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Cenas de verano en 'Bodega Recaredo' (Barcelona): 'Recuperem la il·lusió'

Reencuentros bajo las estrellas sobre una cava centenaria

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Actualizado: 06/07/2020

Fotografía: Sofía Moro

Este verano está siendo el de los reencuentros más anhelados y efusivos –aunque tengamos que mantener las distancias–, el de las terrazas más cotizadas, aquel en el que nos hemos dado cuenta de que una cena con amigos y familiares al aire libre, bajo las estrellas, es un chute de vida. Por eso, la bodega 'Recaredo' ha engalanado el amplio patio que tiene sobre su cava centenaria en el centro de Sant Sadurní d'Anoia para que una treintena de restaurantes de Barcelona le den la bienvenida a sus clientes y recuperen la ilusión. Levantemos nuestra copa de espumoso y brindemos por el futuro.

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Los abrazos se han sustituido por el choque de codos y las mascarillas no pueden ocultar las enormes sonrisa que se dibujan en cada rostro al reencontrarse con esos amigos a los que hacía tres meses que no se les veía más que por videoconferencia. Ha bajado ligeramente el intenso calor, que se ha hecho protagonista del final de junio, y en el patio de 400 metros cuadrados de la bodega 'Recaredo' ya se han vestido las mesas y prendido las bombillas de fiesta mayor.

Cena de verano en bodega Recaredo: montando las mesas
El patio de 400 metros cuadrados está situado sobre las cavas casi centenarias que construyó, a pico y pala, el fundador.

"Hace dos meses parecía imposible que pudiéramos estar una noche como esta aquí sentados, todos los amigos, disfrutando de una cena de lujo bajo las estrellas, y probando esta maravilla de vinos espumosos", reconoce Pere, que ha venido desde Barcelona con su cuadrilla, que no para de brindar. La idea le surgió al equipo de 'Recaredo' al arrancar las primeras fases de la desescalada, cuando se permitió la reapertura de los restaurantes pero solo las terrazas. "Un día estaba hablando con el propietario del bar 'Llesquería 1900', que está a cien metros de aquí, y se lamentaba porque ellos no tenían un área así para reactivarse tras casi tres meses parados. Así que les ofrecimos el patio interior de nuestra bodega", recuerda Ton Mata, director general y tercera generación, junto a sus dos primos, al frente de 'Recaredo'.

Cena de verano en bodega Recaredo: Ton Mata y Abel Sierra
Abel Sierra (i), fundador de 'Granja Elena', y Ton Mata (d), tercera generación al frente de 'Recaredo'.

Así se puso en marcha la iniciativa Recuperem la il·lusió (Recuperemos la ilusión), a la que se han sumado más de una treintena de restaurantes de la provincia de Barcelona –de Sant Sadurní d'Anoia, la comarca del Alto Penedés y también de la Ciudad Condal– que durante las noches de julio, agosto y parte de septiembre darán la bienvenida a sus clientes en este amplio espacio al aire libre en el centro de una localidad que presume de ser la cuna del cava.

Cena de verano en bodega Recaredo: menú y maridaje
Cada restaurante diseña y gestiona sus cenas, que se maridan con los vinos tranquilos 'Celler Credo' y los espumosos 'Recaredo'.

"Nosotros hacemos vinos gastronómicos, por lo que nuestros clientes principalmente son los restaurantes. Con ellos hemos sufrido estos meses y queremos ayudarnos mutuamente para salir de esta compleja situación que nos ha tocado vivir a todos", asegura Ton. 'Alkimia', 'Gresca', 'Ca l'Isidre', 'Topik', 'Cal Ton' o 'Granja Elena', entre otros, trasladan, de manera efímera, su comedor sobre una cava que está a punto de cumplir su primer siglo de historia.

Cenas excepcionales para 'Granja Elena'

El sábado por la mañana, la actividad en la pequeña cocina de 'Granja Elena' es frenética. Las tortillas de bacalao a medio cuajar y los bocadillos de pan de coca con roastbeef, mostaza y cebolla o de jamón, berenjena y queso brie no paran de salir a las mesas de una sala tampoco mucho más amplia. Hoy, a diferencia de entre semana, no se ofrecen esos menús que han convertido a este restaurante del barrio obrero de la Zona Franca de Barcelona en lugar de peregrinaje para una clientela de morro fino.

Cena de verano en bodega Recaredo: comedor de 'Granja Elena'
'Granja Elena' solo abre hasta después de las comidas, y sus pocas mesas están muy cotizadas en la Zona Franca.

