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Fue cuna de la familia Borja, cuyo linaje se plasma en los edificios del bellísimo casco antiguo de la localidad valenciana: el Real Monasterio de Santa Clara, la fuente de la Trinidad o la impresionante colegiata basílica de Santa María, conocida como La Seu.
¿Y sabías que a Xàtiva, capital de la comarca de La Costera, se le conoce como la ciudad de las mil fuentes? Está rodeada de naturaleza, ríos y nacimientos de agua de la propia montaña. Pero en esta ocasión recorremos las calles medievales de Xàtiva, uno de los pueblos más bonitos de la Comunitat Valenciana con Esther Polop, de Love Xàtiva Tours, para reencontrarnos con edificios y rincones que fueron relevantes en la historia de los Borgia.
Pero antes de comenzar la ruta, beberemos y rellenaremos nuestra botella en la Font dels 25 Xorros, construida con los materiales recuperados tras la demolición de las murallas que cerraban la ciudad. Junto a ella podemos ver a un antiguo artesano practicando el arte de hacer y reparar sillas de enea (cadires de boga). Esta agua, siempre fresca, también sirve para el lavadero del Jardín del Beso, para finalmente terminar en los campos de regadío, conducida por la acequia Murta.
Junto al Portal de Cocentaina, que fue una de las puertas de entrada a la ciudad, comenzamos nuestra ruta por la plaza de San Pedro. De carácter puramente comercial, aquí tenía lugar el antiguo mercado y, en la época de los Borgia, también se celebraba en esta plaza la Fira d’Agost.
Actualmente, esta emblemática feria se continúa celebrando en Xàtiva del 15 al 20 de agosto que, por privilegio real, se considera de las más antiguas de España, ya que data de 1250. Tradicionalmente era una feria de compraventa de ganado, enfoque que se conserva, y ahora también tienen lugar durante la misma eventos culturales, musicales o deportivos. Y algo que no podemos pasar por alto: el almuerzo tradicional de feria es la sardina salada con pimientos verdes y huevos fritos.
Situada en la plaza homónima, encontramos la iglesia de San Pedro, que se constituyó tras la llegada de Jaime I de Aragón, en 1244, y está considerada una de las más antiguas de Xàtiva. De nuevo entra en escena la familia que inspira nuestro recorrido cultural, ya que aquí fue bautizado en 1432 Rodrigo de Borja, el futuro papa Alejandro VI. Tras el incendio de Xàtiva -en 1707- se restauró el templo según la concepción barroca: se alargó la nave, se construyeron capillas laterales y se cambió la puerta de acceso, lo cual llevó a la pérdida y solapamiento de numerosos elementos góticos. En 1983 fue catalogada como Bien de Interés Cultural y, en el siglo XX, declarada Monumento Histórico-Artístico.
Desde 1988 hasta 1995 se restauró para tratar de rescatar el carácter gótico original del edificio, lo cual supuso la eliminación de multitud de añadidos del siglo XVIII, con lo que se pudo revelar el artesonado policromado original, con figuras y escudos heráldicos, y pinturas murales del siglo XVI de temática religiosa. Esta restauración permitió, además, descubrir 26 criptas en el subsuelo, las cuales son una muestra de toda la historia del templo.
Las calles de esta zona, que todavía conserva el trazado de la antigua ciudad árabe, son de una dirección, con aceras en las que apenas cabe una persona. De camino a la siguiente parada observamos cómo las calles que bajan hacia la Alameda se van estrechando.
En este palacete urbano, rodeado de calles empedradas y desnivel, nació (en 1432) y residió Rodrigo de Borja, el papa Alejandro VI, junto con su familia. De ahí que ahora la plaza en la que se encuentra lleve su nombre. De la casa original, actualmente propiedad privada, solo se conserva la fachada, con la puerta de amplio dovelaje y, en su interior, un arco escarzano de columnas jónicas, ya que a mediados del siglo XV fue reformada.
En la plaza donde antiguamente se ubicaba el Convento de los Trinitarios, la Plaça de la Trinitat, podemos contemplar esta fuente histórica y ornamental, considerada la más antigua de la Comunidad Valenciana y de las pocas de estilo gótico que quedan en España. Fue construida en 1403, cuando el futuro papa Calixto III tenía 25 años. Se restauró durante el siglo XVIII y, posteriormente, en la década de los 80 del siglo XX, pasó a formar parte del Conjunto Histórico Artístico de la ciudad. Rematada por una copa piramidal de ocho lados, vierte agua procedente del Manantial de Bellús.
