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Los aficionados a la fotografía ornitológica se citan en el Salto de Roldán.

Salto del Roldán en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara (Huesca)

Obligatorio llevar botas para trepar y prismáticos para ver volar

Actualizado: 14/03/2025

Fotografía: Mónica Grimal

Las dos peñas que forman el Salto del Roldán se comportan como monumental puerta natural a la Sierra y Cañones de Guara, uno de los espacios protegidos más espectaculares de la provincia de Huesca. Un rincón prepirenaico que invita a vivir una pequeña aventura que tiene de todo, hasta un toque de leyenda.
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Para subir a disfrutar de las vistas del Salto de Roldán no hace falta madrugar. Al contrario. En primer lugar porque la distancia a salvar desde que se aparca el coche hasta la parte más alta del paisaje apenas supone media hora de entretenido camino. Pero sobre todo no es recomendable subir a primerísima hora, porque uno de los grandes atractivos de la excursión ocurre bien avanzada la mañana.

Impresiona ver tan cerca los buitres desplegando sus alas con 2,5 metros de envergadura.
Impresiona ver tan cerca los buitres desplegando sus alas con 2,5 metros de envergadura.

Ese encanto no es otro que contemplar el vuelo de numerosos buitres leonados a escasa distancia, incluso por debajo de nuestra vista. De modo que los buitres y otras aves que merodean entre los peñascos del Salto de Roldán se convierten en una maravillosa excusa para que los menos madrugadores también se calcen las botas y salgan un mañana de domingo a disfrutar de una excursión campestre.

Entrada al parque natural de la Sierra y Cañones de Guara

El paraje se halla al norte de Huesca capital, a sólo media hora de camino yendo por la autovía y tomando el desvío en la localidad de Nueno. Una vez atravesada esa población basta con dejarse llevar por las señales y estar muy atentos a las curvas de la carretera. Sobre todo desde el cartel que avisa del acceso al parque natural de la Sierra y Cañones de Guara. A partir de ahí el asfalto está bastante bacheado y la escasa anchura de la vía presagia que se llega a un enclave recóndito y especial.

Las panorámica hacia el sur de Huesca y parte de Zaragoza es imponente.
Las panorámica hacia el sur de Huesca y parte de Zaragoza es imponente.

El momento de apagar el motor llega al alcanzar una pequeña explanada habilitada como aparcamiento. Ahora sí empieza el paseo. O más bien los dos paseos. Sí, porque antes de ascender a lo más alto del Salto tal vez sea buena idea acercarse al mirador desde donde se sienten las esencias de la Sierra de Guara, es decir, el Prepirineo oscense en su estado más atractivo y salvaje.

– El mirador sobre los bosques y roquedos de la Sierra de Guara.
– El mirador sobre los bosques y roquedos de la Sierra de Guara.

Para ello hay que seguir la pista de tierra por la que hemos llegado en coche y caminar un kilómetro. Tranquilamente, ya que en este tramo no circulan coches. Un paseíto de más o menos un cuarto de hora hasta llegar al mirador e integrarnos en el paisaje serrano. Al frente queda el Salto de Roldán pero al fondo se descubre el barranco del río Flumen y todo lo que queda ante los ojos se tiñe de ocres y tonos de verde, roquedos y bosques que son la definición perfecta de la Sierra y Cañones de Guara.

Una pequeña aventura

Tras esa toma de contacto, toca deshacer el camino. Hay que retornar a la zona de parking para comenzar la ascensión hasta la Peña de San Miguel, una de las dos que componen el Salto de Roldán. El itinerario empieza muy suave y entre la espesura de bojes y matorral. Pero no tiene pérdida gracias a las huellas de los muchos senderistas que suben cada año hasta aquí. Y por si alguien tuviera alguna duda, todavía lo ponen más fácil los peldaños labrados en el camino para hacer más fáciles las rampas.

– El camino no es apto para personas de movilidad reducida, con vértigo o niños pequeños.
– El camino no es apto para personas de movilidad reducida, con vértigo o niños pequeños.

No obstante, muy pronto se llega a la base de la gigantesca roca. Así que ya no basta con caminar, es imprescindible trepar. Pero que nadie se asuste porque no es necesario ser un experto escalador para salvar el desnivel. Está perfectamente equipado con una escalera y tramos de clavijas metálicas ancladas en la roca para que cualquiera con un mínimo de habilidad pueda subir. Si bien es bueno saber que para las personas con vértigo el recorrido puede ser un suplicio. Más aún en el descenso. Y si sois de los que os gusta salir al monte con vuestras mascotas, sabed que no es la mejor excursión para vosotros.

Las clavijas metálicas ancladas a la roca salvan los tramos verticales.
Las clavijas metálicas ancladas a la roca salvan los tramos verticales.

Para todos los demás, atreveros a realizar esta mini aventura. Una vez que superéis esos pasos verticales ya casi habéis llegado a lo más alto del Salto de Roldán. Eso sí, id con buen calzado de montaña para evitar resbalones, con crema solar y también con agua, porque arriba no hay sombra ni fuentes. Lo que si tendréis son unas vistas maravillosas, un trocito de historia y también un ambiente de leyenda.

A vista de pájaro

Al llegar a la planicie elevada de la Peña de San Miguel os parecerá mentira que en tan corto tiempo y salvando apenas 100 metros de desnivel tengáis una panorámica tan distinta. Ante vuestros ojos quedarán los campos de la Hoya de Huesca, la propia capital, e incluso si el día es claro que no os sorprenda ver a lo lejos otra cordillera. Ni más ni menos que el Sistema Ibérico, fácilmente identificable por el perfil triangular de su cumbre más alta: el Moncayo. Mientras que si os giráis al norte, se descubren algunas cimas del Pirineo.

