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Situado en la provincia de Barcelona, Mura es uno de los pueblos más bonitos de Cataluña y eso ya lo convierte en un destino de por sí muy interesante para visitar. Pero si lo haces en Navidad descubrirás la Fiesta del Tió. El tió es la tradición catalana del tronco de leña al que se le dibuja una cara sonriente que tienes que alimentar los días previos a Nochebuena. Llegado ese día, con una manta encima, los niños le cantan y le pegan con un palo para que “cague” regalos, chucherías, dulces o, si no se han portado muy bien, un poco de carbón.
Durante la Fiesta del Tió de Mura habrá tions repartidos por todo el pueblo y podrás fotografiarte con ellos. Si lo que quieres es hacer la ruta completa y encontrarlos todos -¡hay más de 60!-, entonces lo mejor es que visites la localidad los fines de semana, cuando puedes pasar por la caseta del Centro de Interpretación para buscar un mapa y participar en el reto de encontrarlos todos. Está pensado, sobre todo, para familias con niños pequeños.
También en fin de semana se organizan algunos talleres, que cuestan poco dinero, como, como uno en el que puedes hacer tu propio tió. Te encuentras las paradas navideñas en las calles y hasta puedes intentar hacer cagar el tió antes de tiempo para ver si “caga” algún regalo o dulce para llevártelo a tu casa. ¡Ah! Y podrás votar por el que más te ha gustado, ten en cuenta que los hay muy originales: de personajes de películas, músicos, moteros, diablos, con formas de animales…
Eso sí, si te animas a ir hasta Mura, te recomendamos que madrugues, ya que los aparcamientos que hay a la afueras de este pequeño pueblo se llenan enseguida, sobre todo los fines de semana. Hasta se cortan los accesos al pueblo para evitar aglomeraciones.
Si te ha gustado la tradición navideña catalana más destacada, hay otro pueblo de conocido por su Feria del Tió. Se trata de Arbucias, un pequeño municipio de interior situado en la provincia de Girona que suele celebrarla durante un fin de semana.
Organizan puestos de productos de artesanía y hechos a mano, artículos y decoración de Navidad. Pero si por algo destaca esta feria, que va por su novena edición y ya se ha convertido en un referente de la Navidad en Cataluña, es porque le da un especial protagonismo al tió y se realizan muchas actividades durante todo el fin de semana destinadas a pequeños y mayores.
Entre estas propuestas lúdicas destacan la animación Fem cagar el Tió gegant (Hacemos cagar al tió gigante), el maestro tionero L’oncle buscall, una exposición de tions artesanales y muchos otros talleres navideños para aprender y disfrutar con los tuyos.
El mejor lugar de Cataluña en el que puedes comprar un abeto de Navidad es en Espinelves. Es un bonito pueblo de montaña situado en la comarca de Osona -a unos 100 kilómetros de Barcelona- que tiene solo 18 km2 de superficie, por eso tiene tanto mérito que sus 200 habitantes organicen la Feria del Abeto -y lo hacen desde 1981-.
La feria inunda todo el pueblo de la magia navideña: hay unas 90 paradas donde no solo hay abetos, sino que también se pueden adquirir productos artesanales para regalar, alimentos como embutidos, quesos, turrones… y paradas de comida para consumir en el momento.
Unas diez paradas están dedicadas íntegramente a los abetos, cultivados en su mayoría en Espinelves -sobre todo el Avet joanis y la Picea excelsa). Esta feria es tan popular en Cataluña que muchas personas de la provincia y sus alrededores se desplazan hasta allí para disfrutar del ambiente navideño y las cifras lo demuestran: suelen venderse entre 3.500 y 4.000 ejemplares de árboles cada año.
La gran oferta de actividades lúdicas es el principal atractivo de la Navidad en Vic. Este municipio catalán, que no llega a los 50.000 habitantes, situado en la comarca de Osona, empieza a celebrar ferias a partir del puente de la Purísima. Pero no solo acoge la Feria de Artesanos de Navidad, sino que también coincide en el tiempo con el Mercado Medieval. La primera se ubica en la Plaça Major; la segunda, en el centro histórico.
Durante estas fechas las vueltas de la Plaça Major de Vic se llenarán de paradas, unas 30 aproximadamente, en las que se podrán comprar productos elaborados de manera artesanal como incienso y velas, ropa y complementos, pintura artística, joyería, piezas de vidrio y de madera, cuero, cerámica, etcétera.
También en Vic se celebra el Mercado Medieval, lleno de expositores que venden artículos de decoración, joyería, cremas, hierbas medicinales, complementos de ropa, embutidos, quesos, pastelería, conservas, chocolate y muchos otros productos. En este mercado también hay sitios para comer y tabernas, además de actividades infantiles, música, bailes, recreación de oficios y espectáculos en la calle.
