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Meca del golf, paraíso del sol y la playa
Siglos atrás, la vecina Mijas y Fuengirola se unían en un único municipio. No fue hasta el siglo XIX cuando Fuengirola logró tener entidad propia con una creciente y reputada fama de fabulosas playas, unidas por los siete kilómetros de longitud del Paseo Marítimo Rey de España, el más largo del país. Llegamos a una de las grandes mecas españolas del turismo de sol y playa, con su característica fisonomía de complejos hoteleros, centros de equitación, parques de ocio y restaurantes. Aunque su origen parece remontarse a la época fenicia, fue bajo la dominación árabe cuando, por orden de Abderramán III en el siglo X, se construyó aquí el castillo de Sohail, del que se conservan parte de sus murallas. Desde ellas, la perspectiva de la playa del Castillo, codiciada hace siglos por Barbarroja, resulta espectacular. Los romanos también establecieron aquí un asentamiento denominado Suel, con sus termas y su fábrica de salazón. Otros restos romanos podemos encontrarlos en los yacimientos de la Finca del Secretario y Torreblanca, donde se localizan unas termas romanas y una necrópolis visigoda. En su núcleo urbano, Fuengirola conserva algunos rincones llenos de tipismo y encanto andaluz. Particularmente en la Plaza de la Constitución, donde se levanta la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. El municipio cuenta también con barriadas típicas, como la de Santa Fe de los Boliches, de hondas raíces marineras, o Pueblo López, con calles repletas de hermosas muestras de arquitectura popular andaluza.