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Itinerario para visitar Huesca en 2 días
Primera mañana: Lecciones de historia
10:30Tesoros del Casco Viejo
Una buena manera de empezar nuestra visita de dos días a Huesca es trasladarse al Casco Viejo de la ciudad y a toda la herencia que encierra de sus antiguas etapas y denominaciones: Bolskan, Osca, Wasqa… El mejor punto de partida es la Catedral de Santa María de Huesca, en pleno corazón del barrio antiguo. Se trata de un edificio gótico (siglos XIII al XVI) iniciado en tiempos de Jaime I de Aragón. Dentro podemos maravillarnos ante su imponente retablo mayor, realizado en alabastro en el siglo XVI, y descubrir la interesante colección de arte sacro del Museo Diocesano, que incluye otro retablo, también de alabastro, rescatado del Castillo-Abadía de Montearagón.
Justo frente a la catedral nos encontramos con el Ayuntamiento, un palacio del siglo XVI, estupenda muestra del Renacimiento aragonés. No conviene pasar por alto, en su patio, la hermosa techumbre de madera que se repite en el Salón de Justicia, donde puede contemplarse, además, el lienzo La Campana de Huesca, que representa la famosa leyenda en torno a la purga entre los nobles del rey Ramiro II. Desde aquí podemos seguir hacia el norte de la ciudad, en dirección al río Isuela. Llegaremos a la plaza de la Universidad, y allí encontraremos el Museo de Huesca, o Museo Arqueológico Provincial. En su interior podremos contemplar restos del patrimonio arqueológico de la ciudad.
Si no nos interesa profundizar tanto en la historia de Huesca, al menos conviene deleitarse con los dos edificios en que se ubica: uno, el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón, del siglo XII. Puro románico y hogar de leyendas, como la ya mencionada Campana de Huesca que tuvo lugar en una de sus salas, la de la reina Petronila. El otro edificio es la Universidad Sertoriana de Huesca, barroco de planta octogonal cuyo patio porticado bien merece un paseo.
12:30Conventos y murallas
Si aún nos quedan fuerzas o tiempo antes de la comida, un poco más al norte llegaremos al Convento de San Miguel, llamado popularmente Las Miguelas. Data del siglo XII, aunque el edificio conventual es del XVII, y en él destaca su ábside gótico y la torre románica, así como el imponente órgano de 1852 que puede contemplarse en su interior.
A dos pasos tenemos el Puente de San Miguel sobre el Isuela, una de las primeras construcciones de hormigón armado del país (de 1912). Y muy cerca también, la Torre del Amparo, la única que queda en pie de las 99 con que contaba la Antigua Muralla que levantaron los musulmanes en el siglo IX y que ofreció protección a la ciudad durante varios siglos. Parte de sus restos aún rodean el casco histórico, aunque lo único reseñable sea este torreón y la discreta La Porteta, la única superviviente de las nueve puertas que daban acceso a la ciudad medieval, que puede encontrarse frente a la Plaza de Toros.
Primera tarde: Animación por un Tubo
14:00Para comer, sabor tradicional y espíritu creativo
Merece la pena atravesar de nuevo el Casco Viejo para comer en el restaurante 'Las Torres'. Regentado por los tres hermanos Abadía, ofrece cocina tradicional de autor, con querencia por los productos de temporada y de caza, y una carta siempre sorprendente de la que destacaríamos, sin duda, su menú degustación. Trato inmejorable, un entorno coqueto con reminiscencias de otras épocas y una cocina excelente. ¡Ah! Y una biblioteca a disposición de los comensales para empaparse de la cultura oscense mientras se disfruta de su gastronomía. Conviene reservar.
16:00Huesca verde
Lo mejor para combatir el sopor de una buena comida es un paseo. Cerca de 'Las Torres' tenemos el lugar ideal: el Parque Miguel Servet. Con sus 70.000 metros cuadrados, más de 1.600 árboles de 63 especies distintas y 49 clases de arbustos, es el auténtico pulmón verde de Huesca. Alberga, además, algunos monumentos interesantes: las Pajaritas, emblema de Huesca, el quiosco de música o la estatua de los Reyes de Aragón.
