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Valderobres casco histórico

Pueblos bonitos de Teruel

Ríndete a Teruel en estos 11 pueblos con encanto

Actualizado: 05/09/2024

Recorremos alguno de los pueblos más bonitos de la provincia de Teruel en busca de pintorescos paisajes de montaña mediterránea y su clásica arquitectura mudéjar. Probamos delicias como su famoso jamón, el aceite del bajo Aragón o el melocotón de Calanda. Ríndete a Teruel en estos 11 destinos.

1. Albarracín

Albarracín es la ciudad de los miles. Está a 1100 metros de altura y tiene 1100 habitantes, para conocerla en profundidad, dicen los locales, habría que visitarla una y mil veces más. Este pueblo se ha ganado a pulso ser catalogado como uno de los más bonitos de toda España. Buena parte del mérito reside en la labor para preservar su patrimonio. El desarrollo urbano de la ciudad comenzó en el extremo sureste del meandro, junto a la Torre de Doña Blanca y la iglesia que da nombre a su fundación, y se fue extendiendo hacia el norte, ya como ciudad cristiana, ganando nuevos perímetros amurallados.

Vistas de Albarracín desde su castillo

Una panorámica que se queda grabada a fuego en la retina. Foto: Miguel Cuesta.

Esta pequeña localidad es uno de los conjuntos mejor restaurados del país. El enclave, marcado por el río Guadalaviar, alimenta mucha de la belleza que ha hecho famoso a este conjunto arquitectónico. Al caudal de agua se sumó en el medievo a la muralla como sistema defensor del pueblo.

La Plaza Mayor fue y sigue siendo el corazón de Albarracín. Aquí se puede ver en las fachadas de las casas la arquitectura cubista que hace que sus tejados se solapen unos a otros. En el XIX se abrieron las dobles galerías en las viviendas, como palcos que permiten disfrutar de los espectáculos de la calle, como las corridas de toros o las ferias veraniegas.

Una de las casas más famosas del pueblo es la que aparece enmarcada en el Portal de Molina

Una de las casas más famosas del pueblo es la que aparece enmarcada en el Portal de Molina. Foto: Hugo Palotto

En el recorrido por esta localidad hay que conocer el Portal de Molina, la casita de chocolate, el museo de Albarracín y la catedral, que son los símbolos más bonitos del pueblo y están cargados de historia. Albarracín probablemente alberga la colección más completa de arte musulmán del siglo XI hecho en España.

2. Mirambel

El pueblo de Mirambel ha sido el escenario de novelas de Pío Baroja y del rodaje de películas como En Brazos de la Mujer Madura o la premiada Tierra y Libertad. La localidad cuenta con poco más de 100 habitantes y se encuentra situada en la comarca del Maestrazgo, en el límite entre Teruel y Castellón. Pero que su tamaño no nos lleve a engaños: el patrimonio natural e histórico cultural del municipio es de primera división.

Ruta Maestrazgo Teruel Mirambel calle

Si uno busca tranquilidad, las calles de Mirambel son el escenario perfecto. Foto: Aránzazu Navarro.

Mirambel ha recibido galardones europeos por su restauración arquitectónica y está incluido en la lista de los Pueblos más Bonitos de España. La iglesia de Santa Margarita, el Huerto del Secretario y el mirador de las Cabrillas son paradas imprescindibles en un día recorriendo este bonito lugar. Se puede acabar el recorrido en la conocida 'Casa Masas', donde se rodó el duelo por la muerte de Coogan con Icíar Bollaín y Rosana Pastor.

Mirambel es un pueblo pequeño pero reúne un gran valor patrimonial.

Mirambel es un pueblo pequeño pero reúne un gran valor patrimonial. Foto: Eva Mañez

Si lo que se busca es hacer una pequeña excursión se recomienda ir a la aldea de Les Alberedes (Castellón), una aldea hoy deshabitada en el Valle del Río de La Cuba. El sector es también un magnífico punto desde el que emprender diferentes excursiones por senderos de gran recorrido (GR) marcados hacia Iglesuela del Cid, Portell, La Cuba o Casa de San Juan. El silencio y la paz del lugar lo convierten en un lugar lleno de magia.

