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Los mejores profesores lo saben. Cuando logran dotar de magia sus lecciones y captar el interés de sus alumnos con recursos fuera de lo común, consiguen que ellos aprendan de verdad y se enamoren de su asignatura. El Sueño de Toledo, el espectáculo nocturno que anticipa la apertura de uno de los parques de atracciones más famosos del mundo en nuestro país, Puy du Fou, no se parece para nada a una clase, pero desde luego logra el objetivo de que salgamos de allí sabiendo muchas cosas de nuestro pasado. O que nombres como Recaredo, que solo habíamos memorizado en nuestra infancia, adquieran su verdadera relevancia siglos después.
El Sueño de Toledo es el aperitivo a lo que la filial del parque francés Puy du Fou nos tiene reservado para su inauguración final en 2021. No estamos hablando de inexpertos en el tema de dotar de magia a la historia. En Francia, Puy du Fou no solo es una de las atracciones que más público atrae hasta la región de Les Epesses desde hace 40 años, estamos también hablando de un lugar de ocio único que ha conseguido varios galardones como el mejor parque del mundo.
España es el lugar elegido para abrir su primera filial. Y para asentarse qué mejor lugar que Toledo, una ciudad protagonista de algunos de los momentos más relevantes de nuestro pasado. Este saber hacer, tras décadas de experiencias en nuestro país vecino, se refleja también en Toledo, tal y como nos cuentan desde la organización, en el conjunto de conocimientos técnicos y artísticos adquiridos por los profesionales del parque original, que se han trasladado ahora al nuevo equipo español.
Ni montañas rusas, ni norias, ni nada que se parezca a las atracciones usuales de un parque de ocio. Puy du Fou es un parque temático donde la historia es la única protagonista. Y aunque ese punto de partida puede despertar suspicacias en las dos niñas que nos acompañan, no podemos negar que todos estamos muertos de curiosidad por descubrir qué nos tienen preparado.
Con los Montes de Toledo como fondo y rodeados de tomillares, encinas y otras muestras de la naturaleza autóctona, llegamos puntuales a nuestra cita. Conseguimos aparcar a la primera nuestro vehículo, siguiendo las instrucciones de los diligentes empleados del parque (les ponemos un diez en organización). El parque abre a las 19.30 y ya se congrega una multitud dispuesta a tomar algo en El Arrabal, un espacio con aspecto de mercado medieval, en el que los visitantes pueden picar algo, tomar una bebida o saborear un helado (además de caer en la tentación de comprar algún souvenir del parque) antes del espectáculo.
No esperamos grandes alardes con la gastronomía. Eso sí, son rápidos, organizados y saben que con una hamburguesa con queso manchego y una cerveza bien tirada no van a fallar. Nuestras niñas también disfrutan de un helado artesano acompañado de unas brochetas de fruta.
Cuentan desde la organización que el objetivo de El Sueño de Toledo es conseguir emocionar al público a través de espectáculos únicos que hagan revivir hitos de nuestra historia, que enganchen con nuestras raíces. ¿Cómo lo consiguen? No solo con la historia como base, sino con la tecnología más puntera al servicio de las emociones y con una puesta en escena espectacular.
Con las expectativas muy altas, y el estómago muy lleno, pasamos las taquillas para acceder al espectáculo y nos encaminamos hacia las impresionantes gradas, con una capacidad de 4.000 asientos y que, según una de nuestras pequeñas acompañantes, parecen sacadas de un estadio de quidditch. Como todo, en el aparcamiento la organización es impecable y todo está muy bien señalizado, así que no nos cuesta nada encontrar nuestros asientos y dedicar la espera a hacernos fotografías o a observar el impresionante escenario que hay a nuestros pies. Estamos hablando de cinco hectáreas de espacio y 3.900 metros cuadrados de decorados.
Y por fin el espectáculo comienza al atardecer, con la joven lavandera María del Sagrario que baja a las orillas del Tajo para recoger agua. Allí, se encuentra con el viejo azacán –un aguador– de Toledo. A través de la voz de estos dos personajes, iniciamos un viaje en el tiempo que comienza con el reinado del rey visigodo Recaredo.
Como nos han contado desde el parque, El Sueño de Toledo no pretende ser una escrupulosa lección de Historia (para eso, nos comentan, están los profesores y los libros), pero sí una experiencia inmersiva fidedigna. Para ello, la organización ha colaborado con expertos de reconocido prestigio: historiadores de la Real Fundación de Toledo o la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, guías de Turismo, especialistas de la literatura cervantina, arqueólogos y arquitectos para que, junto con su equipo artístico, nos subamos a una máquina del tiempo para acercarnos a la batalla de las Navas de Tolosa, a la ciudad de las Tres Culturas o al descubrimiento de América.
Tenemos que reconocer que en El Sueño de Toledo saben hacer las cosas a lo grande. Cuando por primera vez un grupo de jinetes y sus corceles atraviesan el escenario es difícil no contener la respiración. Pero no es la única sorpresa que nos tiene reservada la noche: castillos en llamas, combates emocionantes y, en definitiva, un montaje tan abrumador que, como nos indican desde la propia organización, equivaldría a juntar varias óperas en una, todo en un escenario en el que lo más desafiante es tener en cuenta el punto de vista del espectador, la distancia y las proporciones. Uno de los aspectos más trabajados del espectáculo son los bailes y las coreografías, creadas en exclusivas, para Puy du Fou España, así como la banda sonora.
Durante 70 minutos, 185 actores, jinetes y acróbatas entran y salen del escenario, dando vida a más de 2.000 personajes. Y sí, de nuevo la palabra "abrumador" se nos pasa por la cabeza. Al ya nombrado Recaredo se le unen Tulaytulah, Colón, Isabel la Católica, El Quijote, Napoleón y cientos de nombres más, lo que en algunas ocasiones nos resulta confuso a todos, incluidos los mayores. Resumir en tan corto espacio de tiempo 1.500 años de historia requiere de un ejercicio de concisión increíble y hay que estar muy puesto para no perderse. Y es comprensible que en ocasiones, los más pequeños, se muevan inquietos o pierdan el hilo. Aunque rápidamente algo en el escenario capta su atención, bien sean los impresionantes juegos de luces láser o los fuegos artificiales con los que el espectáculo se despide.
En esta primera andadura, El Sueño de Toledo tiene proyectado ofrecer 17 pases, con un total de 68.000 espectadores. Pero el objetivo es seguir creciendo y ya se han proyectado 65 pases para el 2020. Y en el 2021 llegará la ansiada apertura de la totalidad del proyecto: un gran parque de 30 hectáreas, en un entorno rodeado de naturaleza con cuatro grandes espectáculos diurnos, algunos de ellos interiores y otros al aire libre.
El parque contará con tres pueblos de época distintos: un gran pueblo medieval castellano, un campamento morisco y una venta manchega. Cada uno de los pueblos contará con talleres de artesanos y restaurantes tematizados, que lograrán que el visitante viaje a través del tiempo. La verdad es que estamos deseando verlos porque, como nos anticipan, una de las particularidades de Puy du Fou es la gran calidad de las instalaciones: los edificios son construidos con los materiales reales que se empleaban en su momento, y se crean gracias al trabajo de verdaderos artesanos, encargados de recuperar muchos oficios de antaño. Pero todavía nos quedan un par de años de espera. Mientras tanto, El Sueño de Toledo es un anticipo que nos deja con ganas de más.