En esta plaza se encuentran los juzgados, antiguo Palacio de Alarcón, donde se hospedó Isabel II: cuenta la leyenda que fue entonces la única vez que se desmontó la fuente para que pasara su carruaje. También aquí se encuentra el archivo municipal o el Convento de Santa Clara o de las Clarisas.
Este edificio de estilo gótico, mudéjar y barroco fue fundado en 1325 cuando, al morir Doña Saurina de Entenza, viuda del almirante Roger de Lauria, pidió en su testamento que se construyese en Xàtiva un convento para religiosas clarisas. ¿Su relación con la familia Borgia? Algunas mujeres de la saga ingresaron en el convento, como fue el caso de Beatriz de Borja, que fue abadesa.
Esta iglesia fue dedicada a la Virgen de la Asunción: por eso también es comúnmente llamada de esta manera. Sufrió reformas y ampliaciones durante los siglos XVI y XVIII y, durante la Guerra Civil Española, fue dinamitada y derribada. De la reedificación tras la guerra quedan el refectorio, el dormitorio y la iglesia. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2003.
Tras una cuesta pronunciada desde la Plaza de la Trinidad, encontramos este llamativo retablo cerámico del siglo XVIII, propio del rococó: representa en cerámica personajes ilustres de la ciudad y en él figuran las dos imágenes de los papas. Lo encontramos en la esquina del antiguo -y fotogénico- edificio de la Botica Central, del que aún se conserva el rótulo.
Justo a mano derecha del retablo llegaríamos a la Plaça del Mercat, una zona comercial que, tanto durante el día como por la noche, es el punto más importante de la ciudad: en sus terrazas se cena, se toma el aperitivo o copas con vistas al campanario iluminado de La Seu. También alberga la antigua Posada del Pescado del siglo XIX.
¿Sabías que la Colegiata de Xàtiva es más grande que la catedral de Valencia y que se necesitaron más de tres siglos para su construcción? Una expresión muy típica de los setabenses es: “Tardes més que en construir La Seu" para expresar que algo está tardando mucho. En el caso de la Colegiata, desde 1596, año en el que se inició la construcción, a la década de los años 20 del siglo pasado, cuando se dio por terminada su fachada principal. Y aún se considera que está inconclusa, ya que nunca se hizo la segunda torre. Por eso su singularidad es que combina diferentes estilos arquitectónicos. Aquí estuvo originalmente la mezquita, pero tras la conquista se cambió su culto al cristianismo.
En la puerta principal de La Seu, declarada Bien de Interés Cultural, podemos contemplar las estatuas en bronce de los dos papas: Calixto III y Alejandro VI. Aquí fue bautizado Alfonso de Borja (Calixto III) y también fueron enterrados varios miembros de la familia.
En su Museo Colegial se pueden admirar obras de arte pertenecientes a los Borja, como un cáliz de plata dorada grabado con el nombre de Calixto III; una cruz relicario de orfebrería gótica en oro que fue regalada a la Colegiata por el propio papa llamada Lignum Crucis; la Custodia Mayor del papa Alejandro VI; o el retablo de Santa Ana, conocido como de Calixto III porque aparece el propio papa cuando era el cardenal Alfonso de Borja, que fue quien lo encargó para la capilla familiar en la Colegiata y que es una obra clave de la pintura gótica valenciana, puesto que muestra la transición del gótico al renacimiento y que se encuentra en la capilla del mismo nombre.
Una curiosidad: la campana mayor de la Colegiata, fabricada en Adzaneta de Albaida en 1923, se llama María y actualmente es la más grande de toda la Comunidad Valenciana y la tercera en diámetro, después de las fijas del Miguelete. ¡Pesa 2.053 kilos!
Fundado como hospital real por Jaume I en 1244, el hospital Reial, que se encuentra frente a la Colegiata, es uno de los monumentos imprescindibles de Xàtiva, ya que en él se plasma la última arquitectura gótica con los primeros ensayos renacentistas. Actualmente es un ambulatorio, pero durante más de cinco siglos fue hospital, el cual quedó muy afectado por el incendio de 1707. Y una curiosidad: ¿sabías que es por eso que los habitantes de Xàtiva son llamados socarrats?
