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En pleno vergel del Parque Juan Carlos I de Pinto, entre pavos reales, ardillas y otros animales que campan a sus anchas, se encuentra 'Arqueopinto', un parque cultural que ofrece un paseo educativo y muy divertido a lo largo de la Prehistoria. Un viaje de dos millones de años que arranca en los primeros homínidos africanos y que llega hasta el Neolítico. Varios talleres educativos, parques intantiles, una zona de equitación e incluso un lago donde practicar wakeboard o wakesurf complementan la experiencia.
Irene y Ana reciben a los visitantes que llegan a 'Arqueopinto'. Son dos de las guías que acompañan a las familias en este particular viaje en el tiempo, que transcurre con una visita exterior en la que se recorren escenas de la evolución humana a través de las diferentes edades del hombre.
Ambas mujeres tienen una habilidad especial para trasmitir a los niños qué es eso de la evolución y cómo vivían los australopithecus o los neandertales, qué herramientas utilizaban o cómo se manejaban en su día a día. Hay muchos objetos, como lanzas y arcos, que los niños pueden tocar y experimentar. Todos observan atentos cada una de las explicaciones, aunque sin duda una de las que más impresionan es cuando explican cómo hacer fuego con la ayuda de un hongo. Ojipláticos, observan y soplan mientras un "¡oh!" generalizado anuncia la aparición de las primeras llamas.
Además de la ruta, cada fin de semana se organizan talleres de pintura rupestre, de flechas, mosaicos romanos, cerámica, colgantes, joyería o mundo egipcio. En el taller de Egipto, por ejemplo, los peques se disfrazan de faraón o faraona, mientras Ana les deleita con historias acerca del Nilo, las pirámides o el significado de los jeroglíficos; deteniéndose en el apasionante mundo de las momias y pudiendo acabar uno de los presentes de tal guisa. Más tarde, niños y no tan niños decoran su propio escarabajo sagrado.
Otro taller muy interesante es el paleotrueque, una actividad didáctica y solidaria. Como explica María Barahona, gestora ejecutiva de 'Arqueopinto', "si se entrega un objeto, comida o material, la entrada a la actividad será gratuita. Cada trimestre, se recoge un material diferente dependiendo de las necesidades de Cruz Roja y Cáritas, donde va destinada esta ayuda". Así, se hacen intercambios de juegos de mesa o construcción, productos de higiene o comida. Toda la ayuda recogida se entrega a las sedes de las dos ONG en Pinto para que lo distribuyan entre los más necesitados.
En este caso, el paleotrueque trae consigo un taller de música, donde es posible reconocer los primeros instrumentos de la humanidad. Irene y Ana explican cómo funcionaban y la manera en la que surgían esos curiosos sonidos y cada niño puede decorar su propia bramadera o zumbador del Paleolítico (Edad de Piedra Antigua), justo antes de un miniconcierto a golpe de improvisación.
María comenta con entusiasmo cómo surgió toda esta iniciativa. Paleorama, empresa gestora de 'Arqueopinto', fue creada por dos apasionados de la Prehistoria, Antonio Gutierrez y Manuel Luque, que, ante la ausencia de actividades de arqueología experimental con las que poder transmitir todo su conocimiento de la manera más fiel posible, decidieron empezar a hacer visitas guiadas y a organizar talleres en Atapuerca, como parte del plan de dinamización de la zona. Gracias a su proyecto se llegaron a realizar 'talleres de primitivos' en el pueblo de Lerma, con cabañas donde vivir como en la Prehistoria, tiro con armas de la época o desplazamiento en canoas.
Fue tal el éxito conseguido que el responsable de patrimonio histórico de Pinto se puso en contacto con ellos para proponerles realizar un parque al que trasladar los valores de Atapuerca, pero esta vez localizado en Madrid. Y nació 'Arqueopinto'. "Empezamos focalizándonos sobre todo en colegios", explica María. En el pasado curso escolar, 50.000 visitantes pasaron por el parque y actualmente alberga capacidad para 300 niños por día.
"Al principio solo teníamos talleres de cazadores y recolectores así como pintura rupestre, pero ahora ofrecemos muchos más, explica María. Estos talleres son los mismos a los que acuden las familias los fines de semana. "Somos especialistas en adaptación de actividades para educación infantil y educación especial. También tenemos talleres para alumnos hasta 1º ESO y grupos de adultos, como pintura rupestre en placa, joyería o cestería".
Como novedad, 'Arqueopinto' ha abierto una tienda virtual, Paleomanías, con material didáctico y réplicas arqueológicas. Además, a lo largo de este año se realizarán diferentes cursos para adultos en los que se podrá aprender cómo se hacía vidrio y cerámica en la Prehistoria. Y si estos talleres les dejan con ganas de más, en los meses de mayo y junio tendrá lugar la II Feria Prehistórica, con visitas teatralizadas incluidas.
Y para los peques que quieran retomar fuerzas, nada como 'La Suite del lago', un restaurante con varios espacios: zona interior, sala acristalada y climatizada, terraza y zona lounge. Su decoración vintage, con predominio de blancos y detalles marítimos, hacen de él un lugar muy agradable donde poder degustar platos de tierra y mar para compartir o simplemente para tomar un cóctel con vistas al lago.
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