Si se busca una receta de postre diferente y no se dispone de mucho tiempo, es el momento de apostar por dos sabores muy distintos y que a priori no se mezclarían para dar con la chispa perfecta. Por ejemplo, helado de fresa y wasabi. Y si se acompañan con tejas de Tolosa, muchísimo mejor.
Esta idea brillante la aprendí de Alberto Chicote, que siempre tiene algo original que enseñar, con su amabilidad habitual. Pienso que a los sabores inocentes, como el de la fresa, pero hay otros muchos más, les va genial un toque agresivo que realza su verdadera naturaleza, no tan cándida como propaga su fama.
Es importante elegir un helado de fresa de calidad.
Preparación de Helado de fresa con wasabi
Sacar el helado del congelador durante unos minutos.
Con una cuchara pequeña levantar muchas crestas en el helado.
Con el tubo de pasta de wasabi depositar pequeños puntos entre el helado, no demasiados, pero sí bien repartidos.
Cerrar de nuevo las crestas de modo que no se mezcle del todo el wasabi con el helado, que cuando se sirva aparezcan pequeños puntos picantes.
Volver a introducir en el congelador unos minutos, mientras se hace la sopa y el segundo plato, antes de pasar al frigorífico para que no esté muy duro en el momento de servir.