Pero volvamos al antiguo hospital: fue reconstruido a principios del siglo XVIII y sus salas se decoraron con arrimaderos de azulejos de la Real Fábrica de Valencia. En 2006 se restauró la capilla, lo que hizo visibles detalles de policromía en las figuras de su fachada, en la que podemos contemplar una serie de ángeles músicos que se superponen a la última arquivolta y acompañan a la imagen de la Virgen con el Niño.
El Palau -es así como los setabenses conocen este edificio-, que se construyó como edificio de carácter administrativo, era la sede del arcediano de Xàtiva. Lo que queda en pie es del siglo XIV y su conexión con la mediática familia que guía nuestra ruta la encontramos en su fachada, ya que contiene los tres blasones de los Borja: el del papa Calixto III, en el centro y en los laterales; el de Rodrigo de Borja, y el tercero, posiblemente, fuera el de César de Borja.
No hay ruta que se precie por Xàtiva sin una visita a su imponente castillo, una de las joyas que corona el pueblo valenciano desde su posición estratégica. Muchos son los que peregrinan a Xàtiva, además, para ver el cuadro de Felipe V boca abajo… pero eso es otra historia. Se trata de una doble fortaleza situada en la Sierra de Vernissa y dividida en el Castell Menor y el Castell Major: el primero se asienta sobre restos íberos y romanos, aunque la mayor parte de las murallas y torres conservadas son de origen islámico o gótico.
En este castillo queda patente cómo las sucesivas culturas que han poblado estas tierras lo fueron ampliando y fortificando. Ya tuvo protagonismo durante las campañas de Aníbal y en el período de Al-Andalus. En tiempos del Reino de Valencia, en las guerras contra Castilla, en las de Germanías y en la de Sucesión fue presidio de ilustres condenados, ya que fue utilizado como prisión de Estado de la antigua Corona de Aragón.
Precisamente en este capítulo es donde hace su aparición la familia Borgia, ya que en el siglo XVI fue encarcelado y ejecutado en el castillo Diego de Borja, hermano de San Francisco de Borja, acusado de un asesinato enmarcado en las rivalidades entre bandos nobiliarios propias de la época.
Para llegar al castillo hay que recorrer La pujada al Castell, siempre muy transitada por locales con ganas de hacer deporte y disfrutar de la naturaleza o de turistas. Subiendo hacia el castillo, llegaríamos al Mirador del Bellveret, desde donde podremos divisar toda la ciudad de Xàtiva y la comarca, y es ideal para hacer una parada en la Ermita de San Josep, que según la leyenda es por donde Jaume I entró a la ciudad en 1244.
Siguiendo hacia el castillo, dejamos a mano izquierda el Mont Sant, antiguo monasterio hoy en día reconvertido en hotel. En la penúltima curva está la Cova dels Lleons y justo antes de llegar a las puertas del castillo, a mano izquierda, se puede ver la tierra que caracteriza a esta zona, llamada terreta y que antiguamente se usaba para fregar los platos. Y hasta aquí nuestro recorrido inspirado en los Borgia por Xàtiva. Si tú también quieres seguir sus pasos, puedes hacerlo con las rutas guiadas de Love Xàtiva Tours.
A poco más de 20 kilómetros de Xàtiva se encuentra Albaida, en cuya Plaza Mayor se alza el Palacio dels Milà i Aragó: sus torres defensivas dominan el espacio y nos hablan de ocho siglos de historia… también relacionada con los Borgia.
Este palacio fue construido durante el siglo XV sobre murallas del XIII por el cardenal Lluis Joan del Milá Borja y Centelles, que era sobrino de Calixto III. El Castillo-Palacio dels Milà i Aragó ha estado habitado hasta 1992, cuando pasa a ser municipal y actualmente alberga la Oficina de Turismo, el Museo Internacional de Títeres d’Albaida (MITA) o la Exposición Permanente de Belenes y Dioramas. Ambos son visitas obligadas en Albaida.
