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Legado de prosperidad agrícola
Velilla de los ajos atesora un próspero pasado agrícola —a su alrededor abundan los campos de trigo y cebada—, de ahí las soberbias casas de una o dos plantas que han sobrevivido hasta hoy. Un ejemplo es el edificio de las escuelas, de piedra, hoy convertido en club social para los habitantes del pueblo.
Una vieja y desgastada escalinata lleva a la iglesia de San Pedro, en el este del pueblo, un templo construido en el siglo XVI sobre una edificación anterior. De portada renacentista, destaca en ella su preciosa nave y una interesante pila bautismal. Se sospecha que la iglesia pudo albergar una torre defensiva. El cementerio de la localidad, a las afueras en dirección a Serón de Nágima, es uno de los mejor cuidados de la zona.
Un poco más alejada, a unos cuatro kilómetros del centro —en el despoblado de Borque—, está la ermita románica de San Millán, de la que solo quedan ruinas; allí acudían antaño los vecinos en peregrinación para pedir lluvia para sus cultivos. También en ruinas, a su lado, está la atalaya de San Millán, herencia de la ocupación musulmana.
/00Laguna_Negra.JPG "Por los bosques nevados de Urbión y Cebollera")