3. Cantavieja

El pueblo de Cantavieja se erige majestuoso sobre un peñón calizo a 1.300 metros de altitud. Es la capital del Maestrazgo y la localidad más poblada de la comarca, con 700 vecinos. Lo que la hace fácil de visitar en una jornada. De Mirambel a Cantavieja apenas hay un cuarto de hora en coche.

Cantavieja

La torre de la iglesia de la Asunción en Cantavieja es de estilo barroco. Foto: Aránzazu Navarro.

Desde la parte de abajo del pueblo da la impresión de que algunas casas se van a precipitar al vacío. Su historia está jalonada por la huella que dejaron templarios, sanjuanistas y carlistas, y por los conflictos en los que se vieron envueltos.

Pasear por las calles de Cantavieja invita a regresar de nuevo a la Edad Media. Es lo que sugieren su trazado, sus miradores y su arquitectura. Pero lo que se respira, sobre todo, es que fue la capital del Carlismo y de las guerras protagonizadas por el general Ramón Cabrera, El Tigre del Maestrazgo. En el museo de Cantavieja se pueden apreciar piezas originales de este acontecimiento de la historia de España.

4. La Iglesuela del Cid

La Iglesuela del Cid es el último de la ruta cultural del Camino del Cid. No pertenece, como los anteriores, al club de los pueblos más bonitos de España, pero merecería estar en la lista. Paseando por sus calles es como más se disfruta. Expira historia y cultura por los poros de su rocoso patrimonio arquitectónico.

Ruta Maestrazgo Teruel La Iglesuela casas

Zona de huertas de La Iglesuela donde se observan las construcciones de piedra seca. Foto: Aránzazu Navarro.

Su iglesia parroquial de la Purificación es un ejemplo: está construida en el siglo XVII sobre un templo gótico anterior y la acompaña una torre en piedra de sillería. Impresiona su portada plateresca, coronada por un arco de medio punto entre columnas adosadas y una imagen de La Virgen del Cid. Hay otros edificios religiosos que merecen una parada, como las ermitas de San Pablo y Virgen del Loreto, ambas del siglo XVII, el convento de los Paules, un edificio en forma de ele, construido a principios del siglo XX en mampostería y sillería, ahora restaurado.

Ruta Maestrazgo Teruel La Iglesuela plaza

En la plaza Mayor se concentran los edificios más notables de La Iglesuela. Foto: Aránzazu Navarro

Otros puntos de interés son la iglesia de la Purificación y el ayuntamiento, con sus ventanas góticas y los tres arcos que dan acceso a la lonja. Y justo al lado, la Casa Blinque, en la que destacan el escudo de la fachada y la extraña columna que sostiene el alero. El ayuntamiento comparte su edificio con la torre del homenaje del antiguo castillo, que desapareció en el siglo XIV. Es conocida como la Torre de los Nublos y su datación es desconocida, pudiendo haber sido construida por templarios o por sanjuanistas. Visitar La Iglesuela del Cid es hacer un viaje al pasado.

5. Valderrobres

Entre el macizo en donde se encuentran Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana se encuentra el bonito pueblo de Valderrobres. La capital de la cuenca del Matarraña está rodeada de montañas y pinares, lo que lo hace un lugar idílico en donde pasar el día en familia. La ruta ideal comienza cuando desde lejos se divisa, en lo alto de una colina, el conjunto histórico (declarado Bien de Interés Cultural) que forman el castillo-palacio, la Casa Consistorial y la iglesia de Santa María la Mayor. Pero antes de llegar, el viajero tiene que cruzar el río Matarraña por un bonito puente medieval de piedra que desemboca directo en el portón de San Roque que da acceso a la zona amurallada.

Valderobres pueblo

La iglesia gótica de Santa María la Mayor es uno de los grandes atractivos de Valderrobres. Foto: Miguel Cuesta.

Al llegar al castillo, del siglo XII, se observan dos importantes detalles: una impresionante fachada y unas espectaculares vistas de la zona. Con la iglesia, de estilo gótico, forma un conjunto indisoluble. De ella destaca un hermoso y gigante rosetón. El otro punto de obligada visita de Valderrobres es su ayuntamiento de 1595, de estilo manierista, con lonja. Es tan bonito que fue elegido en el pueblo español de Barcelona -que recoge los mejores edificios de todo el país- para hacer de ayuntamiento.

