Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
La fuerza de la naturaleza de Lanzarote requiere de tiempo y reposo para entenderla y permitir que cautive al viajero. En las ‘Villas Boutique Kamezí’, la sensación de estar en un pueblo de lujo, donde la brisa de la costa y el sol canario benevolente, facilita al cliente esa sensación única de tranquilidad necesaria para sentir ese flechazo volcánico. En Kamezí, además, los servicios exclusivos de un hotel con los que cuenta cada villa se suman para hacer realidad unas vacaciones soñadas, independientemente de la isla.
A finales de los 90, el patriarca de los Eguren, familia bodeguera por excelencia, anhelaba comprar un terreno para construir un alojamiento. Antes de visitar Lanzarote, había visitado Alicante y Valencia, pero nada parecía convencerlo. Este paraje de Playa Blanca era prácticamente virgen cuando lo compraron. Ahora, el relevo generacional de Koldo, su hijo Íñigo Eguren, que ha asumido la gerencia de las villas, cuenta la historia del lugar. “Cuando mis padres compraron el terreno, aquí no llegaba el agua potable aunque sí la electricidad. Tuvimos que hacer todo: una desalinizadora, depuradora… Hacernos autosuficientes, excepto a nivel eléctrico. Ahora se ha puesto de moda la sostenibilidad y nosotros fuimos sostenibles por necesidad”, se ríe Íñigo rememorando esta primera fase del proyecto.
“Tenemos también placas solares. De momento, todo lo que producimos lo consumimos porque, por ejemplo, las piscinas están climatizadas y se gasta bastante en intentar mantener la temperatura por las noches”, continúa Íñigo. Cada villa, de las 44 que componen el complejo turístico, dispone de su propia piscina, barbacoa, cocina… Un lujazo y que prácticamente solo exige de esa necesidad eléctrica de la climatización del agua porque el resto, gracias a la imitación de la arquitectura isleña, aprovecha las condiciones climáticas de Lanzarote. “Aquí no se consume calefacción; pero tampoco hace falta aire acondicionado porque las villas están diseñadas con una estructura que generaran corrientes sacando partido a los vientos alisios”, subraya el responsable de las ‘Villas Kamezí’. Sin embargo, es cierto que con las últimas olas de calor, han empezado a colocar algunos ventiladores.
En su afán por seguir avanzando hacia la autosuficiencia, en los talleres del establecimiento se realizan muebles, puertas e, incluso, la vajilla para el restaurante. “La madera se trae de fuera, pero se trabaja aquí”, explica el responsable.
Las villas se distribuyen formando calles en un conjunto de casitas blancas con su toque de piedra volcánica; puertas y ventanas de madera. Koldo pensaba en un alojamiento familiar, entonces tenía seis hijos y las iniciales de ellos da como resultado ‘Kamezí’, pero con el paso del tiempo y la evolución de la oferta turística también se ha ido avanzando en los servicios de lujo y exclusividad. “Al margen de lo que ofrecemos nosotros, también contamos con experiencias únicas a través de la agencia Lanzalux”, afirma Íñigo, quien añade cómo además se organizan talleres de cerámica o panadería, entre otros, dependiendo de la época del año y el tipo de clientela.
Dentro de la singularidad que ofrece cada casa se incluye su denominación. “Cada villa responde a un nombre de un disléxico famoso. Mi padre es disléxico y cuando era niño no se lo supieron diagnosticar y lo pasó mal. La tercera de mis hermanos y yo también lo somos, aunque mi hermana más que yo, por lo que la empezaron a tratar con pedagogía específica para ella y le fue genial”, cuenta Íñigo. Fue así cómo viendo que les iba bien, y que había llegado el momento de devolver algo a nivel a social, iniciaron varios los proyectos orientados al apoyo educativo a disléxicos. “Cuando nuestros huéspedes realizan el check-in se les explica el nombre de la villa en la que van estar y quién es ese personaje, qué hizo con su vida, etc. Solo para formar un poco a la gente en el tema de la dislexia”. Para los Eguren esta dificultad ha sido más una bendición que una maldición, porque casi la consideran un don que les ha concedido una creatividad que los mantiene siempre en movimiento.
De hecho, ‘Kamezí Boutique Villas’ aporta algo nuevo prácticamente cada año, si no son talleres o experiencias, son espacios distintos que garantizan una vivencia diferente para los que regresan; y una más completa para los que llegan por primera vez. El ‘pueblo’ cuenta con un pequeño supermercado, un ecomarket con género de productores locales, un gimnasio, un espacio wellness para disfrutar de la relajación de un spa con vistas al mar, etc. Este año están contemplando transformar unas cuevas que realizó el abuelo de Íñigo en una sala de eventos a la que se puede acceder a través de un pasillo subterráneo desde el exterior. Pero eso, de momento, es solo un proyecto.
Lo que sí está funcionando desde enero de 2023 es la iglesia del complejo. Podría decirse que es fake porque aquí no se oficia misa, pero sí se rinde pleitesía al pan. Se trata de la panadería de Kamezí, que regala a las villas más cercanas amaneceres con olor a pan y cruasanes recién hechos para los desayunos. “Muchos restaurantes, incluidos nosotros, compraban el pan en Fuerteventura a Manuel Trenado, un panadero reconocido en las islas. Nos conocimos, nos entendimos muy bien y planteamos hacer una panadería en Kamezí con su colaboración. Natalie, nuestra panadera, se formó con Manuel”, explica Íñigo. La panadería de Kamezí, además de elaborar el producto que se sirve en el desayuno y en su propio restaurante, se ha convertido en una referencia de pan en la isla.
La experiencia en el ‘Kamezí Deli&Bistró’ es un regalo excepcional para completar las vacaciones, tanto si se desea probar alguno de sus menús degustación como si se quiere despedir el día a lo grande. Al atardecer, uno puede tomarse un cóctel de autor, realizado por Ruth Nieves, en la terraza ubicada en un entorno isleño desde el que ver el mar, Fuerteventura, la isla de Lobos y el Faro de Pechiguera en una misma postal de fantasía.
Para los que eligen absorber la belleza aislados del mundo, la villa está acondicionada para tener todos los máximos. Cada habitación con su propio cuarto de baño; cocina completa; salón con su kit de bienvenida; piscina climatizada; barbacoa (se puede encargar un pack de carne y/o verduras en el mismo día); y una terraza en la azotea para dejarse arrullar por una paisaje que invita al olvido.
El desayuno llega cada mañana listo para que puedas arrancar el día sin mover un dedo. Después, el deseo es salir a darse un chapuzón en el mar, el portón de salida al paseo marítimo está formado por un arco de naturaleza frondosa y protectora. Y es que aquí, los jardines, la mayoría con plantas autóctonas, son otra forma de servirte Lanzarote en bandeja a través de los sentidos. Todo Kamezí susurra a tu alrededor para que sientas y vivas esa utopía vacacional hecha realidad.
En general... ¿cómo valorarías la web de Guía Repsol?
Dinos qué opinas para poder mejorar tu experiencia
¡Gracias por tu ayuda!
La tendremos en cuenta para hacer de Guía Repsol un lugar por el que querrás brindar. ¡Chin, chin!