La sala más antigua y de la que parte la estructura del resto del palacio es una estancia gótica de estilo mediterráneo con arcos apuntados, ya que los de medio punto son un refuerzo que se realizó en siglos posteriores.
Tras sus muros de piedra tosca se esconden tesoros artísticos como sus escudos de armas o pinturas barrocas realizadas por el pintor Bertomeu Albert en el siglo XVII, que plasman sorprendentes seres fantásticos y que llenan de color sus estancias, como las del Salón del Trono o de la Música.
En el Castillo-Palacio dels Milà i Aragó organizan visitas guiadas los últimos domingos del mes a las 12:30 horas con inscripción previa, aunque también se puede visitar cualquier otro día con reserva.
Tras conducir 15 kilómetros desde Albaida llegamos al pequeño pueblo de Castelló de Rugat, también en la comarca de Vall d’Albaida. Allí encontramos uno de los puntos de interés de nuestro itinerario turístico-cultural: el Palau Ducal.
Ubicado en la parte alta del pueblo, aquí se conservan algunos restos de un palacio que utilizaron como residencia estival y de esparcimiento -como la caza de conejos y perdices- los duques de Gandía. De su edificación original -siglos XIV y XV, por parte de la familia Bellvís- quedan solamente algunas evidencias arqueológicas y el que sería el recinto amurallado.
Fue en 1449 cuando pasó a pertenecer a la familia Borja, concretamente a Juan de Borja, hijo del papa Alejandro VI, pasando pues al Ducado de Gandía hasta 1669, que fue reformándolo para darle un carácter más residencial. Los restos del palacio y parte de la fachada han sido recientemente restaurados junto a la parte del patio donde se encuentran los depósitos, los calabozos y las antiguas caballerizas.
En Canals nació Alfonso de Borja, el papa Calixto III, por lo que dos lugares imperdibles son la casa natal y su torre, único resto visible del antiguo palacio familiar de los Borgia. Su nacimiento, además, cuentan que viene marcado en una profecía: estando la madre del papa embarazada, estaban pasando unos días en Canals y San Vicente Ferrer vino a hacer un sermón a la torre y profetizó que ese hijo que llevaba en el vientre sería papa y le canonizaría a él, a San Vicente Ferrer. Y así sucedió en 1455.
Era una antigua casa de campo fortificada y amurallada con una torre de vigilancia de planta cuadrada que fue realizada con mampostería y ladrillo. Consta de varias alturas y sótanos, con terraza almenada. Para los Borgia era un espacio administrativo y de control. La torre fue rehabilitada en 1995, para lo cual se demolieron las casas adosadas y se recuperó su altura original.
Desde lo alto de la torre, que se puede visitar llamando previamente al Ayuntamiento de Canals, se contemplan los campos de regadío y el asentamiento de todas las canalizaciones que a través de las acequias que salen del río en diferentes partidores. En Canals todavía se conservan varios lavaderos tanto públicos como privados.
También se conoce como Iglesia de la Torre: construida en estilo gótico primitivo, probablemente en el siglo XIII, se encuentra ubicada enfrente de la Torre de los Borja. La obra más valiosa que se conserva aquí es un retablo de los siglos XV y XVI sobre el Juicio Final atribuido al desconocido “maestro de Borbotó” y cuyo mecenas fue Rodrigo de Borja-Llansol y de Montcada. Además, en el Oratorio podemos encontrar un escudo de armas de los Borja que formaba parte del conjunto palaciego de la familia, pero que se perdió tras la intervención de 1878. Por otro lado, durante la Guerra Civil española se perdió el retablo mayor original. Se cree que en una de las tablas de este se representaba la Santa Cruz y que fue regalo del papa Calixto III.
Desde su construcción, el oratorio ha sido reformado en diversas ocasiones. En los años 80 se realizaron labores de rehabilitación principalmente en el tejado y también se han realizado catas, en las cuales se han descubierto policromías. El Oratorio es visitable, pero con reserva previa, ya que una vecina, Natalia, es el ama de llaves, aunque también se puede entrar en horario de misa.
Y hasta aquí nuestra segunda etapa, en la que hemos recorrido Xàtiva, Albaida, Castelló de Rugat y Canals para descubrir esos lugares que los Borgia vivieron en primera persona y que nosotros, ahora, podemos admirar para reencontrarnos con su historia. Continuará…