El castillo de Valderrobles.

El castillo de Valderrobres. Foto: Sofía Moro

Un plan muy divertido para hacer en Valderrobres es darse un chapuzón en alguna de sus piscinas naturales. Se recomienda visitar La Pesquera, un área natural protegida de unos siete kilómetros de longitud donde se suceden sin descanso pequeños saltos de agua, pozas, remansos y playas fluviales o el río Algás en la zona de baño llamado Toll del Vidre, o sea, la Poza de Cristal, un remanso de agua con tonos turquesas que se forma tras una pequeña cascada. Salvo por la zona de la cascada, en general tiene muy poca profundidad, así que es ideal para ir con niños.

6. Alcañiz

El pueblo de Alcañiz se encuentra entre el Maestrazgo, el Bajo Aragón y la Comarca del Matarraña. A lo lejos, a un par de kilómetros antes de llegar, nos saluda imponente su Castillo de los Calatravos. La fortaleza tuvo un importante papel en la Reconquista de la villa en 1157. Tres siglos más tarde, en 1411 fue sede del Parlamento de la Concordia, creado para elegir al sucesor de la Corona de Aragón.

Una vista de Alcañiz, con el castillo (en la actualidad, Parador de Turismo) coronando la ciudad. Foto: Shutterstock.
Una vista de Alcañiz, con el castillo (en la actualidad, Parador de Turismo) coronando la ciudad. Foto: Shutterstock.

En el lugar hay que visitar la sede del Festival del Castillo, Pui Pinos, que cada verano reúne en su anfiteatro a conocidos actores y actrices del panorama nacional, desde allí se puede observar a vista de pájaro las casas de los habitantes del pueblo.

Nadie se puede ir de Alcañiz sin visitar la iglesia de Santa María La Mayor. Se trata de un edificio religioso del siglo XVIII situado en el extremo opuesto de la plaza. En la plaza se encuentran ubicadas dos construcciones del siglo XIX: el Teatro Municipal, que posee un cierto aire modernista en su decoración, y el antiguo Mercado de Abastos que vale la pena conocer.

7. Mora de Rubielos

Mora de Rubielos, en la sierra de Gúdar, está a 60 kilómetros de Teruel y la mejor forma de conocer el pueblo es perdiéndose entre sus calles. El kilómetro cero del recorrido es la Plaza Mayor. Aquí los días de mercado llenan la plaza de puestos de artesanía, flores y alimentación. Si no fuera por algunos coches se podría decir que este pueblo vive en la baja Edad Media.

Mora de Rubielos fue declarado conjunto histórico en 1978.

Mora de Rubielos fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1978. Foto: Ferrán Mallol.

Tan pronto como se cruza la Puerta de Rubielos o el Portal de la Villa, como también se conoce, aparecen ante sus visitantes los vestigios medievales del municipio, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1978. Durante el recorrido es imprescindible hacer dos paradas: en el Portal de Alcalá, el que mejor se conserva y ubicado en la calle Pedro Esteban y en la casa de los Fernández de Heredia, una de las ocho casas más importantes del reino de Aragón.

8. Rubielos de Mora

A Rubielos de Mora títulos y honores no le faltan. Además de ser uno de "los pueblos más bonitos de España", según esta asociación, el cariño con el que los rubielanos y la Administración han restaurado sus edificios les hizo merecedores en 1984 del premio Europa Nostra, un galardón concedido por la Unión Europea a las poblaciones mejor conservadas del continente

Panorámica de Rubielos de Mora. Foto: shutterstock
Panorámica de Rubielos de Mora. Foto: Shutterstock.

Con una estampa típicamente medieval y una calidad de vida envidiable, Rubielos ha logrado también entrar a formar parte, además, del listado de "ciudades lentas" que elabora el movimiento italiano CittaSlow. Y es que Rubielos es un pueblo para viajeros sin prisas.

Así que sugerimos dejar el coche y recorrer el pueblo por su entramado de callejuelas donde es fácil encontrar iglesias, pórticos, pequeñas plazas y numerosas casas solariegas y palacios que un día pertenecieron a nobles de la región. De hecho, muchas de las casas todavía conservan sus escudos de armas en piedra, balcones elaborados con forja y esos aleros de madera tan típicos de Aragón. Todo esto le otorgó a Rubielos de Mora el sobrenombre de "Corte de la Sierra".

