minutos a su derecha, se llega al Puertito, la famosa zona de chozos y piscinas naturales. Casi se podría dedicar el día a caracolear por su retorcida costa buscando un buen lugar para bañarse, aunque sería una lástima no acercarse, al menos, hasta Las Lagunitas (25 minutos). Este ecosistema costero, que depende de las inundaciones periódicas por la pleamar, es una parada clave para aves migratorias además del hogar de la siempreviva (limonium ovalifolium canariense) una planta endémica del islote.

Centro de visitantes en el muelle.
Centro de visitantes en el muelle.

Desde Las Lagunitas se podría seguir hacia el norte hasta llegar al Faro de Punta Martiño (otros 25 minutos aproximadamente) por un paisaje radicalmente distinto: un pequeño desierto de arena por cuyo telón de fondo, van asomando cumbres Lanzarote y el faro en cuestión. Diseñado por Juan de León y Castillo, entró en funcionamiento en el año 1865, lo que supuso que, por primera vez, hubo una población estable en la isla. Una población que, quizá inspirada por la soledad de la isla, tendería hacia la literatura. Se cree que Josefina Pla, la famosa poetisa hispano-paraguaya, nació en el mismo faro en 1903. Lo que es seguro es que José Rial Vázquez vivió aquí durante tres años que le inspiraron a escribir su Isla de Lobos, una obra que seguro que leyó a su nieto, el prolijo Alberto Vázquez-Figueroa Rial.

Las vistas desde el Puertito a Las Lagunitas.
Las vistas desde el Puertito a Las Lagunitas.

Desde el faro se puede regresar al muelle trazando un circuito por otro camino, uno que podría suponer el inicio de una aventura épica, ya que se trata de la primera etapa del Camino Natural de Fuerteventura. Esta discurre por el sendero que se construyó precisamente para que el farero pudiera ir del muelle hasta su puesto de trabajo, así que es la opción más sencilla para cruzar la isla. De hecho, quienes quieran llegar hasta el faro, seguramente agradecerán hacer el recorrido en sentido inverso: saliendo del muelle a mano izquierda y siguiendo las señales del Camino Natural. Así, la ruta termina en El Puertito, donde hay un restaurante que sirve pescado fresco del día (se recomienda reservar, mejor presencialmente, antes de comenzar la ruta).

El restaurante de El Puertito.
El restaurante de El Puertito.

Tomando esta dirección, al poco de abandonar el muelle, se alcanza una zona de baño que compite de tú a tú con El Puertito: la playa de la Concha. También tiene cierto aspecto caribeño, pero con la ventaja de que es un arenal protegido que permite acceder fácilmente al agua. Era el lugar favorito de los lobos marinos cuando estaban por aquí. A su lado, estropea el paisaje una lona que cubre una historia fascinante: una excavación arqueológica de una explotación de tinte púrpura que situaría el extremo meridional de los dominios de la Roma antigua en las islas Canarias.

Senderistas hacia el volcán.
Se aconseja pedir permiso para visitar el volcán.

Ya desde época fenicia, el color púrpura venía siendo un símbolo de riqueza y poderío. La manera de conseguirlo era machacando vivo a un molusco, la stramonita haemastoma, que era particularmente abundante en las costas e islotes del Atlántico. Los textos de la Antigüedad hablaban de un filón particularmente provechoso en las “islas Purpurarias”, que tradicionalmente se habían estimado en el islote marroquí de Mogador. Sin embargo, esta excavación del año 2012 hizo replantearse la teoría. Se espera que nuevas excavaciones, ahora ya en la isla de Fuerteventura, arrojen más luz sobre este asunto.

Salinas inacabadas de los años 50.
Salinas inacabadas de los años 50.

Siguiendo por el Camino Natural, poco más adelante se pasa junto a unas salinas abandonadas. Nada menos que 14.000 m2 de infraestructura que son, junto al faro, la única “aberración” humana de la isla. Construidas en la década de 1950, nunca se llegaron a concluir porque los avances en refrigeración pasaron por encima de la necesidad de salar el pescado. Sin embargo, se podrían definir como uno de los mejores y más avanzados exponentes de la concienzuda tradición canaria de la extracción de la sal, con una instalación llamativamente alejada de la costa que tendría que haberse valido de un pozo que aprovechaba las mareas para captar agua.

Montaña de la Caldera (volcán) y surfista.
Se aconseja pedir permiso para visitar el volcán.

Más o menos a medio camino entre el muelle y el faro, emerge la madre de toda la isla: el volcán de la Montaña de la Caldera, que alcanza casi 130 metros de altura para ofrecer una vista completa del islote (40 minutos desde el muelle). El cono se ha derrumbado por su lado noroccidental y el mar prácticamente ha entrado al cráter, por lo que cobra sentido ese concepto de que la isla es un edificio volcánico inundado. Las laderas del volcán son un lugar de anidación de la pardela cenicienta y la pardela chica, dos de las aves icónicas de la isla, en peligro de extinción, por lo que es probable que a futuro se restrinja la subida al volcán, al menos en ciertas fechas.

El catamarán Celia Cruz de Ferry Isla Lobos.
Hora de volver a casa.

Aviso. El Parque Natural Islote de Lobos tiene aprobado un plan de uso y gestión que está pendiente de entrar en vigor. Aunque todavía no se está exigiendo, es buena idea solicitar permiso para visitarlo. No se puede salir de los senderos marcados.

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