Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Los viajes de vacaciones en el automóvil con toda la familia, sobre todo cuando son largos, presentan algunas dificultades logísticas. A lo largo del trayecto llegan las horas en las que hay que comer o merendar. Lo cierto es que en cuanto uno se sube al coche y comienza el viaje, el hambre, o las ganas de comer más bien, hacen acto de presencia. Por ello, conviene llevar a mano algo de fruta pequeña lavada –cerezas, picotas, albaricoques, ciruelas, perucos de San Juan– y una bolsa o recipiente para los desperdicios, que también servirá para los que se produzcan a lo largo de todas las comidas del viaje. Algunos bocadillos pequeños podrán calmar a los más hambrones y caprichosos nada más salir de casa como unas medias noches de jamón y queso, sándwiches de queso crema y hierbas frescas picadas con zumo de limón, por ejemplo.
En cuanto a la comida propiamente dicha, se coma en el automóvil o se tome en una zona de parking o en el campo, deberá ser un tanto ligera, con algunos productos proteínicos e hidratos de carbono. Hay que eliminar de estos menús viajeros la tortilla de patata o la mayonesa casera, que se hacen con huevo fresco. Mejor que la industrial es siempre una "mayonesa" tramposa que, para ensaladillas –no para servir en ningún caso con espárragos o merluza, claro– es imbatible y aleja el peligro muy real de contaminación alimentaria en verano. Tampoco convienen las ensaladas verdes, que no se conservan bien en el viaje y son engorrosas a la hora de comer.
El agua fría será la mejor bebida y agua mineral con gas por si alguien es gustoso. A evitar las bebidas alcohólicas. Dan más sed que la que sacian y son un peligro para los conductores que llevarán el automóvil en el viaje.
Por todo ello, parece inevitable aconsejar la compra, si no se tiene, de una nevera portátil y de bolsas isotérmicas con los hielos de plástico –en el congelador un mínimo de 48 horas antes de comenzar el viaje– que mantienen refrigerado el alimento dentro de la nevera o de las bolsas isotérmicas. Además, algunos automóviles llevan en el maletero una toma de corriente para las neveras que se pueden conectar. Es posible que algunas de las bolsas no convenga introducirlas en el maletero, sobre todo si el automóvil es oscuro, y sí en el receptáculo de las personas donde llega el aire acondicionado.
En la planificación del menú será aconsejable actuar con ánimo "reciclable", es decir, procurar llevar recipientes y cubiertos que, una vez lavados, servirán para otras ocasiones, y evitar los de usar y tirar, a excepción de las servilletas de papel, casi inevitables hoy. Se pueden tener en casa, sin embargo, servilletas de tela para estos usos, pequeñas y fáciles de transportar y lavar.
Tampoco es aconsejable acompañar esta comida con pan de la clase que sea que tenga miga y corteza. El coche se llena de migas y es incómodo de repartir. Regañás sin o con ajonjolí, colines –que hoy hemos consentido en quitarles su nombre en beneficio del italiano grissini– picos de aceite, lazos y rosquillas de pan son mucho mejores para este tipo de viajes.
Consejos:
El gazpacho para tomar en taza suele llevar algo de agua en su composición, para que no sea casi tan espeso como un salmorejo, pero en este caso es necesario que sea así, espeso. Así no manchará a todo el mundo mientras se come. El tamaño de los moldes de polos determinará si sobra algo, que seguro que no se desperdiciará.
No se ha indicado cebolla cruda, que el gazpacho lleva casi siempre, porque suele dar mucha sed durante la digestión, que en este caso no conviene. Este gazpacho se puede hacer también con 250 g de tomates, 250 g de remolacha cocida, sal, vinagre y aceite. Está también muy rico pero sus manchas si algo gotea…
Los botes de yogur o los de conservas de vidrio de tamaño mediano o pequeño son un tesoro para estas ocasiones. Las cucharas que se lleven de casa bastan para comer las ensaladas y el bote servirá para usos posteriores una vez lavado. ¡Es necesario reciclar!
La ensalada Olivier formó parte de la cocina de la época de los zares, diseñada por uno de los cocineros franceses que trabajaron en la corte y las casas de los nobles de la época. Hay muchas versiones, unas veces con carne y otras con pescado, todas se hacen con mayonesa batida con nata y no falta quien afirma que la ensaladilla rusa más castiza de nuestro país es la interpretación española de la Olivier rusa. Esta es una de las que más me gusta, basada en la de Helen y George Papashvily. La trampa consiste en que no es mayonesa la salsa que une todos los ingredientes, sino un batido de queso fresco, mostaza y vinagre con algo de aceite. La yema cruda no es recomendable en estos viajes.
Consejos:
La ensaladilla rusa se puede hacer del mismo modo y con la misma salsa, cambiando algunos ingredientes, los pepinillos y alcaparras por guisantes, el tomate por zanahoria, el jamón por escabeche de atún....
Los huevos empanados escoceses son una comida típica de los picnics británicos, pero la idea es en realidad de la cocina india. En el país asiático, los nargisi kofta, que así se llaman, no se suelen empanar, sino que se fríen sin empanar y luego se terminan en una salsa de verduras bien especiada casi como lo que conocemos como un curry muy picante, que para este tipo de comida no es cómoda. Se puede, si se quiere, especiar la carne con algunos de los aromas clásicos de esta cocina, la india, y empanarlos al estilo escocés. Una combinación estupenda para una comida en el coche.
Consejos:
Si se quiere hacer una versión más fiel a los nargisi kofta, especiar la masa de carne con una cucharadita de garam masala, una cucharadita de cúrcuma seca en polvo y una cucharadita de guindilla en polvo o menos, si no le gusta el picante a todos. También se pueden especiar con Ras el Hanut, sobre todo si se hacen con carne picada de pollo o pavo, y trasladarse al norte de África o inventar la mezcla propia de especias que apetezca. ¡Hagan juego, damas y caballeros!
Las frutas frescas que se pueden llevar lavadas y comer enteras son las que mejor se conservan –cerezas, picotas, albaricoques, ciruelas, pavías– porque la fruta troceada no se conserva muy bien. Sí se puede llevar melón que se corta en el momento, pero no es aconsejable trocearlo mucho antes del momento de comerlo.
Se puede hacer una macedonia de fruta fresca variada y mezclarla con una gelatina que se haga con zumo de naranja, por ejemplo. Preparar la gelatina con las especificaciones del fabricante e introducir la mezcla de frutas y gelatina en botes de yogur o conservas reciclados. Para los más golosos se pueden preparar unas tartas de Santiago de ración en cápsulas de magdalenas.
En general... ¿cómo valorarías la web de Guía Repsol?
Dinos qué opinas para poder mejorar tu experiencia
¡Gracias por tu ayuda!
La tendremos en cuenta para hacer de Guía Repsol un lugar por el que querrás brindar. ¡Chin, chin!