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Los hermanos Roca, del aclamado El Celler de Can Roca, asesoran este restaurante del hotel Omm de Barcelona, dirigido por el jefe de cocina Juan Pretel. La cultura gastronómica catalana queda representada en sus diferentes menús: el Moo, servido en las comidas de lunes a viernes por 45 €; el Joan Roca, por 110 €; y el los clásicos, por 87 €. Además, existe la posibilidad de ver todo lo que se cuece en la cocina desde su “Barra del Chef”.
Javier Goya, Javier Mayor y David Alfonso se han convertido en el bombazo de la temporada con este restaurante entre tasca, casa de comidas y local centroeuropeo cuyo trabajo ya aplauden grandes cocineros y gastrónomos. La carta, basada en la naturalidad de los productos y con precios más que asequibles gracias a sus medias y tercias raciones, cambia muy a menudo. En Triciclo se pueden tomar desde una ostra al natural a un ají de pintada pasando por un bacalao asado o un steak tartar.
El cocinero Paco Morales asesora la cocina de este restaurante ubicado en el céntrico Hotel de las Letras de Madrid. Su carta, dividida en sensaciones, se puede compartir y comer (casi en su totalidad) con las manos. Las mesas, muy amplias, y la oferta de cócteles para el aperitivo invitan a pasar un buen rato con platos como los aireados de tortilla de patata, ¡todo un descubrimiento!
La barra canalla de David Muñoz, de DiverXO, en el Gourmet Experience de El Corte Inglés de Callao, siempre está repleta. Allí hasta seis cocineros juegan con las planchas, los woks y el horno que aporta un toque ahumado a las gambas, las navajas o la panceta. La gente repite solo para tomar su dim sum de oreja de cerdo a la plancha o el curioso sándwich club, con aromas que transportan al Magreb y Asia a la vez. Su escueta carta de vinos está muy bien seleccionada.
En el centro del casco viejo de Donostia se encuentra este local que está permanentemente lleno, tanto su barra como las pocas mesas del salón. Lo curioso, en este caso, es cómo los cocineros trabajan con el producto y la manera con que se presenta al comensal. Lo mejor para el primerizo es no preguntar y descubrir ya en la mesa lo que será la "merendola de fuá!", la "porrupatathai", el "postre de pera y kalimotxo" o la "fresa con txokolate zombie!"
La casa madre, El Campero, se encuentra en Barbate, pero hasta Zahara de los Atunes llega el buen hacer frente a los fogones de Pepe Melero. De la primera se puede tomar el sashimi o el tartar de atún pero en la taberna también se han especializado en mariscos, arroces y alguna que otra tapa como el tartar de calamar con caramelo de marisco.
Este pequeño bar del madrileño barrio de Argüelles es tan exclusivo que ni siquiera admite reservas. En Nakeima funciona el formato de “hoy tenemos” sobre una pizarra de la que se tachan los productos agotados. Con suerte, se pueden tomar los dim sum de rabo de toroo alguno de los niguiris que preparan frente al comensal.
Las barras están de moda y eso lo sabe bien Carles Tejedor quien, tras una larga temporada como jefe de cocina en Via Veneto, decidió abrir este restaurante informal en la Ciudad Condal. En su carta existen diferentes propuestas: cóctel con tapita, copas hasta altas horas de la noche o alguno de sus tres menús degustación, todos elaborados sin llama. Se puede elegir el Half, con 8 platos por 25 €; el Full, con 13 platos por 40 €; y el De Luxe de 20 platos por 60 €.
El mexicano de lujo de la capital se acerca a todos los paladares y bolsillos de la mano de Roberto Ruiz. Sus tortillas son artesanas y el guacamole se prepara ya en la mesa sobre un molcajete –un cuenco de piedra volcánica–. También hay escamoles –las huevas de hormiga– en temporada, convirtiéndose así en uno de los únicos restaurantes que los ofrece en España.
Quique Dacosta, el gran cocinero de Dénia, creó este gastrobar en el centro de València donde continúa con la tradición mediterránea que sigue en su restaurante. No falta el arroz –su clásico caldoso con bogavante y pulpo– o el fideuá. Además, hace un guiño a Japón con su sashimi de mero (pescado por supuesto en el Mediterráneo) y rinde homenaje a otros cocineros. El pescado a la romana por Ángel León (Aponiente), las mollejas por Eneko Atxa (Azurmendi) y el tostitaco por Enrique Olvera (Pujol).
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