Todo el mundo conoce los turrones ‘Vicens’, pero no son los únicos que puedes comprar en Navidad. De hecho, un pueblo con tradición turronera en Cataluña es Cardedeu. Esta localidad a 37 kilómetros de Barcelona produce este dulce navideño desde hace muchos años, razón por la que organiza cada año la Feria de la Navidad y del Turrón artesano. Además de los tradicionales, destaca el turrón de borrego, marca de identidad del municipio.
Pero no solo hay paradas en las que se vende turrón, también hay otras en las que se pueden comprar regalos, otros productos de alimentación, decoración navideña… y se celebran actividades de todo tipo pensadas tanto para adultos como para niños. ¿Te apetece un buen chocolate caliente? ¿O tal vez probar la escudella, uno de los platos típicos catalanes? El tió, juegos infantiles, el pasacalles, los bastoners, bailes de sardanas, son algunas de las muchas propuestas que se realizan ese día en Cardedeu.
Si entre tus hobbies está la cocina y vas a ser tú quien prepare la comida de Navidad, tal vez te interese desplazarte hasta Vilafranca del Penedés (Barcelona) y vivir de primera mano la Feria del Gallo, un mercado de volatería que se celebra desde la Edad Media. El fin de semana previo a la Navidad, el Parc de Sant Julià será el lugar en el que aquellos que quieran pueden comprar y degustar el reconocido gallo del Penedès, una variedad autóctona de ave de corral con mucho renombre por su vistosidad y su carne.
Otras ofertas gastronómicas que se incluyen en esta feria son una muestra de cocina de aves de corral con recetas tradicionales y más modernas, para todos los gustos y paladares, y concursos populares de tortilla, por ejemplo. Y todos estos platos están acompañados por variedades de vinos con Denominación de Origen Penedés, con los que se realizan catas. Las paradas de antigüedades y de productos artesanales son más actividades que se llevan a cabo a lo largo del fin de semana.
El pesebre es también una tradición de Navidad y si hay uno que destaca por encima del resto en Cataluña, es el Pesebre de las Estrellas, que se celebra alrededor de la masía de Castelló, a siete kilómetros de Vandellós. Este edificio pertenece a un municipio llamado Castelló, un pueblo de origen medieval que quedó deshabitado en los años 50.
Como está vacío, los encargados de organizar este espectáculo son el Ayuntamiento de Vandellós y el de L'Hospitalet de l’Infant. Durante algunos días de diciembre varias personas interpretan escenas de la Biblia y de antiguos oficios típicos de los pueblos de montaña. Gracias a estas escenas los visitantes pueden ver cómo era la vida rural de un pueblo de hace siglos y descubrir los principales oficios que se llevaban a cabo.
Quienes vayan, verán desde las clásicas imágenes del nacimiento de Jesús, sin que falte el tradicional caganer catalán, las castañeras, lavanderas, leñadores, barberos, costureros de sacos, tabernas con músicos… el pueblo revive por unos días en Navidad.
Caldes de Montbui es un pueblo del Vallés, a 30 kilómetros de Barcelona, conocido por tener las termas romanas mejor conservadas de España, pero, además, también por celebrar la Navidad a lo grande. ¿Y cómo lo hacen?
Son muchas las personas que no quieren perderse esta Feria de Navidad, en la que uno de sus principales alicientes es el reparto de caldo, que está cocinado con agua termal y leña en la olla gigante más grande de Cataluña, que mide un metro y medio de diámetro y tiene una capacidad para 1.600 litros. Las actividades infantiles son también un atractivo para los visitantes con niños, que pueden estar entretenidos con los talleres, hacer “cagar” el tió, cantar villancicos… Mientras sus padres pasean por las paradas de la feria, que ofrecen productos artesanales y de decoración navideña.
Comer escudella con galets y carn d’olla en Navidad es típico en Cataluña, por eso no podía faltar un pueblo catalán en el que se hiciera la feria de este plato clásico. Santa María de Palautordera, localidad situada en el Vallés Oriental, acoge esta tradicional feria, que este año se celebra en la Plaça de la Vila.
Su principal atractivo, sin duda, es el reparto de escudella, aunque no es el único. Durante dos días el pueblo se llena de vida y magia navideña gracias a un sinfín de propuestas lúdicas para pequeños y mayores. Por ejemplo, espectáculos de animación, hacer “cagar” el tió, la visita del cartero real Eliseu -para que los niños puedan enviar las cartas a los Reyes Magos-, pistas de kart con pedales, talleres y demostraciones, un pesebre viviente, música, poesía, cuentacuentos y, si quieres endulzar un poco la visita, no te pierdas las chocolatadas.
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