9. La Fresneda

Visitar el pueblo de la Fresneda es un imprescindible y constituye una de la más gratas sorpresas de toda la comarca. La plaza Mayor de La Fresneda es uno de los conjuntos más bonitos de todo Aragón. De hecho, la villa fue declarada Conjunto histórico artístico en 1983. Solo se necesita una ruta por sus calles empinadas y empedradas para entender el porqué. La localidad está edificada en una colina de forma escalonada. Arriba, los restos de un antiguo castillo calatravo. Junto a él, la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, de origen medieval, pero reformada durante el siglo XVII.

Soportales de la plaza mayor de La Fresneda.

Soportales de la plaza mayor de La Fresneda. Foto: Sofía Moro.

Bajando por la colina, en un punto en el que ya se suaviza la pendiente, se abre la plaza Mayor, donde se conserva un antiguo portal, el Arco de Xifré; varios magníficos soportales, que se prolongan en la calle Mayor y el monumental edificio consistorial gótico-renacentista. Se trata de unos de los ayuntamientos más espectaculares de Aragón. Su visita es indispensable.

Comarca del Matarraña, febrero 2018

La localidad está edificada en una colina de forma escalonada. Foto: Sofía Moro

Desde su lonja se accede a la magnífica calle Mayor que, a su vez, conduce hasta una encrucijada de calles para ver el palacio de la Encomienda, del siglo XVI, que sirvió de residencia al comendador de la orden de Calatrava. Distribuidas por el entramado de calles, hay grandes casas solariegas como la del marqués de Tosos; el antiguo convento de Mínimos, hoy convertido en hotel, y la obra ya barroca de la iglesia del Pilar.

10. Calaceite

El bonito pueblo de Calaceite es un municipio turolense de Interés-Histórico Artístico ubicado a escasos kilómetros de la frontera con Cataluña y en ruta hacia tierras valencianas. Su casco antiguo de trazado medieval, en excepcional estado de conservación, es rico en casas señoriales y ermitas. Para recorrer sus calles se debe tomar, como punto de referencia, el edificio del Ayuntamiento, la antigua lonja, la iglesia principal o la plaza Mayor. Desde allí se pueden hacer diferentes rutas para dejarse seducir por el encanto de Calaceite.

Comarca del Matarraña, febrero 2018

Paseo por Calaceite, uno de los pueblos más asombrosos del Matarraña. Foto: Sofía Moro.

Caminando por el pueblo se pueden ver arcos porticados de diversas estructuras en los cruces de las calles empedradas. La Plaza Mayor es el corazón del pueblo y de ella parten sus tres principales vías. Si seguimos por la calle de la Iglesia llegaremos a Nuestra Señora de la Asunción, la iglesia principal de Calaceite, con una fachada barroca y de grandes columnas salomónicas ubicada entre calles estrechas. Si se tiene especial debilidad por las ermitas. Hay que visitar algunas como la de Santa Ana, San Roque, San Antonio de Padua o San Cristóbal.

11. Calanda

Calanda es famoso por su Semana Santa y ser la cuna de Luis Buñuel, pero es mucho más que eso. Este bonito pueblo de Teruel, además de impresionar con sus museos y El Centro Buñuel, recorrer sus calles es viajar en el tiempo. Para conocer Calanda se recomienda empezar por la Plaza de España. Sin duda, ese lugar es un triángulo monumental donde sobresalen los frescos del ayuntamiento y la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, rodeada de viviendas tradicionales. En las afueras, aunque en ruinas, aún es posible contemplar el convento del Desierto.

Calanda es famoso por su Semana Santa y ser la cuna de Luis Buñuel. Foto: Istockphoto
Calanda es famoso por su Semana Santa y ser la cuna de Luis Buñuel. Foto: Istockphoto

Por último, no se puede dejar atrás Calanda sin probar sus melocotones que cuentan con el distintivo de Denominación de Origen. Su tamaño, sabor y color los hacen únicos. Calanda resuena entre bombos y tambores como si fuera un largometraje que transmite el sabor más auténtico.

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