En pocos lugares se ven volar a las grandes aves por debajo de uno mismo.
En pocos lugares se ven volar a las grandes aves por debajo de uno mismo.

Pero si eso se atisba en la lejanía, más cerca queda la otra mitad del Salto, la Peña de Amán. Ambas moles superan los 1.100 metros de altura. Entre ellas, además de emerger la Peña del Fraile, discurre el barranco Palomeras del Flumen. Un pequeño curso de agua en el abismo. Tan minúsculo que ahora suena una fantasía porque ese torrente esculpiera las rocas del paisaje durante milenios.

Los prismáticos permiten ver a los buitres con sus pollos en los nidos.
Los prismáticos permiten ver a los buitres con sus pollos en los nidos.

En realidad se trata de un tipo de roquedo muy habitual en el Prepirineo aragonés, porque son conglomerados similares a lo que se ven en los Riglos o en los Mallos de Agüero. Unas rocas relativamente blandas, con mil y una oquedades perfectas para que aniden las aves. Algunas tan pequeñas como el treparriscos pero otras de gran tamaño como el buitre leonado, presente aquí por decenas. ¡No os olvidéis los prismáticos para verlos al detalle!

Desde el alto de la Peña de San Miguel se divisan al norte las cumbres nevadas del Pirineo.
Desde el alto de la Peña de San Miguel se divisan al norte las cumbres nevadas del Pirineo.

Precisamente desde la Peña de San Miguel queda a la vista la soleada cara sur de la Peña de Amán y ahí se avistan muchos nidos de buitres. Agujeros en la roca donde esperan a que los rayos solares de media mañana calienten el ambiente. Sólo cuando el aire se templa, ellos se lanzan al vacío. Su peso es tal que deben ayudarse de las corrientes de aire caliente para planear y elevarse, ahorrándose el descomunal esfuerzo que les supondría batir de forma constante los 2,5 metros de envergadura que alcanzan sus alas.

Los buitres leonados son los amos y señores del Salto de Roldán.
Los buitres leonados son los amos y señores del Salto de Roldán.

Por ese motivo, el Salto de Roldán es un lugar idóneo para disfrutar de sus vuelos. Se les ve despegar por debajo de nuestros ojos y a partir de ahí remontan en altura volando en círculos, en ocasiones pasando muy cerca de las rocas y de nosotros mismos. Entonces se aprecia en toda su dimensión a estos carroñeros, que aquí comparten cielo y alimento con chovas, alimoches e incluso con el quebrantahuesos.

Historia y leyenda se dan la mano

Las panorámicas y contemplar el vuelo de las grandes aves proponen una mezcla de asombro y cavilación sobre la magia de la naturaleza, pero no acaban aquí las invitaciones a reflexionar. Con lo complicado que puede parecer el camino para llegar hasta aquí, ¿cómo es posible que a alguien se le ocurriera construir en semejante sitio? Pues sí, en la cima de la peña nos aguardan los restos de un castillo y una ermita.

– Los restos del castillo de Sen son visitables y hasta se puede subir a su parte alta.
– Los restos del castillo de Sen son visitables y hasta se puede subir a su parte alta.

Son el Castillo de Sen y la ermita de San Miguel. Ambos edificios románicos y ya en ruinas. Hubiera sido un milagro que se hubieran conservado intactos desde que ordenó su construcción el rey Sancho Ramírez, allá por el siglo XI. Y es que el monarca, tras conquistar estas tierras a los musulmanes se dio cuenta que no había mejor lugar para levantar una torre de vigilancia que este paraje elevado sobre la Hoya de Huesca.

La ermita de San Miguel guarda perfectamente su planta de estilo románico.
La ermita de San Miguel guarda perfectamente su planta de estilo románico.

Los restos arqueológicos y algún que otro documento atestiguan aquellos episodios históricos. Algo que no ocurre con los hechos que dan nombre al Salto. Se sabe que en tiempos de Carlomagno, tropas francesas llegaron a cruzar la cordillera pirenaica para hacer frente a los musulmanes que se habían asentado en Aragón. Con aquellos caballeros galos iba el joven Roldán, el cual quiso convertirse en un héroe tomando la ciudad de Zaragoza.

La vuelta de la excursión se realiza por el mismo camino del ascenso.
La vuelta de la excursión se realiza por el mismo camino del ascenso.

Pero su valor no fue suficiente y al ver que no tenía nada que hacer en la Sarakusta de la época, decidió huir y poner rumbo a su país. La leyenda cuenta que había enfadado tanto a sus enemigos, que estos salieron a perseguirlo sin descanso. Roldán tuvo que cabalgar como un poseso hasta Huesca y así alcanzó el alto de la Peña de Amán. Pero al girarse, comprobó que las huestes musulmanas no le habían perdido la pista y amenazaban con capturarlo en el roquedo.

– El Salto de Roldán, puerta que une la Hoya de Huesca con la Sierra de Guara.
– El Salto de Roldán, puerta que une la Hoya de Huesca con la Sierra de Guara.

Aunque el jinete no estaba dispuesto a rendirse. Antes morir que entregarse. Así que en lo alto de la peña, tomó toda la carrerilla que pudo, agarró con fuerza las riendas, espoleó a su cabalgadura y ambos se lanzaron a un salto imposible hasta la peña de San Miguel. Desde entonces el lugar lleva su nombre. Incluso hay quien dice que se ven las huellas del caballo en el preciso punto donde aterrizó tras la proeza. Nosotros las buscamos, pero no las supimos encontrar. Así que comenzamos a bajar recordando más el vuelo de los buitres que el fantástico brinco de Roldán.

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