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The Rooftop del hotel The Serras.

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Marchando una de terrazas para todos los gustos

Actualizado: 21/05/2015

Este es el mejor momento para disfrutar de una terraza. No ha llegado el calor insoportable, cuando las salidas de casa se dan únicamente a primera o última hora del día, por eso tenemos que aprovechar para escaparnos una tarde, organizar una comida con los amigos o preparar una cena romántica con la pareja al aire fresco. Muchas de las terrazas podrían ya ser consideradas como populares, quizás en exceso según algunos, así que vamos a intentar, en la medida de lo posible, descubrir locales algo desconocidos a los ávidos de novedades.
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Madrid no tiene playa, pero los madrileños buscan el sol aunque no se encuentre el mar cerca. Sobre todo cuando todavía el calor no arrecia demasiado. El último en llegar ha sido Ramon Freixa al hotel The Principal, el único cinco estrellas de la Gran Vía. Allí, el cocinero catalán presenta dos propuestas, una más tradicional en Ático y otra más informal en La Terraza.

La corriente hipster esta temporada se está acercando cada vez más a The Hat, sobre un hostel de diseño junto a la Plaza Mayor, donde tomar tostas, pinchos de tortilla, algunos vinos por copas y cócteles; mientras que quien busque un ambiente algo más fiestero deberá acercarse al Skynight, en la planta 13 del Hotel Puerta América, con una decoración firmada por el arquitecto Jean Nouvel -artífice, entre otras obras, de la Torre Agbar de Barcelona y la ampliación del Museo Reina Sofía de Madrid-.

Los que hayan descubierto en el Madrid Río su nuevo lugar de ocio, han de saber que también allí se puede comer. Con vistas al Palacio de Oriente, la catedral de la Almudena y la Iglesia de San Francisco, se puede tomar, en Café del Río, un menú del día por 12 € (en el salón interior por 10,50 €) con una oferta que incluye ensaladas, boquerones, parrillada de verduras o bacalao con pisto manchego.

En medio del bullicio de la calle Montera, con cada uno de sus inquilinos tradicionales, podemos evadirnos en una tienda. Sí, pero ¿y si no queremos comprar? En Salvador Bachillerdividen su mercado: por un lado los burros de ropa y, por otro, un pequeño salón de té al aire libre con una carta en donde encontrar desayunos, comidas, meriendas, cenas, cafés, tés y copas. Atención, las reservas solo se efectúan para las mesas de 13:00 a 17:00.

La capital también es lugar de patios interiores. ¡Qué sería de Madrid sin sus patios! No todos son angostos y oscuros y prueba de ello son establecimientos como Bosco de Lobos, en el interior del Colegio de Arquitectos de Madrid, con una carta repleta de referencias a Italia; El Jardín de Orfila, para sentirse como en un palacio del renacimiento francés; el restaurante de verano de El Instituto Francés, hasta los topes entre semana gracias a su cuidado menú del día; o el Café Jardín, en el interior del Museo del Romanticismo, donde son recomendables, sobre todo, sus desayunos.

Bosco de Lobos.
Bosco de Lobos.

Barcelona sí tiene mar. Por ello, intentaremos aquí descubrir esos restaurantes que lo disfrutan sin encontrarse a pie de playa. En The Rooftop, sobre el hotel The Serras, se divisan el puerto de la ciudad y el barrio gótico mientras se escucha (por las noches) música en directo y se toman los aperitivos que prepara Marc Gasons, artífice también del menú del restaurante de la planta baja.

El jardín de Orfilia.
El jardín de Orfilia.

También sobre un hotel -el Hilton Diagonal Mar- se emplaza Puro Beach, que finalmente llega a la Ciudad Condal tras triunfar en localizaciones como Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el Mar Negro, Palma de Mallorca, la Toscana o Marbella. Se puede comer junto a su piscina, al aire libre, o sobre sus camas balinesas. Hamburguesas, ensaladas, langosta, cócteles clásicos y atrevidos, o platos a la parrilla son algunos ejemplos de su ecléctica propuesta gastronómica.

En lo alto del Mercer Hotel encontramos Terraza Mercer, que abre durante todo el día entre mayo y octubre. Sopas frías, batidos y tés, o platos para compartir como la ensalada de burrata, las berenjenas al horno con queso feta o el vitello tonnato son algunas pistas sobre su menú, listo para disfrutar con vistas al barrio gótico. Pero Barcelona también tiene patios -aunque en menor cantidad y más amplios que la capital- que van evolucionando hacia establecimientos o pequeñas casas de comidas. El jardín de El Principal es uno de ellos, donde descubrir el interior de uno de los edificios señoriales que encontramos en el Eixample barcelonés. Canelones de cigalas, arroz seco de bacalao y hamburguesa de Wagyú bien cocinada en un ambiente burgués y algo afrancesado.

El plan alternativo lo encontramos en el Raval, en la esquina donde confluyen las calles l’Hospitalet y Junta de Comerç. Mendizábal solo tiene barra, que mira a la calle, donde merece la pena apostarse a tomar un batido de frutas natural, un vermut o un entrepans.

Fuera de las dos grandes ciudades de España también disfrutan de las terrazas y las mesas al aire libre. Es el caso del bareto Chirincana que llevan a buen puerto los dueños del Camping La Playa, en el oriente ibicenco. Dentro del mismo complejo, y sin necesidad de estar alojado, unas mesas de merendero sobre la arena esperan al cliente. La bebida se pide en una caravana reutilizada en barra portátil; de comer, pizzas y pasta fresca.

Ena, de Carles Abellán.
Ena, de Carles Abellán.

En Sevilla, una vez más, no podemos dejar pasar la cocina que firma Carles Abellán en Ena, en el interior del jardín del hotel Alfonso XIII; ni tampoco la reciente apertura de La Lonja del Barranco, con terraza sobre el Guadalquivir, donde tomar indistintamente salmorejo, pulpo, quesos, conservas, mariscos e incluso sushi.