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El rincón mágico del pirineo navarro
Lamias, basajaun, agotes, brujas…¿Les suena? El universo de tradiciones y leyendas dibujado por Dolores Redondo en su “Trilogía del Baztán” ha puesto “de moda” este valle esmeralda situado al noroeste de Navarra, donde los Pirineos muestran su cara más apacible. Más allá de Elizondo y su atmósfera de misterio, Baztán merece, y mucho, una visita larga, sin prisas. Hay que saborear un paisaje de laderas cubiertas de helechos, prados de un verdor intenso surcados de riachuelos, bosques oscuros y silenciosos, de hayas, robles y castaños que nos invitan a evocar leyendas plagadas de seres mitológicos. Una Naturaleza que, a cada paso, encontramos salpicada de palacios y caseríos de piedra de tonos rosas, con escudos heráldicos en las fachadas y grandes balcones.
Un entorno mágico hasta en su creación, porque Baztán no es en sí un municipio, es un valle que comparten 15 pueblos, también llamados 'Lugares', al abrigo de los macizos de Quinto Real y Cinco Villas: Amaiur, Erratzu, Azpicueta, Arizcun, Elvetea, Elizondo, Gartzain, Lecároz, Irurita, Arriaos, Oronoz, Ziga, Aniz, Berroeta y Almándoz. Cada uno con un rico patrimonio cultural y paisajístico conformado por los caseríos de antiguos hidalgos y los palacios de los indianos. Lo ideal sería sacar tiempo para visitar los 15 pueblos, y disfrutar de la casa Jaureguizarra, en Arraioz; el palacio fortaleza de los Ursúa, en Arizku; los palacios de Jarola y Ascoa, en Elbete, o el palacio de Arizkunenea, en Elizondo. Alguno, como Amaiur, solo tiene una calle, pero en ella concentra varios palacios, una iglesia gótica, y un castillo medieval, hoy derruido, pero que conserva un monolito que recuerda que fue la última fortaleza de Navarra en caer ante el reino de Castilla, en 1522. Cerca se encuentran Erratzu y Arizcun. En el primero visite la iglesia de San Pedro (siglo XVII) y la Casa-Muso Gorrienea, dedicada a la vida de los agotes (una curiosa etnia del valle de Baztan, de orígenes inciertos); en el segundo merece que no pase por alto los palacios de Ursúa (siglo XIV) y el de Bergara. Saliendo de Erratzu, a un kilómetro y medio del casco urbano, y caminando algo más de media hora por un camino que baja desde la ermita de Nuestra Señora de los Dolores, nos topamos, rodeada por un frondoso bosque, con Xorroxin, una preciosa cascada de cuatro metros de alto. Para obtener las mejores vistas del valle de Baztan hay que ir hasta Ziga y subir a su mirador. Merece la pena.