Museo Guggenheim

Bilbao, Bizkaia/Vizcaya

Qué ver

Una frase del arquitecto Frank O. Gehry define perfectamente el significado del Guggenheim. Se refería a que este museo rememora el “puerto que fue y la ciudad que es”. Con esta idea, el moderno edificio, como si fuera un navío, surca las aguas de la ría del Nervión. Guggenheim es Bilbao, son dos almas imposibles de separar. Pasado, presente y futuro. Las tonalidades que crea el titanio al contacto con los rayos del sol engrandecen una construcción que ha vencido sobre los antiguos hornos y la industria gris de antaño. Hoy, Bilbao renace por el Guggenheim convertido en edificio estrella y reconocible desde diversos puntos de la urbe. Rematado con un lucernario en forma de flor, ilumina pausadamente a una ciudad que lo encumbra. En su interior, al igual que en su fachada, predominan la ausencia de rectas y los juegos de volúmenes. A partir del Atrio, se extiende un espacio diáfano en el que las pasarelas curvas y torres-escaleras conectan sus diferentes galerías conformando una armonía visual única. Su forma impacta al contemplarlo por primera vez, pero no debemos olvidar que visitamos un museo. Por ello, sus fondos son igual de interesantes. Alberga colecciones de diferentes artistas centrados desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. Además, allí se organizan exposiciones temporales y un sinfín de eventos culturales. Bilbao renace a través del Guggenheim, el verdadero fénix de una ciudad que ha sabido reinventarse.