17:00Memoria histórica
Desde aquí podemos volver en dirección al casco histórico en dirección a la Parroquia de San Pedro el Viejo. Por el camino pasaremos por la plaza de López Allué, la plaza mayor de Huesca. Si ya estamos en horario comercial, según el tiempo que hayamos dedicado a bajar la comida en el parque deberíamos dejarnos caer por 'Ultramarinos La Confianza': en funcionamiento desde 1871, es la tienda de ultramarinos en activo más antigua de España y mantiene intacta su atmósfera que nos traslada a otros tiempos. Sus techos están decorados por el pintor oscense León Abadías con curiosas alegorías al comercio internacional y los sofisticados productos que se vendían en el establecimiento. Todo ello dentro de las tendencias románticas de la época. En el centro, por ejemplo, Mercurio, dios romano del comercio, sobrevuela un paisaje en el que destaca un tren cuyos vagones van cargados de mercancías ¿Y qué comprar aquí? Antaño, sedas, encajes y porcelanas; hoy, productos de Aragón, por supuesto, y algunas de sus otras especialidades: bacalao en salazón, chocolate y licores artesanales, vino de la tierra…
Llegados ya a San Pedro el Viejo, no cabe sino dejarse maravillar por uno de los conjuntos más importantes del románico de la zona. Data del siglo XII, y aunque solo se conserva la iglesia y el claustro del antiguo monasterio, su visita es ineludible si uno quiere conocer Huesca. Monumento Nacional desde 1885, alberga, además, los sepulcros de los Reyes Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje.
19:00Rematando el paseo
A estas alturas de la tarde, probablemente convendría valorar si retirarse a descansar antes de afrontar la noche oscense, o rematar el paseo. En este último caso, tras recorrer parte del Coso Bajo, una de las calles principales del centro de Huesca, podemos acercarnos a la Basílica de San Lorenzo, construida sobre una iglesia gótica durante el siglo XVII, uno de los principales ejemplos del barroco en la ciudad, y levantada con los donativos de ciudadanos y trabajadores. Un poquito más al sur está, también, el Palacio de Villahermosa o Casa de los Condes de Guara, que actualmente es un Centro Cultural de Ibercaja, tras su adquisición en 1999 en estado de ruina y consiguiente restauración, abriéndolo de nuevo al público en 2005. El artesonado de madera (siglo XIV) sobre la escalera principal del centro bien merece la visita.
20:30Huesca de noche, entre el Casco Viejo y el Tubo
La mejor forma de comenzar a disfrutar la animada noche de Huesca es con un buen tapeo. La ciudad renovó hace tiempo su oferta de tapas y pinchos, y buena muestra de ello es el certamen Concurso de Tapas en Huesca , que se celebra cada año. El café bar 'Da Vinci', o el 'Tomatejamón' son dos buenas opciones para cenar de manera informal. Y para darse un capricho –sin gluten– 'La Goyosa' del exMasterchef Mateo Sierra.
Tras preparar el cuerpo, toca salir. Dos zonas aglutinan la vida nocturna oscense: el Casco Viejo, con su surtido de locales de variado pelaje y pequeño tamaño; y el Tubo, en torno a la calle San Lorenzo, el llamado Callejón del Saco y la calle Cleriguech. Aquí se encuentran los locales más dedicados al baile y la juerga hasta altas horas de la madrugada. Conviene destacar el 'Alt Berlín', una agradable cervecería decorada como si se tratara de una estación ferroviaria de principios del siglo XX. Para los que buscan algo más de jaleo y música en directo, el 'Edén', clásica sala de conciertos de la ciudad. Y si de rematar la noche con baile y desenfreno se trata, muy cerquita de Huesca, en Almudévar (a 17 kilómetros) está 'Coliseum', una discoteca que goza de gran popularidad en la zona. Aunque, actualmente, para el ocio nocturno, conviene mirar antes horarios o cierres temporales debido a las medidas adoptadas contra la pandemia.
Segunda mañana: Un castillo de cine
9:00Más allá de la ciudad
Para recuperarse del ajetreo de la noche anterior, qué mejor que dejarse llevar durante nuestra segunda jornada en la Puerta de los Pirineos. Huesca cuenta, por ejemplo, con un servicio de autobuses turísticos un poco diferente: más que hacer el típico recorrido por los puntos de interés de la propia ciudad, lo que propone es una serie de rutas para visitar lo más interesante de los alrededores.
Por ejemplo, la ruta Castillo de Loarre y Bolea permitirá descubrir una auténtico castillo de película (el de Loarre, claro, donde se rodó, por ejemplo, El reino de los cielos, de Ridley Scott) y la espectacular Colegiata de Bolea, erigida sobre la antigua fortaleza árabe. Otra ruta, la que nos lleva a Ayerbe, nos ofrece la opción de visitar el Centro de Interpretación de Santiago Ramón y Cajal. Nuestro gran premio nobel de medicina pasó aquí parte de su infancia, y podremos visitar la que fue su casa mientras conocemos más de su persona y su contribución a la ciencia. Cerca, además, están los Mallos de Riglos, unas formaciones rocosas impresionantes jalonadas de colonias de buitres leonados.
