Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
¡Te damos la bienvenida a Guía Repsol!
Ahora puedes acceder a tu área privada y recibir inspiración con la newsletter. Además podrás guardar establecimientos, crear rutas y mucho más desde la app.
Compartir
[user_name], ¿cómo fue tu [experience_type] en [establishment_name]?
En general… ¿cómo valorarías tu experiencia?
[user_name], ¡Solo una pregunta más!
¡Gracias por tu ayuda!
La tendremos en cuenta para hacer de Guía Repsol un lugar por el que querrás brindar. ¡Chin, chin!
Añadir evento al calendario
Ciudad de hierro con guantes de seda
En el norte de la provincia de Valencia, un castillo se hace fuerte a medio camino entre el Mar Mediterráneo y la Sierra Calderona. La fortaleza se aferra a la ladera de un cerro y extiende su kilométrica muralla en paralelo a la playa de un puerto. Es Sagunto, un municipio compuesto por dos núcleos básicos: el propio puerto y el casco histórico, situado a cinco kilómetros. La fortificación es la primera cita para el visitante de la ciudad y personifica su perfil duro, rememorando su función de baluarte contra la presencia de piratas en las costas.
La visita a Sagunto requiere de tiempo libre y una agenda de bastantes páginas para recorrer maravillas arquitectónicas de todas las civilizaciones imaginables, como la Alquería Fortificada del Agua Fresca, la Torre del Grau Vell, la Torre de San Roque, el Castillo de la Cárcel o el Molino Fortificado Torre Gausa. La herencia grecorromana puede apreciarse en la perfecta organización del Teatro Romano, adentrándonos en los yacimientos de la Vía del Pòrtic, descifrando las inscripciones latinas del Antiquariun Epigráfico y del Museo Histórico o presenciando la escenificación del juicio a Jesucristo, en el Pretorio de Jerusalén, durante la Semana Santa.
El legado hebreo también es aquí palpable. Se preserva en el entorno de la Judería y queda subrayado con fuerza en la Casa dels Berenguers, donde se expone el Mikve, el baño ritual que utilizaban antes de atravesar el Arc de la Sang para llegar a la cercana sinagoga o a la necrópolis. Reponer fuerzas, degustando un arròs amb fesols i naps, sería un acto casi obligado, después de visitar la antiquísima Iglesia de El Salvador, con sus bellos techos mudéjares de madera, o la iglesia de Santa María, ante la atenta vigilancia de las gárgolas de su fachada, que domina la Plaza Mayor. La herencia de la Sagunto siderúrgica, por último, se hace presente en el Alto Horno número dos, que reposa en el puerto, despojado ya de su alma como legado físico de la dolorosa reconversión industrial.
