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Mucha gente recorre a diario la que es una de las arterias de Madrid, probablemente deprisa y con la mirada distraída. Pero hoy toca descubrir algunas de las joyas históricas y arquitectónicas que se encuentran en este paseo que luce su mejor aspecto entre árboles de color ocre, dorado y terroso, y suelos repletos de hojas y ya sin casi restos de la nevada de principios de enero. Tú eliges si quieres realizar esta ruta urbana andando, en bici o en bus (la cabecera del 27 se encuentra en la dársena 41 del intercambiador en superficie de la Plaza de Castilla).
Arrancamos en las Cuatro –ahora Cinco– Torres Business Area, la zona que alberga los cuatro rascacielos más altos de España. La quinta torre, la Caleido, es la más bajita de todas, albergará el primer campus universitario vertical y tiene forma de T invertida, ya que está constituida sobre un enorme zócalo de 8 plantas.
Dejamos a nuestras espaldas este skyline tan característico y nos dirigimos hacia Plaza de Castilla, donde da la bienvenida otra estructura simbólica de Madrid: las Torres KIO o Puerta de Europa. Construidas por John Burgee y Philip Johnson en 1989, son los primeros rascacielos que se construyeron con una inclinación de 15 grados.
Este conjunto arquitectónico se completó con un nuevo elemento hace más de 10 años, regalo de Caja Madrid –ahora Bankia– a la ciudad: un enorme obelisco dorado realizado por Santiago Calatrava, que se alza en el medio. Quizás no todos sepan que en un primer momento se proyectó para que tuviera movimiento, pero nunca lo llegó a tener. Unos metros más adelante, se puede contemplar el Monumento a Calvo Sotelo y a la izquierda, el depósito de agua del Canal Isabel II, una imponente estructura de hormigón construida en 1939.
Seguimos nuestro paseo rumbo al Estadio Santiago Bernabéu, actualmente en obras, y hacemos un alto justo enfrente, al otro lado de la calle, donde se ubica el Palacio de Congresos, en cuya entrada principal luce el mural de azulejería de colores muy vivos de Joan Miró, que se remonta a 1980. El artista catalán regaló el boceto del proyecto al Museo de Arte Contemporáneo, donde está custodiado actualmente. Además, desde 2017, en la entrada principal del palacio se ha instalado una estatua en homenaje a Mahatma Gandhi.
Pocos metros más adelante, nos topamos con otra de las caras más urbanas y modernas de esta ruta, el complejo Azca, cuyos edificios más emblemáticos son la Torre Picasso, la Torre Europa o Castellana 81 (anteriormente Torre BBVA). Finalizada en los años 90, esta área está inspirada en el Rockefeller Center de Nueva York.
En nuestra siguiente parada, la sede del Ministerio de Trabajo y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, hacemos un salto histórico-arquitectónico de alrededor de 60 años, ya que el estilo de este edificio se enmarca dentro de un proyecto funcionalista y racionalista llamado "estilo internacional". Tras su gran arquería –debajo de la cual suelen juntarse algunos skaters de la zona– se puede acceder a un amplio espacio abierto ocupado por un jardín visitable en el que se encuentran además, diferentes objetos históricos relacionados con el mundo del transporte.
Del equilibrio y orden del funcionalismo nos adentramos en la sensualidad rotunda de las formas curvas de La Mano de Fernando Botero, una escultura de 500 kilos de bronce emplazada delante de la fuente de la plaza San Juan de la Cruz. Si miras a la derecha y hacia arriba, se divisa la sede del Museo de Ciencias Naturales y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales. Su edificio destaca por la majestuosidad de su cúpula, una de las más grandes de Madrid, así como por ser pionero en el uso del hierro en 1881, año de su construcción.
¿Sabías que en el Paseo de la Castellana se esconde también una colección de escultura abstracta española? Para visitarla tan solo habrá que alcanzar el paso elevado que une las calles de Juan Bravo y Eduardo Dato, ya que se trata de un museo al aire libre. Joan Miró, Alberto Sánchez o Julio González son solo algunos de los artistas que firman las obras expuestas, si bien La sirena varada de Eduardo Chillida es la que acapara todo el protagonismo.
Al lado de este peculiar museo, puedes contemplar otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, el de ABC Serrano, datado del siglo XIX y con estilo neoplateresco. Fue durante 100 años la sede del periódico ABC y en 1995 fue reconvertido en centro comercial.
En la intersección entre el Paseo de la Castellana y el de Recoletos, nos volvemos a encontrar con otra obra del escultor colombiano Fernando Botero: la Mujer con espejo. Su aire coqueto y presumido contrasta con la expresión de relajación de otra escultura femenina que se sitúa al otro lado del paseo: la Julia de Jame Plensa (Premio Velázquez de la Artes en 2013). Esa enorme cara de polvo de mármol y poliéster, con los ojos cerrados, parece invitarnos a parar un momento en medio del mundanal ruido.
La figura se ha colocado en el lugar que ocupaba el Monumento a Cristóbal Colón, trasladada hace casi una década a una isleta en medio de la Castellana. Obra de Jerónimo Suñol, está tallada en mármol de Carrara; en ella, el almirante aparece vestido con sayo y manto y sujeta con una de sus manos una bandera de Castilla, que se apoya sobre un globo terráqueo, mientras que su otra mano aparece abierta y tendida hacia adelante. La base, de inspiración gótica, cuenta con relieves en sus cuatro frentes, que representan escenas relacionadas con el descubrimiento de América.
Otro monumento conmemorativo dedicado a este hecho histórico se encuentra en los contiguos Jardines del Descubrimiento. Obra de Joaquín Vaquero Turcios, está compuesto por tres grandes volúmenes de hormigón con relieves relacionados con el descubrimiento.
Siempre en la Plaza de Colón se alzan las Torres de Colón, actualmente en obras. El proyecto de reforma (finalizará en 2022), el tercero de la historia de las Torres, prevé la implementación de cuatro nuevas plantas a cero emisiones de CO2, ocupadas por oficinas, en lugar de su característico enchufe. Además, a pie de calle habrá más espacio para el peatón, sin barreras entre Castellana y Génova.
Terminamos nuestro paseo en el que ya técnicamente deja de ser el Paseo de la Castellana y se convierte en el Paseo de Recoletos, pero creemos que el Palacio de la Biblioteca Nacional bien merece una mención. La decoración de la fachada y del frontón, sin duda, llamarán tu atención, pero lo que quizá no es tan conocido es que las figuras del frontón representan el triunfo de las artes, las ciencias y las letras, laborando al amparo de la paz, y coronan simbólicamente con el emblema de la sabiduría a todo aquel que entra en el edificio de la biblioteca. Así que, ya sabes, ¡a leer se ha dicho!
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