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Zumarraga, Gipuzkoa/Guipúzcoa
A la Ermita de la Antigua le ha tocado jugar muchos papeles a lo largo de los siglos. Aprovechando su emplazamiento elevado, junto a las laderas del monte Beloki, en Zumarraga, en su primera época tuvo un rol defensivo. De él nos hablan las saeteras de las fachadas norte y este y, en general, su austero aspecto exterior, casi de búnker blindado. Pero la antigua estaba destinada a destinos más elevados En 1366 Enrique II de Castilla le dio rango de monasterio y llegó a ser un lugar de peregrinación para gentes de otras villas que acudían a este templo parroquial. Aunque dos siglos más tarde se redujo su rango al de ermita, a la Antigua ya le había dado tiempo a desplegar sus méritos para los libros de arte, sobre todo, aportando un interior sorprendente, donde el techado de madera de roble convive en perfecta combinación con la estructura de roca. Pura arquitectura popular de estilo románico vasco y que recuerda poderosamente a los caseríos rurales vascos en su ornamentación y materiales. A este conjunto, monumento histórico-artístico, lo han llegado a llamar catedral de las ermitas. Lo indiscutible es que es una síntesis perfecta del patrimonio religioso y rural de esta tierra.