Y así hasta siete rutas diferentes que nos permitirán descubrir en una mañana otros lugares más que recomendables de los alrededores de Huesca: los Escarpes de la Hoya, el Valle de Belsué o la Sierra de Gratal. Los autobuses salen a las 9.00 desde la Estación Intermodal, y regresan a Huesca en torno a las 14.00. Los billetes (cinco euros la tarifa para adultos) pueden comprarse de forma anticipada en la Oficina de Turismo.
Quien disponga de automóvil y le guste madrugar también puede plantearse una excursión a Jaca. Su Museo Diocesano y sus pastelerías ponen la guinda a una ciudad que es un monumento en sí misma. Además, se puede aprovechar el viaje para visitar el monasterio de San Juan de la Peña, joya incontestable del románico aragonés.
Segunda tarde: Cita con Antonio Saura
14:30Cocina de autor en el Casino
No puede uno dejar Huesca sin haber comido en uno de sus restaurantes más célebres: la taberna de 'Lillas Pastia' (1 Sol Guía Repsol 2020). Tomando su nombre de uno de los personajes de la ópera de Bizet, Carmen, este establecimiento especializado en la trufa ofrece cocina de autor a cargo de su chef, Carmelo Bosque, en un entorno tan destacable como es el Círculo Oscense, conocido popularmente en la ciudad como Casino. Con una carta basada en productos de temporada y una actitud de respeto a la tradición a través de la renovación, en 'Lillas Pastia' puede disfrutarse un interesante menú cerrado muy asequible y otro de degustación que hará las delicias de los más inquietos aficionados a la gastronomía.
16:30De lo antiguo a lo contemporáneo
Quien piense que Huesca solo tiene herencia histórica que enseñar está equivocado. El primer ejemplo sería el propio Casino. El Círculo Oscense, como realmente se llama el edificio debido a la fundación de que depende, data de principios del siglo XX, y es una de las mejores muestras del modernismo arquitectónico en la ciudad. Sorprende su fachada principal, con un imponente portón de entrada de 1901. Y, por supuesto, su vestíbulo y escalera principal, así como los salones Rojo y Azul.
Muy cerquita, además, nos encontraremos con el edificio de la Diputación Provincial de Huesca. Modesto y moderno en el exterior (el edificio data de la década de los 80, aunque emula formas antiguas), su auténtico valor está en el interior. Concretamente, en la sala dedicada a uno de los personajes ilustres nacidos en Huesca: Antonio Saura. Se trata de una de las principales figuras del arte en el siglo XX en España. y en 1987 decoró el techo de la entrada al salón de actos –ahora conocido como Sala Saura– con un enorme mural al que título Elegía. Hay que pasar por ella para acceder a la sala de exposiciones de la Diputación, o para las visitas de índole administrativa.
No podemos olvidar el modernísimo Palacio de Congresos con que se dotó a la ciudad en 2008. Su diseño sobrio a partir de un prisma regular con fachadas de cerámica vidriada en color negro y un volumen (que encierra el escenario del palacio), translúcido de día e iluminado de noche, ofrece contrastes muy interesantes.
Pero nuestra visita a la Huesca más contemporánea no estaría completa sin el Centro de Arte y Naturaleza, ubicado a las afueras de la ciudad. Perteneciente a la Fundación Beulas, bien merece el trayecto por parte de los amantes del arte y la arquitectura contemporánea y, por qué no, de las mentes más inquietas. Dedicado a las relaciones entre arte contemporáneo, naturaleza y paisaje, el centro alberga diversas colecciones y exposiciones que exploran tan fascinante tema. El edificio en sí mismo es una excelente muestra de su premisa, una construcción rabiosamente contemporánea de Rafael Moneo compuesta a base de volúmenes que van dando lugar al paisaje, inspirado en algunos de los principales atractivos naturales de la zona, como los ya mencionados Mallos de Riglos. Es, pues, todo un hallazgo seguramente poco esperado por el visitante de una ciudad tan aparentemente tradicional como Huesca, pero que, salta a la vista, mira al futuro con decisión.
20.30 Tapas en 'Tatau'
De vuelta al centro y para poner la guinda a la tarde y al fin de semana, una buena idea es sentarse en la barra de 'Tatau Bistró' (1 Sol Guía Repsol 2020). Al mando del chef Tonino Valiente, y con su mujer Arancha Sáinz en sala, ofrecen cocina de calidad a precios razonables. Caviar de beluga y tomate en salazón, tortilla de queso con tocino ibérico y trufa negra, y canelón de pulpo y berenjena son algunas de las delicias con las que se puede despedir la ciudad.
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