Receta de galletas ‘speculoos’
El espejo más dulce en el que mirarse
Dificultad
Fácil
Dificultad
Fácil
Estas pastitas son clásicas de la repostería navideña de la región de Bélgica, sobre todo, pero también de Holanda y del norte de Alemania. Deben su nombre a que no son muy gruesas; son como espejitos, que es lo que dice su nombre en latín. Es muy normal en Bélgica dar forma a la masa de estas pastas con una especie de moldes de madera o rodillos con bajorrelieve interior con figuras humanas, flores y otros objetos.
Esta es la razón por la que otra teoría afirma que el origen de su nombre está en que las pastitas son, al retirar los moldes de la masa, como la simetría en espejo de la figura humana u objeto del que se tratara. Da igual, pero yo me inclino por el origen latino del espejo, me gusta más. Son siempre delicadas y exquisitas, aromáticas con las especias y se pueden hacer sin relieves, pero sí conviene darles la forma alargada de una figura.
TIEMPO DE COCCIÓN: 15 MINUTOS
TIEMPO DE PREPARACIÓN: 10 MINUTOS + 40 MINUTOS DE REPOSO, ESTIRADO Y CORTE
Batir mantequilla con azúcar morena, yemas, nata, vainilla y limón. Cuando esté bien esponjoso el batido, añadir las almendras y avellanas molidas. Mezclar bien.
Mezclar harina con bicarbonato, sal y las especias molidas. Añadir al batido de mantequilla hasta hacer una masa blanda, pero que se pueda estirar. Si es necesario, añadir más harina. No todas las harinas absorben la misma cantidad de líquido y grasa. Además, la almendra y la avellana pueden estar muy secas o húmedas. Dejar reposar unos 30 minutos.
Encender el horno a 150-160º C. Espolvorear de harina el interior de los moldes de madera a utilizar, si se tienen. Rellenar con pequeñas pellas de masa hasta que queden bien cubiertas las figuras. Pasar el rodillo por encima. Dar la vuelta al molde, sin soltarlo, para dejarlo inclinado sobre la mesa. Dar un golpe seco en el extremo más cercano a la superficie, para que se desprendan las figuras. Pasar con cuidado a la bandeja del horno con silicona o papel de horno.
Si no se tienen moldes de este tipo, se pueden hacer las pastas como cualquier otra, no es tan importante. Estirar la masa con el rodillo a medio centímetro. Con una rueda cortapastas -una carretilla-, cortar la masa en forma de rectángulos de unos diez centímetros de largo y cuatro de ancho, y pasarlos a bandejas de horno.
Pintar las pastas con un poco de las claras de huevo que han sobrado, batida con una pizca de azúcar, y esparcir por encima unas almendras fileteadas.
Hornear hasta que estén doraditas. Esperar a que se templen un poco y adquieran consistencia antes de retirarlas a una rejilla para que terminen de reposar y enfriar.