"Como todos los restaurantes, de la noche a la mañana, nos vimos en la obligación de cerrar. Luego hicimos un poco de delivery, tuvimos que reducir cuatro mesas el comedor y seguimos gestionando la terraza", cuenta el chef Borja Sierra, que gestiona ahora junto a sus hermanos, Abel y Patricia, el local que abrieron en 1974 sus padres.

Cena de verano en bodega Recaredo: platos de 'Granja Elena'
La cocina tradicional es la seña de identidad de 'Granja Elena'.

"Tenemos muy buena relación con 'Recaredo', y cuando nos contaron la iniciativa nos pareció estupenda para arrancar la temporada. Son muchos los clientes que han querido venir hasta aquí para darnos la bienvenida y además lo hacemos con cenas, algo excepcional para nosotros, pues no abrimos por las noches".

Cena de verano en bodega Recaredo: equipo de sala
El personal de sala se siente cómodo teniendo mucho más espacio para moverse entre las mesas en estas cenas.

En la primera de las dos cenas que tiene adjudicadas 'Granja Elena', Borja apostó por clásicos de una carta con platos de mercado: cecina de cebo hidratada con grasa clarificada; picadillo de salmón, huevas de erizo y vinagreta de yema cruda; vieira asada con salsa de anís e hinojo; una merluza en salsa verde de almejas –"que aprendí a hacer en 'Zuberoa' de la mano del maestro Arbelaitz"–; y un rollo de cochinillo asado con puré de patata y celerí.

Cena de verano en bodega Recaredo: merluza en salsa verde
Borja Sierra es un obseso del producto, algo que aprendió en 'Zuberoa' del maestro Hilario Arbelaitz.

Brindis exclusivos con la Enoteca particular

Y para acompañarlos, los comensales pudieron disfrutar de algunas de las joyas de la casa 'Recaredo', que se ha distinguido por hacer Corpinatt (espumosos del corazón del Penedés) de terruño, "capaces de representar este paisaje": viñedos biodinámicos y ecológicos, uvas autóctonas del Mediterráneo, largas crianzas de Brute Nature y, como sello distintivo de la casa desde su fundación en 1924 por el abuelo Josep Mata Capellades, el degüelle manual de todas y cada una de las botellas.

Cena de verano en bodega Recaredo: sirviendo un espumoso de 'Recaredo'
Los espumosos de 'Recaredo' se distinguen por un viñedo ecológico, largas crianzas, uvas autóctonas y degüelle manual.

Entre los espumosos –que hasta enero de 2019 estaban bajo la DO Cava y desde entonces se comercializan bajo la marca Corpinnat junto a otras nueve bodegas– no faltó el clásico Reserva Particular, de 2008, "una añada menos productiva que 2007 pero más espectacular para mi gusto", según confiesa Lluba Kruhliak, guía enoturística de la bodega al presentarlo en mesa. Afrutado y elegante, con 129 meses de crianza, se trata de un coupage de macabeo (60 %) y xarel·lo (40 %). También el Serral del Vell 2013, que está actualmente en mercado, con 71 meses de crianza y que, como el resto de espumosos de 'Recaredo' tiene una burbuja muy sutil y delicada.

Aunque la cena arrancó con una novedad recién salida de cava, un vino tranquilo con el sello 'Celler Credo' que han bautizado como VI-D-RE, un xarel·lo 100 % de 2019. "El nombre es un juego de palabras, entre vidrio y vi d re(s) –vino de nada–, pues toda su vida ha estado en vidrio, sin tocar barricas, y criado en damajuanas", explica Lluba. Se trata de la última creación de Antoni Mata, hijo del fundador y padre de Ton, que a sus 78 años ha desarrollado este vino, sin sulfitos, ni filtración y del que se han elaborado apenas 470 botellas.

Cena de verano en bodega Recaredo: brindis
La felicidad era esto: un brindis con los amigos bajo las estrellas.

Pero para exclusivas, dos vinos tranquilos 'Celler Credo' que la familia Mata guarda como oro en paño en su Enoteca y que decidió compartir con los clientes de 'Granja Elena': un 100 % xarel·lo de 2002 que nunca ha salido a la venta, como tampoco lo ha hecho el Ull d'Llebre 2012, un tempranillo dulce que, además, jamás volverá a hacerse pues se arrancaron las cepas de esa variedad hace unos años y cuyas últimas seis botellas se remataron entre brindis y sonrisas ya sin mascarillas.

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